La Corona de Adviento, un símbolo navideño
Anuncia la llegada de la Navidad. El círculo, ramas de pino, velas y frutos son parte de este adorno navideño relacionado con las prácticas religiosas.
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El uso de la Corona de Adviento como símbolo de la llegada de la Navidad se remonta a la Edad Media, período cuando los cristianos adoptaron esta práctica para representar su preparación espiritual para el nacimiento de Jesús. Esta tradición se realiza los 4 domingos previos a la Natividad.
El círculo, las ramas de pino, las velas y los frutos son los elementos que conforman este adorno navideño; cada uno de ellos está cargado de un fuerte simbolismo estrechamente relacionado con las prácticas religiosas.
Para los creyentes, la figura del círculo representa la eternidad que Cristo trajo con su nacimiento, muerte y resurrección. De igual manera, representa el amor infinito de Dios por sus hijos.
Las ramas de pino también simbolizan la inmortalidad. Esto debido a que, mientras otros árboles pierden su color y follaje en invierno; el pino mantiene siempre sus ramas verdes, color que, además, representa la esperanza.
Las piñas del pino, los frutos secos o las flores de noche buena también hacen alusión a la vida eterna.
Las velas, por su parte, recuerdan que Cristo es la luz del mundo y que quien lo sigue debe ser también luz en la tierra.
Cada vela debe encenderse un domingo, esto simboliza que, mediante la reflexión y la oración, la luz del niño Dios brillará en el interior de cada persona.
Aunque las velas pueden ser de cualquier color, la tradición indica que al menos tres de ellas deben ser moradas. Este color se utiliza en la iglesia en el Adviento y Cuaresma; y es un símbolo de la conversión, arrepentimiento y penitencia.
Con el pasar de los años esta tradición se ha ido modificando. Ahora, no solo se enciende una vela cada domingo previo a la Navidad, sino que el 24 de diciembre se prende una cerilla blanca en el centro de la corona para representar la pureza de Cristo.
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