Un viaje literario por Quito: Entre páginas y cafés
En las estrechas calles empedradas de Quito, entre la majestuosidad de la arquitectura colonial y la modernidad que se cuela en cada esquina, existe un mundo literario esperando a ser descubierto por los amantes de los libros.
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Foto generada con AI, Ideogram
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La capital ecuatoriana, ubicada en las alturas de los Andes, no solo alberga paisajes imponentes, sino también rincones que palpitan con la magia de las letras. Hoy te invitamos a recorrer lugares icónicos para los amantes de los libros.
Nuestro viaje comienza en las bibliotecas, guardianas de tesoros literarios y conocimiento acumulado a lo largo de los siglos. Estas son algunas de las paradas esenciales que debes conocer:
Centro Cultural Biblioteca Ecuatoriana Aurelio Espinosa Pólit
En Cotocollao, al norte de Quito, la Biblioteca Aurelio Espinoza Polit destaca como un espacio cultural. Fundado en 1929, este sitio ha florecido en un jardín de conocimiento con aproximadamente 12 mil títulos y más de 350 mil libros. Aquí, las colecciones del siglo XIX se entrelazan con mapas antiguos y fotografías que capturan instantes perdidos en el tiempo.
“En las bibliotecas y archivos encontramos la memoria y la idiosincrasia del país”.
Roswelt Ramón, Jefe de Biblioteca de Aurelio Espinoza Polit
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El repositorio no solo alberga libros, sino fragmentos tangibles de la historia. Por ejemplo, exposiciones especializadas, como una enfocada en los misterios de los jesuitas quiteños. Además, una exhibición histórica que despliega ante nuestros ojos pertenencias de García Moreno al momento de su fallecimiento y la pila en la que Eloy Alfaro fue bautizado.
Actualmente, la entrada tiene un costo de $3.oo para adultos nacionales, $5.00 para extranjeros, $ 2.00 universitarios con carnet y $1,00 para estudiantes de colegios y escuelas.
Biblioteca Municipal Federico González Suárez en el Centro Cultural Metropolitano
En el vaivén de las calles que tejen historias, nos sumergimos en un rincón emblemático: la Biblioteca Municipal Federico González Suárez. Este no es simplemente un edificio de estanterías cargadas de libros, es un puente que une generaciones, donde el pasado y el presente convergen. Patricio Carvajal Flores, encargado del lugar, afirma:
“La red metropolitana de bibliotecas es un tesoro que se extiende por Calderón, Llano Grande, Tumbaco, Pintag, San Marcos y El Ejido, pero el latido principal es Federico González Suárez”.
Esta joya, nacida en 1826, es la primera biblioteca de Quito. Aunque su esencia original perdura, el lugar se ha multiplicado en salas. Literatura, Artes Plásticas, Fondo Quito con joyas como un libro de 1523, Ciencias Exactas, una hemeroteca y un espacio infantil con un aproximado de 600 libros.
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Patricio destaca: “Básicamente, sin los usuarios, este lugar no existiría. Es para ellos”. El acceso libre a la información es un derecho que él defiende, invitando a todos a explorar la biblioteca.
Librería Luz
Al caminar por el centro histórico, entre sombras coloniales, encontramos la Librería Luz. Dos vitrinas nos dan la bienvenida, desplegando novelas y colecciones que invitan a explorar mundos desconocidos.
Con 65 años, Librería Luz en las calles Venezuela y Manabí es un santuario literario donde el tiempo parece detenerse. Los amantes de la lectura encuentran aquí un refugio, ya sea en busca de una obra específica o simplemente para perderse entre los estantes.
Este es más que un negocio, es el legado de Patricia Cali, una pasión transmitida por su padre quien inició en el mundo de las letras con un puesto de alquiler de revistas. Pero que, poco a poco, fue creciendo gracias al cariño de los clientes.
Este espacio es un testimonio vivo de días en que las historias se compartían entre sus estanterías. Desde recetarios hasta joyas como mangas japoneses, este sitio resuena con aproximadamente 8 mil ejemplares, dejando que la magia de las letras perdure.
Con la presencia de la librería, Patricia anhela cultivar el hábito de la lectura, un acto que va más allá de las páginas, brindándonos la posibilidad de adquirir conocimiento en diversas áreas. Un aspecto esencial en nuestra sociedad actual.
Cafeterías para recargar energía
Después de sumergirte en las letras, ¿qué mejor que disfrutar de una taza de café en acogedoras cafeterías literarias? Aquí tienes algunas recomendaciones:
El Farol Café - Libro
Este rincón acogedor, que vio la luz en 2020 de la mano de Lorena Tafur y su esposo Jorge Santtori, se erige como más que una cafetería o una librería. Es un templo para los amantes de los libros y los aromas de café que tejen historias en cada taza.
En sus primeros pasos, Farol Café Libro eligió San Roque, un barrio considerado por muchos como conflictivo. Pero para Lorena, este era una oportunidad de llevar la luz de la literatura a quienes más lo necesitaban. Porque, según ella, los libros tienen el poder de iluminar vidas, y la misión de los libreros es estar donde la luz es más requerida.
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El sitio abre sus puertas no solo a lectores ávidos, sino también a escritores, artistas, pintores, cantantes y políticos. En Farol Café Libro, la visión es clara: brindar a la ciudadanía un espacio donde el acceso a la literatura no sea un privilegio limitado por recursos.
“Puedes venir, tomar un café, elegir cualquier libro y leerlo sin pagar. No necesitas alquilarlos, si te gusta, puedes comprarlos, pero no es un requisito”.
Lorena Tafur
En este escondite la soledad se disuelve, y las páginas de los libros se convierten en puentes que conectan a personas, generando conversaciones, debates y encuentros inesperados.
Tres Gatos Cafetería Librería
Finalmente, cerramos nuestro recorrido en la Cafetería 3 Gatos. Daniel Acosta, uno de los dueños y gestor cultural de esta felina morada, nos abre las puertas de un espacio donde convergen las pasiones por los libros, los gatos, el café, el vino y las conversaciones sinceras.
La lógica de este proyecto es generar algo muy cercano a un hogar, donde recibirías a tus amigos, explica Daniel. Aquí, el ambiente es cuidadosamente diseñado para que quienes lo visitan no solo se sientan cómodos, sino también inspirados. La cafetería no solo es un lugar para degustar café ecuatoriano, también es una librería y pequeña galería, aspirando a ser un epicentro cultural.
Pero, ¿por qué los gatos? Daniel nos revela el vínculo peculiar entre los felinos y los artistas. Es un fenómeno curioso, pues es raro encontrar a un pintor, músico o escritor que no haya compartido una relación afectiva con un gato. En la literatura latinoamericana, dos gigantes como Jorge Luis Borges y Julio Cortázar eran, en palabras de Daniel, gatunos a morir. Más allá de ellos, una miríada de autores en diversas áreas creativas ha encontrado inspiración y compañía en estos enigmáticos compañeros.
Así que, si eres un apasionado de la literatura, no puedes dejar de visitar estos destinos en Quito. En cada página y sorbo de café, encontrarás una nueva historia que te hará enamorarte aún más de esta ciudad encantadora.
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