Este hotel sostenible inaugura su segunda etapa
Le Parc, en Quito, amplía la oferta con 30 nuevas habitaciones, restaurante, cafetería, un coworking de 500 m2 y una piscina a 70 metros de altura. Se generan 30 empleos adicionales. La operación limpia de todo el establecimiento ahorra hasta un 60 % el consumo de energía y agua.
Hotel LeParc
Lobby del Hotel LeParc, en Quito.
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El 2024 empezó a lo grande para el hotel Le Parc, en Quito. Después de un 2023 donde se registró un 80 % de ocupación de sus 30 habitaciones, el nuevo paso ha sido ambicioso. Juan Sebastián Latorre, su gerente General, está orgulloso del esfuerzo atravesado para llegar a esta segunda etapa, en la que se abren las puertas de 30 nuevas habitaciones, se relanza su exclusivo restaurante, se inaugura una nueva cafetería, se ofrece un flamante espacio de coworking de 500 m2 y se tiene a punto una piscina a 70 metros de altura. A ello se suma un spa con cuatro cabinas de lujo, peluquería y spa de perros y más estacionamientos. Detrás de toda esta inversión está la creación de 30 plazas de empleo más que se suman a las 30 con la que actualmente opera.
El concepto de Le Parc redefine la elegancia y el servicio, gracias a su arquitectura vanguardista diseñada por el arquitecto Cristian Wise y decorado por la diseñadora Adriana Hoyos. Siendo responsable con el ambiente, el hotel también se une al concepto de sostenibilidad gracias a una fuerte inversión en tecnología, que permite reducir el consumo de agua y electricidad, esto debido a la incorporación de paneles solares, planta de tratamiento de aguas jabonosas, planta de tratamiento de agua lluvia, planta de tratamiento de agua potable y uso de materiales sostenibles, lo que lo hizo merecedor de la Certificación Edge Advance, la cual es un reconocimiento de buenas prácticas empresariales.
Al respecto, Latorre da más detalles. “Hemos construido un proyecto extremadamente sostenible, con mucha tecnología detrás. El concepto desde su inicio se ajusta a los mecanismos de desarrollo limpio, nos alineamos para reducir el uso de energía y agua. Contamos con varios sistemas de cisternas que nos sirven para reutilizar el agua, primero para consumo, después para uso personal, como bañarse, y por último para jardinería. En su cuarto uso lo incorporamos al sistema de alcantarillado como agua potable. Es decir, incluso ‘el desperdicio’, nosotros lo potabilizamos”.
En cuanto a la energía, el hotel utiliza diferentes sistemas a través de los cuales es el propio edificio el que elige de dónde utilizar o reutilizar por medio de los paneles solares. “Entonces, no necesariamente consumimos de la red eléctrica sino que también somos autosuficientes, muy innovadores y conscientes. Además hay otros detalles menores, que no necesitan de mucha inversión, pero que causan impacto como utilzar focos más eficientes o que los pasillos prendan o apaguen la luz dependiendo del uso. Más que una inversión en tecnología extremadamente nueva, hacemos las cosas de la mejor forma posible”.
Finalmente, sobre la operación de la nueva piscina, explica que se la maneja bajo un sistema independiente, recibe tratamiento diario con productos para el cuidado del agua, con regulaciones hacia los residentes y huéspedes, a fin de evitar que se contamine el agua. Y, con un buen sistema de recirculación, no es necesario descargar, por lo que no contamina y se ahorra líquido vital.
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