La actividad física, el mejor aliado contra la diabetes
El ejercicio no solo es un aliado en el tratamiento de la diabetes mellitus, sino que también puede ser tu escudo contra esta afección. Descubre cómo el ejercicio puede aumentar tu sensibilidad a la insulina y mejorar tu calidad de vida.
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La actividad física es una de las formas de tratamiento de la diabetes mellitus. Aunque, es importante mencionar que el programa debe estar orientado a controlar la glucemia, el mantenimiento del peso ideal, mejorar la calidad de vida y evitar la aparición de posibles complicaciones.
Ejercicio orientado al tratamiento de diabetes
"Diabetes mellitus tipo l"(insulinodependiente):
El ejercicio puede aumentar la sensibilidad a la insulina, pero para conseguirlo plazo, los pacientes deben desarrollar una actividad física diaria y teniendo en cuenta los siguientes factores:
- El momento del día en que se realiza
- Duración e intensidad
- Niveles de glucemia antes del ejercicio
- Tipo y la dosis de insulina utilizada.
Además, existe una serie de normas básicas a tener en cuenta antes de iniciar una sesión de ejercicio:
- Inyectar la insulina en grupos musculares que no se movilicen durante la práctica de ejercicio.
- Planificar el ejercicio para realizarlo de forma regular y a la misma hora cada día.
- Adaptar el horario de las comidas y de la acción de la insulina.
- Administrar una cantidad extra de hidratos de carbono antes o durante el ejercicio.
- Evitar el ejercicio en condiciones de calor o frío extremos.
"Diabetes mellitus tipo II (no insulinodependiente)"
Pacientes con "diabetes mellitus tipo II (no insulinodependiente)"
Se ha comprobado que el deporte es efectivo para prevenir este tipo de diabetes, especialmente en aquellas personas de alto riesgo de padecerla:
- Individuos con sobrepeso
- Tensión arterial elevada
- Antecedentes familiares de diabetes.
La actividad física ideal
Una sesión debería constar de unos 10 a 20 minutos de estiramiento y de fuerza muscular. Además, 5 minutos de calentamiento aeróbico, de 15 a 60 minutos de ejercicio aeróbico a una intensidad apropiada y de 5 a 10 minutos de ejercicio de baja intensidad al acabar la práctica deportiva.
Entre los deportes más recomendables destacan: caminar, correr y montar en bicicleta. Aunque es importante tener en cuenta el historial médico del paciente.
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