Qatar 2022, un Mundial polémico en medio del desierto
Este domingo 20 de noviembre empieza la edición 22 de la Copa del Mundo. El primer partido lo jugarán la selección anfitriona, ante Ecuador, en el estadio Al Bayt, desde las 11:00 (hora de nuestro país).
Vista general del estadio Al Bayt, sede del partido inaugural del Mundial de Qatar.
Reuters
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Por primera vez en la historia, un Mundial se jugará en Medio oriente. Y el partido inaugural se disputará en pleno desierto, en el estadio Al Bayt, ubicado al norte de Doha, a unos 50 kilómetros del centro de la ciudad.
Como coincidencia, la Copa del Mundo regresa al continente asiático, justo 20 años después de que el torneo se disputará en Corea y Japón, en 2002, cuando Ecuador hacía su debut.
En los días previos al primer encuentro, Qatar se ha mostrado como un país conservador, multicultural, pero también acogedor y seguro. Todos los turistas caminan por las calles, sin temor.
Qatar es un país pequeño, con 11.571 kilómetros cuadrados de extensión y situado en la península arábiga. Es el estado de menor extensión territorial en la historia en los Mundiales.
El idioma oficial es el árabe, aunque el inglés se habla en casi todos los lugares. La religión es el Islam y la ley que impera es la Shari’a, la ley islámica.
La semana laboral va de domingo a jueves. El viernes se cierran muchos servicios y al mediodía, los restaurantes o tiendas también suelen cerrar, durante la oración.
Desde 2013, el jefe de estado es el emir Tamin bin Hamad Al Thani, cuando su padre, Hamad bin Jalifa Al Thani, abdicó tras 17 años de reinado.
Será la primera ocasión que la Copa del Mundo se juegue entre noviembre y diciembre, como se acordó en 2015, tras varias reuniones, encuentros y la oposición de muchas ligas y federaciones.
Pero también ha sido un Mundial con polémicas, por los casos de corrupción en la FIFA, por las condiciones laborales de los trabajadores durante la construcción de los estadios y las infraestructuras, la igualdad entre hombres y mujeres o la censura a la comunidad LGTBI.
“Hay muchas preguntas y debates sobre este tema y quiero tranquilizar a la gente. Sí, Qatar es un país conservador y pudoroso. Las restricciones a las personas y la forma en que viven no son tan grandes como se hace creer”, dijo Nasser Al-Khater, CEO del Mundial 2022.
En lo mismo coincidió Fatma Al-Nuaimi, directora de Comunicación de Qatar 2022, quien está convencida que los turistas cambiarán su opinión, después de que salgan de Qatar.
“La gente puede leer muchos artículos desinformados, pero los aficionados van a experimentar ellos mismos lo que ocurre en el país. Este será uno de los legados más importantes. La gente cambiará su percepción y podrán emitir sus propios juicios de la situación que existe aquí”.
Se trata de un país con normas culturales y religiosas identitarias. Pero en los días previos al primer partido, los qataríes se han mostrado respetuosos y los turistas han podido expresarse sin inconvenientes, en todos los lugares.
Aunque las normas dicen que se recomienda vestir cubriendo los hombros y no usar pantalonetas ni faldas, por las calles se pueden ver mujeres con los hombros descubiertos y hombres en pantaloneta. Nadie dice nada.
Qatar es el segundo país con más porcentaje de inmigrantes. Aquí viven personas de casi 200 nacionalidades. El área metropolitana de Doha es un auténtico crisol multicultural de unos dos millones de residentes, ultramoderna y centro empresarial del país y la región.
Es un estado nuevo. Todas las calles, infraestructuras, transportes y edificios lucen perfectos y limpios. Qatar ha pasado de ser una aldea de pescadores y perlas a convertirse en un país próspero impulsado por el petróleo y el gas natural.
“Para nosotros es más que fútbol. De hecho, forma parte de nuestro ‘Plan de desarrollo Nacional 2030’. El Mundial es un catalizador para impulsar este plan”, asegura Fatma Al-Nuaimi.
Qatar 2022 ha preparado todo. Gastronomía, cultura y actividades para mostrar al mundo su potencial. “Tenemos un plan para asegurarnos de que los fans conozcan un nuevo sabor, una nueva música, una nueva comida. Será el modo de enriquecer su experiencia, será lo que se lleven cuando vuelvan a casa”.
En pleno Golfo Pérsico, a 14.000 kilómetros de distancia de Quito, el destino ha querido que el partido inaugural enfrente a Qatar y Ecuador, en un escenario maravilloso, con capacidad para 60.000, con un diseño en forma de las tradicionales tiendas que usaban los beduinos en el desierto.
Y allí estarán alrededor de 5.000 hinchas de la Tricolor, que confían en el equipo de Gustavo Alfaro y en esta generación que se siente ganadora y que saltará a la cancha con la intención de darle un golpe a la historia.
Nunca, un país anfitrión ha perdido en el partido inaugural. Ecuador quiere escribir una primera vez.
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