88.012 personas pagaron para ver a Messi, pero el espectáculo fue árabe
Los hinchas argentinos están acostumbrados a ser mayoría por donde van, pero este martes 22 de noviembre, fueron visitantes ante una legión de árabes que se hizo escuchar en el estadio Lusail.
Los aficionados árabes festejan un gol de su selección en el estadio de Lusail, el 22 de noviembre de 2022.
EFE
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Las paradas del metro de Doha se pintaron de blanco y celeste desde muy temprano. El debut de Lionel Messi era a las 13:00 (hora de Qatar) y los hinchas de Argentina se tomaron las calles desde las 08:00.
De a poco se fueron acomodando en el estadio más grande de Qatar. El Lusail se estrenó recién en septiembre de 2022, como si lo hubiesen construido solo para ver a los mejores.
Aquí van a jugar Messi, Cristiano Ronaldo y Neymar. En total, se van a disputar 10 partidos, incluida la final, el próximo 18 de diciembre.
“El último Mundial de Messi”, repetían los argentinos. A los 35 años, el 10 saltaba a la cancha para jugar su quinta Copa del Mundo. Parecía un estreno fácil, ante una desconocida Arabia Saudita.
Pero la sorpresa fue grande y dolorosa para los sudamericanos. Perdieron en la cancha y en las gradas.
Argentina empezó ganando muy pronto. Apenas se jugaban 10 minutos y Messi puso el primero de penal. Parecía que se venía la fiesta. Desde una de las tribunas salían algunos gritos de la ‘barra quilombera’, pero duraban muy poco.
Los gritos 'albicelestes' se apagaban pronto, ante el estruendoso ruido de los árabes, y eso que aún estaban perdiendo.
A Argentina le anularon dos goles en la primera etapa. Se fueron al descanso con la ventaja, pero siempre quedó la sensación de que el panorama se podía complicar.
Y así fue. Empezó el segundo tiempo y Saleh Alshehri marcó un golazo, empató el partido y empezó el show.
Los árabes salieron de todos lados. Las camisetas verdes fueron mayoría y empezaron a alentar a su selección.
Arabia Saudita limita con Qatar, por eso llegaron más de 30.000 hinchas de los ‘Hijos del desierto’ para disfrutar de una victoria histórica, ante uno de los equipos candidatos a ganar el Mundial.
Después vino la segunda anotación. Salem Al Dawsari y otro golazo. Inesperado marcador para Argentina y el mundo, menos para los vencedores.
Los árabes gritaron y gozaron. Se adueñaron de la fiesta. Cada vez que en el estadio se escuchaba “vamos vamos, Argentina, vamos vamos a ganar”, explotaba el grito de los fanáticos de camiseta verde.
Y cada vez que Messi tocaba la pelota, los árabes abucheaban. El ídolo del fútbol mundial, que habitualmente se siente acogido en todas las canchas donde juega, en Lusail fue visitante.
El equipo de Lionel Scaloni no tuvo argumentos para ganarle a Arabia Saudita.
Y en las tribunas, la fiesta fue verde y blanca. Según el reporte oficial, 88.012 personas pagaron entrada para ver a Messi en el estadio Lusail, en el primer partido de su último Mundial. De esos, la mayoría fue de Arabia Saudita. Ahora, empieza un nuevo Mundial.
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