Así se vivió la pasión del trofeo de la Copa del Mundo en Quito

Para muchos, es la primera vez que van a tener esta experiencia. Para otros, es una nueva oportunidad, que no se va a repetir en mínimo cuatro años.

Se siente la emoción, el nerviosismo, la ansiedad, la alegría de estar cerca del trofeo más importante para todo hincha futbolero.

La Copa del Mundo llegó al Ecuador por tercera vez y los aficionados no quisieron perderse este acontecimiento. Los hinchas podían ubicarse a centímetros de la copa, pero no podían tocarla, ya que a este privilegio solo acceden los excampeones o mandatarios.

El largo camino a la copa

El primer aficionado llega a las 08:30 al Quórum del Paseo San Francisco, en Cumbayá. Con timidez, se ubica contra un muro a esperar el momento de ingresar, acompañado por su abuela.

Se trata de Sebastián de la Cruz, quien no tiene ni uno ni dos, sino 10 boletos para ver la Copa del Mundo.

"Será la primera vez que vea el trofeo. Yo vine el sábado pasado a las 05:30 para hacer fila y comprar seis paquetes de Coca-Cola", dice el chico.

Curiosos, otros aficionados ven que él tiene más entradas de las necesarias y lo arrinconan, rogándole que les venda sus pases extra. Sebastián duda, pero su abuela le anima a que lo haga y cobre USD 10 por cada uno.

El chico acepta y hace feliz a ocho aficionados, que con ilusión regresan a ver sus boletos. Llegaron al centro comercial solo con esperanza, pero ahora se irán con una foto inolvidable.

Comienzan a llegar más personas y la fila se alarga. Están vestidos con las camisetas de Ecuador y varios sostienen sus propias réplicas del trofeo, que se vendían en las afueras del Paseo San Francisco a USD 4 o 5.

A las 10:00 se permite el ingreso y Sebastián entra ilusionado. Será un largo trayecto hacia la copa, pero que estará acompañado de muchas sorpresas.

Los hinchas entran a la primera sala, donde los esperan unos tamborileros, que al ritmo de salsa animan a los aficionados.

Aquí las personas se encuentran con varios lugares donde tomarse fotos. Está una réplica grande del balón oficial Al Rihla, unas letras gigantes y unos stands que graban videos en 360 grados.

También se encuentra un arco con un balón colgado, para que los hinchas simulen que están atajando un balón. Sin embargo, un periodista mandó a volar la pelota cuando se quiso tomar la foto.

En medio de la gente, un padre sube a los hombros a su hijo, que ya estaba cansado de la espera. "Estamos muy emocionados, es la primera vez que lo veremos juntos, estamos agradecidos de que la copa esté en Ecuador", dice David Espinoza

Al preguntarle qué espera de este próximo Mundial, responde que su familia lo ha vivido "con mucha algarabía" ya que tiene un primo en la Selección, se trata de Jeremy Sarmiento.

Se aglomera la gente y los asistentes de Coca-Cola permiten el acceso a una nueva sala. Sebastián abre los ojos y se emociona. ¿Está a punto de ver el trofeo más lindo del mundo?

Aún no.

El público ingresa a una segunda sala, la espera continúa. En este lugar hay actividades para que los hinchas jueguen fútbol, hagan cascaritas o se enfrenten en un concurso de freestyle.

También se encuentran tres barberos, que gratuitamente cortaran el pelo a aquellos valientes que quieran un estilo futbolero. Uno de ellos es Ramiro Enríquez.

¿Por qué se animó a cortarse el pelo de una manera tan improvista? "No sé, les vi, estaba pelón y lo aproveché, quedó chévere", dice el hincha, que se hizo tres rayas a un lado de su cabello.

Los aficionados comienzan a hacer la fila para entrar a la siguiente sala. Una es Pilar Montenegro, que ha estado en las tres ocasiones que llegó la Copa a Ecuador, las anteriores fueron en 2006 y 2014.

"Se siente la emoción de que el Mundial está cerca. Es mi tercera vez pero siempre la ilusión es la misma y uno se siente súper feliz, como un niño".

Se mueve la fila y los asistentes permiten la entrada a la siguiente sala. ¿Será el momento de Sebastián, podrá por fin ver el trofeo del campeón?

Tampoco.

El público ingresa a una tercera sala, donde hay incluso más actividades. Los hinchas pueden ejecutar penales, patear balones hacia una diana gigante y hacerse tatuajes temporales.

A este stand llegaron cuatro niños, cada uno con su réplica del trofeo, que emocionados prestaron sus brazos para hacerse tatuajes del Mundial.

En esta sala también está Fulvio Sánchez junto a su sobrino Roberto Hoyos, que no para de moverse por la ansiedad. "Estoy muy emocionado, nunca he estado tan cerca de la copa", dice el niño.

Se agrupan los hinchas en el siguiente ingreso y Sebastián se les une. Los guardias los observan y permiten la entrada. ¿Es este el momento, está la copa al otro lado?

Sí... bueno, casi.

Los aficionados se integran a la última fila. En medio se encuentran pancartas, que invitan a las personas a escanear una imagen QR, que les otorgará un código personal.

Al final hay tres cuartos. No importa por cuál ingresen los hinchas, porque en todos encontrarán el tesoro, el objetivo, el sueño que todos quieren alzar en Qatar.

Ahora sí.

Sebastián presenta su código al asistente y entra a una de las habitaciones. En la esquina se encuentra el trofeo de la Copa del Mundo, detrás de un vidrio.

El chico posa con la copa, el camarógrafo toma la foto y Sebastián tiene que dejar el cuarto. No pasaron ni 10 segundos.

Pero la espera valió la pena, Sebastián revisa su celular e inmediatamente encuentra ese recuerdo único, una de las fotos más especiales de su vida.

¿Y quién levantará ese trofeo en Qatar? Parece que a Cumbayá asistieron los hinchas más fieles y optimistas de la Selección, porque estas fueron las respuestas de los entrevistados:

"Ecuador va a quedar campeón", "Ecuador va a ganar", "Ecuador vamos con todo", "Siempre Ecuador", "Al final, Ecuador campeón"...

Así se prepara la hinchada para apoyar a la Tri, que debutará en el Mundial de Qatar ante la anfitriona el domingo 20 de noviembre a las 11:00 (hora de Ecuador).