Una mujer emprendedora no pierde el enfoque
Fuerza y acción son características de una mujer que ha decidido tomar la ruta al éxito. Poner en marcha una iniciativa requiere de ciertos factores.
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Artem Varnitsin, Adobe Stock
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"Es una mujer emprendedora", seguramente escuchamos a menudo, pero ¿se ha preguntado el alcance de ese concepto?
Una mujer decidida es sinónimo de fuerza, empoderamiento e inteligencia. Sin embargo, para llegar al éxito hay un trayecto que no es corto ni fácil.
Las emprendedoras tienen un perfil muy similar al de todas las mujeres, la diferencia está en que potencian sus cualidades.
Posiblemente, tuvieron otros objetivos y vieron la necesidad de ser independientes o experimentaron situaciones de desempleo y las condiciones del mundo laboral no cumplían sus expectativas.
Así que rescatamos cuatro aspectos a los que ellas prestan mucha atención.
1. Se enfocaron en el objetivo
La seguridad y claridad de lo desee plasmar, le permitirá direccionarse hacia el gran objetivo. Debe descartar las opciones e ir aterrizando las ideas que emitan señales de realización.
Lo más adecuado es hacer una sola cosa a la vez, así no desviará la atención, ni desgastará recursos, porque perder el enfoque sería abandonar todo lo avanzado.
Una vez que tiene la visión muy clara, viene un siguiente paso.
2. Trazaron estrategias
Con un diagnóstico real, es oportuno preguntarse cómo va a llegar al objetivo. Es tan importante esta fase porque tendrá un listado de los recursos y podrá darse cuenta de las fortalezas y debilidades.
Entonces, el conjunto de acciones coordinadas, le dirá por dónde ir para el crecimiento de la empresa y que ésta sea competitiva.
Los resultados empresariales dependen directamente de las estrategias o acciones que se ejecuten para llegar a las metas. Sin embargo, para poner en marcha una acción también necesita de otros soportes.
3. Se abren al conocimiento
Esta fase viene cargada de humildad que lleva tener conciencia de que el mundo y el conocimiento están en constantes cambios, por lo que el aprendizaje tiene que ser constante.
Incluso, una mujer emprendedora se vuelve responsable de su negocio y debe estar actualizada en conocimientos básicos, en cuanto a los requisitos para la creación de una empresa, la normativa tributaria del giro de negocio, etc.
Por otro lado, una empresaria debe estar preocupada en el desarrollo de sus capacidades para que pueda identificar las oportunidades, tendencias de mercado y anticiparse a posibles crisis.
Por eso debe prestar atención a otras aristas que le ayudarán a consolidar su negocio:
Educación financiera
- Manejar adecuadamente el presupuesto.
- Saber cuándo y en qué invertir.
- Ahorrar para etapas críticas.
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Educación tecnológica
- El crecimiento de la tecnología, las comunicaciones y la inteligencia artificial hacen que sea impensable un mundo sin estas herramientas:
- La modernidad implica cambios y eliminación de fronteras.
- Facilita la comunicación.
- Entrega nuevas aplicaciones para llegar mejor y a más clientes.
Fotografía: Jannoon028, Freepik
4. Son resilientes
Las situaciones inusuales pueden presentarse sin anticipación, pero una mujer emprendedora preparada tiene madurez empresarial.
Así que, en las etapas riesgosas, una emprendedora evidenciará esa capacidad de lidiar con factores externos para recuperar y transformarse.
Los emprendimientos son fuentes de empleo para otras personas y son dinamizadores de la economía de un país. Por ello, sustancial la formación de las mujeres en varios campos.
Estar al otro lado del escenario laboral es producto de la integración de varios elementos dentro de un proceso organizado. Las emprendedoras que llegan al éxito, probablemente no siguieron un patrón, pero sí sacaron a flote su poder de decisión para moldear sus proyectos.
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