25 años de la Sinfónica Juvenil: la música como instrumento de inclusión
El maestro Patricio Aizaga dirigiendo una de las presentaciones de la Orquesta Sinfónica Juvenil del Ecuador.
Nina Zambrano / Cortesía FOSJE
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Son 25 años, que no son nada y que reflejan mucho del trabajo que la Fundación Orquesta Sinfónica Juvenil del Ecuador (Fosje) ha realizado.
Con una perspectiva que no puede pasar desapercibida.
Porque no solo se trata de utilizar a la música orquestal como una herramienta inclusiva como medida de apoyo para niños y jóvenes en situación económica complicada. También hay una búsqueda para acercarla a la gente, a los sonidos que son más próximos a sus gustos.
Se trata de hacer de la música un puente. Y la gran cantidad de presentaciones en Ecuador y en el extranjero -Francia, Alemania, Colombia, Perú, Chile y Costa Rica, entre otros países- son la prueba de ese efecto.
Y por eso, 25 años ya es un número importante y la celebración se hace necesaria.
Algo que el maestro Patricio Aizaga -fundador y director de la Fosje- entiende muy bien.
Resultados impresionantes en 25 años
Al hacer un recuento de los datos que maneja la Sinfónica Juvenil muchas cosas se desprenden.
Desde el repertorio que suelen tocar -que incluye obras de Verdi, Mahler, Beethoven, Tchaikovsky, Sibelius y otros- hasta los reconocimientos recibidos.
Como el de Artista UNESCO por la Paz, así como otro por "Logros en la Formación Musical, Contribución y Desarrollo de Ecuador ante la Comunidad Internacional", también por parte de la UNESCO.
Pero, destaca que aproximadamente 6.000 niños y jóvenes hayan sido beneficiados como parte de este programa que ha contado con apoyos privados, así como de recursos públicos, aunque estos no siempre han estado ahí o no han fluido de la mejor manera.
En este tiempo, la Sinfónica también ha tenido la colaboración de directores invitados, como por ejemplo, Gustavo Dudamel, Alfredo Rugeles, Charles Ansbacher, Claire Levacher y Julius Karr Bertoli, entre otros.
Aunque, en el fondo, la llamada música académica no ha sido el único espacio transitado por la Orquesta Sinfónica Juvenil del Ecuador.
Un poco de pop en el corazón
La idea de las fusiones de música académica y música popular -pop, rock y soundtracks de películas- no es nueva. Pero, Patricio Aizaga puede considerarse uno de los primeros en hacerlo en los escenarios nacionales.
Música es música.
Y esa perspectiva se traduce también en parte del trabajo de la Orquesta Sinfónica Juvenil del Ecuador. Con presentaciones interpretando la música de The Beatles y Queen, por ejemplo. Es fácil notar en los vídeos cómo tanto público como músicos disfrutan cada momento de los conciertos.
El maestro Aizaga cuenta aquí lo que significa romper con el estigma de que la música de orquesta es elitista. "Spoiler alert": no lo es.
Son 25 años, tiempo suficiente para hacerse una idea de lo que hace la Sinfónica Juvenil. "La lucha tremenda" que han hecho, como dice Patricio Aizaga.
Hay un anhelo de aquí en adelante, que tiene que ver con que el reconocimiento sea mayor -no solo para recibir el apoyo estatal que hace falta-, sino para que el proyecto siga adelante.
Para que con la música, la vida de los niños, niñas y jóvenes beneficiados suena de otra manera.
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