El rosero, un comeibebe con sabor a historia
El rosero es una bebida tradicional que ha estado presente en la mesa de los ecuatorianos desde hace muchos años.
rosero
Ildi, Adobe Stock
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No se tiene un período exacto de cuándo apareció, pero sus primeros registros datan del siglo XVIII. Una publicación del sacerdote italiano Mario Cicala, menciona “una bebida hecha a base de mote, de un sabor delicioso y que era consumida por los criollos en la época de la Colonia”, explica el historiador culinario ecuatoriano Julio Pazos.
A decir de Pazos, esta bebida se preparaba en los conventos de las monjas de claustro y guardaba relación con las festividades del Corpus Cristi. Explica que “no se sabe exactamente de dónde se originó su nombre, se presume que puede ser de uno de sus ingredientes: el agua de rosas”.
El rosero está dentro de las categorías de comeibebe y está preparada a base de infusión de aguas aromáticas y frutas como piña, babaco, frutillas; además de otros ingredientes como el mote.
“No existen registros que cuenten cómo era su preparación original, porque antes (en la Colonia) nadie escribía recetas. El sacerdote Mario Cicala solo menciona algunos componentes y ligeramente algún procedimiento, por eso se puede presumir que, actualmente, sí se mantienen ciertos antecedentes de la preparación que se hacía antes”.
Pazos explica que la preparación del rosero puede tener muchas variantes, en Quito, por ejemplo “es más sofisticada que en Paute o Gualaceo, donde se agrega almidón”.
El rosero, al igual que otros platos típicos del Ecuador, es una muestra más del mestizaje cultural culinario. Pazos enfatiza que cuando los españoles llegaron a nuestro territorio, trajeron consigo sus costumbres gastronómicas, las mismas que se combinaron con los alimentos de origen incaico.
“Las prácticas de unos y otros se fueron combinando hasta lograr lo que hoy tenemos como nuestra cocina en la serranía, que es Andina y que es la nos representa”.
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