Walmart, el gigante de tiendas y almacenes que pudo derrotar a la inflación y ahora se enfrenta a Amazon
Walmart lleva una década como la primera compañía del mundo por facturación, pero ese reinado está llamado a su fin ante la pujanza global de Amazon.
Imagen referencial de un local de Walmart.
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EFE
Autor:
Miguel Jiménez
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Los precios bajos han estado en el ADN de la cadena de almacenes Walmart desde antes incluso de su fundación. Eran la obsesión de Sam Walton cuando la primera tienda de la marca abrió sus puertas en 1962 en Rogers (Arkansas). Con esa simple receta, Walmart creció sin freno hasta convertirse en 1990 en el primer minorista de Estados Unidos.
Esa estrategia ha atraído históricamente a las rentas bajas y medias. Sin embargo, ahora que el bolsillo aprieta, los “precios bajos todos los días” ―el lema de la compañía― han seducido también a consumidores de mayores rentas. Si Amazon fue el gran triunfador de la pandemia, Walmart lo es de la crisis de inflación.
La rivalidad entre esos dos gigantes está servida. Walmart lleva una década como la primera compañía del mundo por facturación, pero ese reinado está llamado a su fin ante la pujanza global de Amazon.
Walmart facturó USD 648.125 millones en el último ejercicio y Amazon, USD 574.785 millones, pero las ventas de la compañía fundada por Jeff Bezos ―por el negocio de computación en la nube más que por el minorista― crecen más del 10% y las Walmart, en torno al 5%. El adelantamiento se podría producir incluso el año próximo.
Aun así, el gigante de la distribución del mundo físico no se ha dormido en los laureles y está decidido a dar la batalla al líder del comercio electrónico, también en su propio terreno, sin renunciar a sus raíces.
“Nuestros esfuerzos por reducir los precios han contribuido a que la inflación total (de nuestros productos) en términos comparables se haya mantenido prácticamente plana en los últimos cuatro trimestres”, aseguraba el mes pasado en una conferencia con analistas John David Rainey, director financiero del grupo.
Los hogares con ingresos superiores a USD 100.000 representaron el 75% de las ganancias de cuota de mercado de Walmart en el último trimestre, según explicó su consejero delegado, Douglas McMillon, una tendencia que se repite desde hace dos años. Atraer a rentas más altas genera ventajas adicionales porque su poder adquisitivo es mayor. “En Estados Unidos, este trimestre casi no ha habido inflación en tiendas comparables. Ha sido satisfactorio ver que las ventas de mercancía general (excluida alimentación) crecen en Estados Unidos, a pesar de que los precios se han deflactado más de un 4%”, celebró McMillon.
La virtud de Walmart es que a la vez que gana la batalla contra la inflación, está aumentando su rentabilidad, con la apuesta por nuevos servicios y fuentes de crecimiento. La cuenta de resultados ha cambiado su composición desde la clásica de una tienda cualquiera, con ventas de productos a las que restar el coste de la mercancía y los gastos generales a una que tiene ingresos de suscripción, publicidad, logística, monetización de datos y servicios complementarios. Esta semana ha cerrado la compra del fabricante de televisores Vizio, cuyo sistema operativo de televisión interactiva es una exitosa plataforma publicitaria.
En el último trimestre, las ventas de comercio electrónico aumentaron un 27%, el negocio de publicidad creció un 28% y el de afiliación, un 22%. “Esto nos ha ayudado a aumentar los beneficios más rápido que las ventas, incluso mientras trabajamos para ayudar a bajar los precios”, dijo el consejero delegado. “El rápido crecimiento de estos nuevos negocios nos está ayudando a fortalecer nuestro modelo”, añadió.
El grupo tiene su propia cadena de afiliados, al estilo Costco, llamada Sam’s Club, que factura unos USD 90.000 millones anuales y además cuenta con el servicio Walmart+, su equivalente al Amazon Prime, que incluye envíos gratis, acceso al streaming de Paramount+, rebajas en la gasolina, descuentos en Burger King y otras ventajas.
Walmart, un termómetro del consumo estadounidense, está sacando ventaja de su escala en su apuesta por el comercio electrónico. Ha avanzado en la integración de las tiendas físicas y digitales.
Además, al igual que en el caso de Amazon, su plataforma comercializa productos de terceros. Junto a ello, ofrece también servicios logísticos a empresas que no venden a través de su aplicación. La densificación de las entregas, el reparto desde las tiendas y la automatización de procesos abarata los costes. Los ingresos aumentan porque cada vez más clientes solicitan la entrega urgente aunque tengan que pagar un plus.
La rentabilidad del comercio electrónico
Todo eso está mejorando los márgenes, pero ese segmento sigue siendo deficitario para Walmart. “En lo que respecta a la rentabilidad en el comercio electrónico, no creemos que debamos correr. Este es un juego a largo plazo”, tranquilizó McMillon a los analistas que preguntaban por ello.
“Estamos muy seguros de que vamos a ganar dinero en el comercio electrónico. No me importa si eso ocurre hoy, mañana, dentro de una semana, dentro de un mes o dentro de un trimestre. El conjunto funciona, y tenemos una gran oportunidad de hacer crecer ese negocio, así que apunto a largo plazo. En algún momento, les diremos que hemos ganado dinero en el comercio electrónico y ya no tendremos esta conversación nunca más”, argumentó.
Las ventas digitales alcanzaron los USD 100.100 millones el pasado ejercicio (el 16% del total) y vienen creciendo a un ritmo superior al 20%. Sin embargo, Walmart también está reforzando su implantación física. El grupo anunció en enero que prevé construir o reconvertir más de 150 establecimientos en Estados Unidos en los próximos cinco años, al tiempo que continúa con su programa de reformas y remodelaciones de las ya existentes. Tiene una implantación de más de 3.900 tiendas en los 50 Estados, Washington y Puerto Rico.
El negocio internacional tiene un peso de solo el 18% en las ventas. Tras Estados Unidos, el segundo mercado es el de México y Centroamérica, con USD 49.726 millones de facturación el año pasado, seguido por Canadá (22.639 millones) y China (17.011).
El grupo con sede en Bentonville (Arkansas) está usando herramientas de inteligencia artificial generativa para mejorar el servicio al cliente y la tecnología de búsqueda y sugerencia de productos. Trata de innovar tanto en su tienda electrónica como en las físicas. En el nuevo establecimiento de 14.000 metros cuadrados de Sam’s Club en Grapevine, a las afueras de Dallas (Texas), las cajas tradicionales han desaparecido. Los clientes escanean los productos con su móvil y un sistema de visión computarizada asistido por inteligencia artificial controla a la salida que los hayan pagado.
El grupo celebró la extensión de este modelo “mientras otros minoristas han tenido problemas para implantar una tecnología similar a gran escala, y algunos han abandonado sus esfuerzos”. Sin citarlo, un recado para Amazon y el fiasco de su cadena Amazon Go.
Contenido publicado el 9 de diciembre de 2024 en El País, ©EDICIONES EL PAÍS S.L.U.. Se reproduce este contenido con exclusividad para Ecuador por acuerdo editorial con PRISA MEDIA.
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