Ford Kuga: cuánto anda y consume el SUV híbrido
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La transmisión corre por cuenta de una caja eCVT que se encargará de que olvide qué era un cambio.
El sistema eléctrico está compuesto por una batería de alto voltaje (almacena energía) que se carga mientras el motor naftero está funcionando, mediante el sistema de frenado regenerativo y del generador, que transforma la energía mecánica en energía eléctrica.
En modo eléctrico, como todo buen híbrido, va a depender del peso de su pedal derecho (y de la carga de la batería) cuánto puede llegar a andar en ese modo. Pero todavía los híbridos siguen siendo muy celosos y ante cualquier cambio brusco de condiciones, activan el naftero. Como los autos de carrera emite un ringtone para alertar al entorno que hay un auto eléctrico maniobrando.
En ciudad se puede estirar un poco el modo eléctrico con la posición L de la caja, cuya meta es regenerar lo máximo posible la energía de la frenada y por ende mantener alimentado el motor eléctrico. Cambian un poco las condiciones de manejo pero se le agarra la mano rápidamente y los resultados, en términos de eficiencia y económicos, lo valen.
En modo “D” y con el modo Eco activado, gasta un promedio de 8,5 litros cada cien, aunque en L y siendo muy amables con el pedal derecho la cifra probablemente pueda bajarse todavía más: en los híbridos los consumos urbanos pueden ser bastante más dispares. Un detalle: esta Kuga tiene grilla activa que hace más eficiente el ingreso de aire y, por ende, impacta ligeramente en su economía.
En ruta, a 100 km/h pide 5 litros cada cien, con intermitencias eléctricas que permiten alcanzar esa cifra (siempre y cuando esté en crucero y no trepando o exigido) y a 130 necesita 8,2 litros.
El motor eléctrico entrega de manera plana su par y por eso las aceleraciones son muy buenas: más 200 CV es una potencia para nada despreciable y de hecho una de las más poderosas del segmento.
El cero a cien lo registra en 7,8 segundos, el kilómetro en 28,5 segundos y la recuperación, en muy buenos 4,8 segundos. Difícilmente busques la Kuga para bajar tiempos, pero tiene reacción y potencia bajo el pie derecho garantizados, en caso de necesitarla.
Comportamiento
Para hacer las fotos nos fuimos un poquito del asfalto (no confirmamos ni desmentimos habernos perdido en algún camino secundario) y comprobamos que es un auto que permite una ligera licencia off road en términos dinámicos, pero siempre con las limitaciones de un tracción delantera. Las Michelin están pensadas como un neumático “para agarre premium” pero de asfalto, con lo cual nada de dibujo mixto ni grip para tierra batida. Pese al despeje los bajos pueden rozar eventualmente cuando agarra una huella o algo similar, así que a estar atentos.
La electrónica sí puede dar una mano si los caminos se ponen rebeldes. Además del modo normal y eco que puede usar todos los días, suma los “deportivo” (aumenta la respuesta del acelerador y endurece la dirección), “resbaladizo” (agua, hielo, pasto o una delgada capa de arena o ripio) y “nieve/arena”, que desconecta parcialmente el control de tracción por si se anima a algún camino más complicado.
Sobre pavimento la Kuga es muy franca. En ruta va muy bien plantada y en ciudad el perfil 65 del caucho también ayuda a una suspensión independiente trasera con la que copia sin mayores problemas. Hace uso de dos cosas del Focus: de la plataforma del último y del sistema vectoring control, lo que mejora su comportamiento en curva administrando el empuje de cada rueda.
Kuga es un auténtico crossover (por lo menos esta variante), con un comportamiento super equilibrado y con una pequeña asistencia electrónica por si la aventura del viaje implica salirse del pavimento, algo que muy probablemente suceda con el 95% de los clientes de este segmento.
Tomado de: Autotest
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