"Los venezolanos han desarrollado métodos para resistir y mantenerse informados"
Luis Carlos Díaz, periodista y defensor de derechos humanos, relata a PRIMICAS cómo ha sido el ejercicio del periodismo y la libertad de expresión en Venezuela, en medio de la persecución estatal.
Venezolanos se manifiestan en las calles de Caracas, el 9 de enero de 2024, en apoyo a la líder política opositora María Corina Machado. ,
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Miguel Gutiérrez / EFE
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En los últimos años, la libertad de expresión en Venezuela se ha visto golpeada y, prácticamente, silenciada, por el aparato represor del Estado.
Esta situación se agudizó luego de las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024, que según los resultados presentados por el Consejo Nacional Electoral (CNE), dieron la victoria a Nicolás Maduro, pese a que hasta ahora, no se han publicado las actas con los resultados oficiales.
Según la ONG venezolana Foro Penal, con corte al 15 de enero de 2025, en Venezuela existen 1.687 presos políticos, de los cuales cuatro son menores de edad. Solo entre el 1 y el 12 de enero de 2024, días álgidos por la toma de posesión de Maduro, Foro Penal contabilizó 83 detenidos políticos.
Los presos políticos en Venezuela no solo son actores políticos, tras las elecciones del 28 de julio, aumentó la persecución a periodistas y defensores de derechos humanos, y en general, la detención de cualquier persona disidente al régimen.
PRIMICIAS conversó con Luis Carlos Díaz, periodista y defensor de derechos humanos, con énfasis en libertad de expresión y derechos digitales, sobre el ejercicio del periodismo y la libertad de expresión en Venezuela, en los años recientes, y de lo que se esperaría en materia de libertades civiles bajo un nuevo mandato de Nicolás Maduro.
¿Cómo ha sido el ejercicio del periodismo en Venezuela en los últimos años?
Para mi generación —yo estoy terminando mis 30—, lo único que ha existido es es el cierre del espacio cívico, de la libertad de expresión; no en el sentido cubano o norcoreano de que todo está prohibido, sino que vivimos el tránsito de una sociedad abierta a una cerrada.
En mis años de ejercicio, lo que he visto es la muerte constante de medios, perseguidos por la censura; la persecución constante, y una suerte de silenciamiento de la sociedad. Generacionalmente, no conocemos la normalidad; lo que conocemos es la resistencia, el riesgo, la persecución.
Eso es grave, porque te deja de marcas; en Venezuela hay algo que podemos llamar 'daño acumulado', porque ha pasado tanto tiempo, con tantas cosas prohibidas que ya pasan a ser invisibles. De pronto, te sorprendes de que no han cerrado ninguna radio en 2025, pero claro, es que ya cerraron demasiadas en años anteriores.
La posibilidad de que la radio y la televisión hagan cobertura de protestas está prohibido por ley desde 2004 y con más fuerza desde 2014, porque corren el riesgo de ser acusados de incitar a la protesta. En Venezuela, no hay programa de televisión de opinión política libres, desde hace décadas.
En paralelo, tenemos periodistas exiliados, perseguidos, encarcelados, desaparecidos, torturados. Son muy pocos los casos de periodistas asesinados, como ocurre en México y Honduras, pero no deja de ser menos grave.
"El patrón en Venezuela es desaparición, tortura y exilio".
¿Y qué ha cambiado luego de las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024?
Hay un patrón distinto de represión. Lo primero fue que Nicolás Maduro y Tarek William Saab (fiscal general) dijeron en la televisión del Estado, al aire, cuántos presos políticos querían. Antes, la dictadura negaba que tuviese presos políticos.
Eso implicó que la policía saliera a la calle a agarrar gente al azar, por eso es que la mayoría de presos políticos del 28 de julio en adelante no estaban protestando; incluso se llevaron a niños. La policía hizo una pesca rápida, porque tenía que cumplir cuotas.
Ahí se da la situación en la que tenemos periodistas presos, pero no necesariamente por ser periodistas, sino porque simplemente los agarraron en la calle. Fue muy azaroso.
El segundo patrón es que ya ellos dijeron de qué los iban a acusar: terrorismo, conspiración, crímenes de odio. Es un patrón que criminaliza a la disidencia, en la que primero te culpo y después te agarro.
Y el tercer patrón fue que se desató lo que yo llamo 'la persecución comunitaria'. El chavismo habilitó a sus bases, a su gente, para que también detuviera gente. Entonces tenías a gente del PSUV (Partido Socialista Unido de Venezuela), a alcaldes y gobernadores, con permiso para acusar y perseguir gente. Esto también desató una persecución a periodistas en regiones, en localidades pequeñas.
Incluso le dijeron a la gente que utilizara una aplicación para acusar gente, o también podían hacerlo por Whatsapp. El chavismo hizo que personas muy precarias, que dependen del Estado se conviertan en 'sapos' de sus propios vecinos o familiares, a eso le llamamos 'daño antropológico', cambiaste los valores de una sociedad, rompiste el tejido social. Eso es imperdonable.
Hay que recordar algo, lo que está investigando la ONU y la Corte Penal Internacional en Venezuela son crímenes de lesa humanidad, porque están generalizados contra un grupo. Pero en el caso venezolano, el grupo que está perseguido se califica como 'disidentes políticos o personas percibidas como tales', eso es lo que el chavismo persigue.
Con estos nuevos patrones, ¿se ha incrementado el encarcelamiento y el exilio forzado de periodistas?
Después del 28 de Julio, empezamos a ver periodistas presos. De hecho, llegamos a tener cerca de 15. No habíamos tenido nunca tantos periodistas presos en Venezuela. Y muchos eran de las regiones.
Y hay otro fenómeno, tienes periodistas que salieron por la frontera, exiliados, o que ahora están en la clandestinidad. Esto sigue pasando.
Además, en Venezuela ya se demostró que hay discriminación política, apartheid. El chavismo castiga desde hace rato, te quita beneficios sociales por no ser chavista.
Para la ciudadanía en general, ¿cómo ha sido el ejercicio de la libertad de expresión y de la protesta en los últimos años?
Si revisas las cifras del Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS), te darás cuenta que no ha dejado de haber protestas; pero hubo un cambio, una domesticación: ahora hay menos protestas políticas, de “Maduro, vete ya”, porque esas son reprimidas, y muchas más protestas por mejoras salariales y laborales, o de servicios básicos.
Pero, detrás de eso también está la política, porque en Venezuela los servicios básicos dependen del Estado, y además, es el principal contratante, por eso los malos salarios son su culpa.
La represión dura contra la protesta ocurrió en los años 2014, 2017 y 2019; esas terminaron con gente asesinada, detenida o desaparecida.
Pero, el año pasado hubo un fenómeno con la campaña electoral, la gente volvió a salir a las calles; en los recorridos de María Corina Machado, la gente inundó pueblos y ciudades. Esto también fue una forma de protesta. El país entero se levantó, eso es correspondiente con los resultados electorales, porque Edmundo González ganó en todos los Estados.
Y en términos de libertad de expresión, los venezolanos no pueden acceder a la información. Cada vez hay menos medios. Y el Estado no te da acceso a información pública.
Por otro lado, ha habido gente presa en Venezuela por publicar cosas en redes sociales. Sin embargo, la gente ha desarrollado métodos para resistir, migró masivamente a Whatsapp para saber qué está pasando, porque estás más seguro, las comunicaciones están cifradas. Desde una oficina en Caracas, no pueden saber qué estás hablando.
En sus investigaciones, la ONU también descubrió que todo está hecho para inhibir la actividad política, presionan para que la gente se inhiba y tenga miedo.
Ante la censura y bloqueo de medios, ¿qué alternativas han encontrado los periodistas en Venezuela para seguir informando, y los ciudadanos para informarse?
Los ciudadanos están con hambre informativa y la van llenando por pedazos de información en sus redes personales, así vas armando el rompecabezas.
Con los periodistas, no es que todos resistieron; hay un cierre de medios, una reducción enorme, muchos periodistas dejaron de serlo o tuvieron que irse del país.
Lo que queda es una oferta mínima, menos de 20 medios digitales, que tienen algún tipo de financiamiento, pero que no van a crecer más. También surgió una línea de medios venezolanos en el exterior.
Y ante el constante bloqueo de medios digitales, la mayoría informa por sus redes sociales. También se desarrolló una 'app' que se llama 'Noticias sin filtro', que te permite ver todos los portales de Venezuela bloqueados, y ya incorpora un VPN (red privada virtual). Entonces puedes ver las noticias de esa página bloqueada. Además, tienes podcasts libres.
En los últimos meses, también se ha visto una persecución al trabajo de las ONG´s y defensores de derechos humanos por parte del Gobierno venezolano.
Es el mismo patrón, es buscar a todas las personas percibidas como disidentes. Las ONG tienen un rol clave, porque acompañan a las víctimas, les enseñan de sus derechos. Y además, están alimentando las investigaciones de la Corte Penal Internacional y de la ONU, o dando información a la diplomacia mundial para que otros países tomen medidas sobre Venezuela.
De hecho, que hayan encarcelado a Carlos Correa (director de la ONG Espacio Público) es muy grave, porque él es el defensor de derechos humanos más importante de Venezuela en materia de libertad de expresión. Lo excarcelaron en la madrugada del 16 de enero, pero pasó ocho días desaparecido. Es un mensaje contra los periodistas y las ONG´s.
Todavía están presos los activistas y defensores de derechos humanos Javier Tarazona y Rocío San Miguel.
Como las ONG's han sido tan resistentes, entonces crearon la Ley de Fiscalización de ONG´s, donde les dicen que se registren nuevamente. Pero, es un registro que no pueden cumplir, porque tienen que ajustar su carta fundacional a los valores del chavismo y del Estado, y darles sus datos de financiamiento.
¿Cómo se vislumbra el ejercicio del periodismo y de la libertad de expresión en Venezuela en un nuevo mandato de Nicolás Maduro?
Más persecuciones, amenazas y censura.
Pero, el chavismo también juega a la normalización, muestran el país de la burbuja.
Tienes a políticos que no aportan a la causa democrática, a empresarios que pactaron con el Gobierno. Los gremios empresariales no critican; un expresidente de Fedecámaras (Federación Nacional de Cámaras de Comercio) está detenido, y no hay ni un comunicado de los empresarios.
También hay periodistas acomodados, que solo hablan de emprendimientos. Ese es el futuro, un país que finge que las cosas están bien.
¿Qué tanto impacto tienen las redes internacionales de periodistas u organizaciones civiles para dar a conocer lo que ocurre en Venezuela?
Es fundamental y necesario. Los venezolanos ya hicieron lo que está en el tablero de la democracia; apostar a la solidaridad internacional es fundamental. Estados presionan a Estados. La sociedad civil venezolana debe documentar las cosas y los venezolanos afuera presionar a esos gobiernos.
Lo peor que puede pasar es que se naturalice lo que pasa en Venezuela; ya los venezolanos decidieron. El chavismo hoy es una minoría armada que persigue y asesina.
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