Griezmann manejó los hilos de Francia y Thuram fue decisivo

Gran atajada al minuto 9, que impidió el gol de Ounahi. Tuvo trabajo en el tramo final del segundo tiempo, al cortar los peligrosísimos centros de los árabes. Otro tanto ocurrió en el segundo tiempo. Un líder que transmitió tranquilidad.

Flojísimo primer tiempo, no solo por su escaso aporte ofensivo, sino porque perdió las marcas en varias ocasiones. Recuperó los papeles en la segunda parte.

Pasó algunos apuros cuando los marroquíes se acercaban al área francesa. Algunas veces resolvió con limpieza, como es su costumbre, pero también perdió algunos duelos. Cerró el cotejo con esfuerzo.

Más sereno que un monje budista, fue el escollo más difícil con el que los marroquíes se toparon para cerrar las jugadas ofensivas. Recio y práctico.

Un verdadero puñal por la izquierda, aunque tuvo algunas dificultades en la contención. Anotó de forma oportuna el gol de apertura, con una extraña pero efectiva volea. En el segundo tiempo, debió luchar para evitar que los árabes lo desbordaran.

Lo más cercano a la omnipresencia: apareció en todos lados, básicamente para recuperar la pelota y trasladarla. Fue vital en el segundo gol de Francia.

Una máquina dedicada a recuperar balones, aunque perdió algo de fuelle en el final del primer tiempo. Con su bajón, Marruecos tuvo más espacio para progresar en la segunda parte. Se recuperó y en el tramo final fue clave para frenar a los rivales.

No aportó con todo el volumen de juego que se esperaba para que su equipo controlara la pelota. En el segundo tiempo, incluso comenzó a perder balones, así que debió salir para dar  paso a Muani.

El jugador más táctico del cotejo, al ocupar diversos puestos, según las necesidades del equipo. Su visión le permitió ser un estratega dentro de la cancha. En segundo tiempo, fue más defensor que volante durante 20 minutos, para luego retomar sus tareas de repartir balones.

Fantasmal en el primer tiempo. No hizo nada. En la segunda parte comenzó como un huracán y Rabat debió recurrir a las faltas para frenarlo. Pese a todo, participó en la jugada del segundo gol, al ceder el balón a Muani. Luego, pudo soltarse más, pero no fue el crack que se esperaba.

Aprovechó el mal posicionamiento de la defensa marroquí del inicio para arrastrar marcas, hacer sombra y causar zozobra. También contribuyó en la marca. Falló dos goles en el primer tiempo. Luego, naufragó y debió irse al 65, en vista de que ni siquiera podía hacer adecuadamente un pase.

Entró para cubrir el espacio que dejaba Theo. Pero también le dio potencia al ataque francés. Su presencia lo cambió todo. Incluso, retuvo la pelota para pasarla oportunamente a Mbappé, en la jugada del segundo gol.

Entró para defender, pero hizo el segundo gol de Francia, el que liquidó a Marruecos. ¡De ensueño!

Planteó un 4-5-1 que, al pasar a la defensa, cambiaba a un 4-4-2, para que Mbappé no se desgastara en los esfuerzos defensivos. Ceder la pelota le costó que Marruecos controlara el cotejo, sobre todo en los primeros 20 minutos del segundo tiempo. Los cambios para configurar un 4-5-1 le ayudaron a solventar la asfixia que sufrió el mediocampo y se llevó el triunfo.