Un manual para agricultores ecuatorianos resilientes
Una didáctica y precisa guía fue desarrollada por Banco Pichincha. Al seguir los consejos, los actores de la cadena agroalimentaria pueden fortalecer sus operaciones frente a fenómenos naturales.
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Con el objetivo de apoyar a la actividad agrícola del país, Banco Pichincha desarrolló un manual de Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) dirigido a los productores agrícolas, tanto clientes como no clientes. Este manual tiene como propósito socializar los principios, normas y recomendaciones técnicas aplicables a la producción, procesamiento, y transporte de materias primas. Estas medidas de prevención precautelan las condiciones de los cultivos y garantizan su seguridad.
El sector agropecuario aporta el 7,7 % al Producto Interno Bruto (PIB) del país y es parte fundamental de la seguridad alimentaria. Por ello, Banco Pichincha, desde 2019, tiene una alianza con Rabobank, el principal banco agro del mundo. Conjuntamente trabajan en estrategias para aumentar la inclusión financiera en el sector y mejorar las condiciones de vida de los agricultores ecuatorianos. Con esta alianza, según sus cifras, ha logrado colocar USD 5.974 millones en crédito al agro, entre 2021 y 2023.
“Al aplicar estas prácticas se busca disminuir el riesgo de afectación de cultivos e infraestructura, así como controlar las pérdidas de producción en campo. También se desea evitar interrupciones en el flujo logístico del comercio de productos, proteger a las comunidades y preservar los recursos naturales en riesgo”, explica Pablo Concha, gerente Sector Agrícola de Banco Pichincha. En este sentido, el experto detalla cuatro consejos para aplicar o implementar correctamente estas prácticas. "Al seguir estos consejos, los agricultores y actores de la cadena agroalimentaria pueden fortalecer la resiliencia de sus operaciones frente a fenómenos naturales. De esta forma, resguardarán la continuidad de su producción y seguirán contribuyendo al desarrollo sostenible del sector agrícola del Ecuador".
1. Análisis preliminar de infraestructuras y maquinarias:
· Es recomendable que los actores realicen un exhaustivo análisis de todas las infraestructuras y maquinarias en cada unidad productiva.
· También que inspeccionen sistemas básicos como riego, drenaje, muros de contención, energía eléctrica, sistemas de bombeo, bodegas, etc.
· No puede quedar de lado la ejecución de mantenimientos preventivos y rigurosos, con el fin de desarrollar resistencia ante eventos climáticos extremos como lluvias fuertes o sequías.
· Asimismo, efectuar los reforzamientos necesarios para la prevención de los cultivos aledaños a los principales.
2. Racionar el uso de recursos y desarrollar nuevas técnicas:
· Se aconseja manejar adecuadamente los recursos naturales, como agua y suelo, para resistir excesos de precipitaciones.
· En casos de sequía, se recomienda implementar prácticas como la reforestación de cuencas y la tecnificación de sistemas de riego para optimizar el suministro de agua.
3. Verificar condiciones de vías y rutas de acceso:
· Ante posibles afectaciones por lluvias, se debe readecuar caminos y rutas de acceso a alternos para los cultivos, centros de almacenamiento, distribución y otros.
· Se recomienda realizar mantenimientos ordenados, especialmente en áreas cercanas a canales de agua susceptibles a inundaciones.
4. Revisar niveles de inventario de insumos:
· Es importante realizar análisis y proyecciones de los insumos necesarios para la producción, ante la posibilidad de escases o un quiebre de inventarios.
· Para ello, se sugiere implementar un Calendario de Planificación Maestra, en donde se asegure cuáles serían los principales insumos o materiales para la producción, con base en registros de producción.
· Finalmente, no se debe dejar de consolidar los inventarios de seguridad con al menos tres meses de anticipación a los arranques de producción.
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