Donald Trump dice que Harvard "es un chiste" y que esa universidad no debe recibir fondos federales
Después de congelar los USD 2.200 millones de fondos federales de Harvard, Donald Trump sigue arremetiendo en contra de una de las universidad más importantes de Estados Unidos.

Personas cruzan una puerta al salir de Harvard Yard, en el campus de la Universidad de Harvard en Cambridge, Massachusetts, 15 de abril de 2025.
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AFP
Autor:
Redacción Primicias/AFP
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El presidente Donald Trump dijo el 16 de abril de 2025 que la prestigiosa universidad de Harvard es un "chiste" y no debería recibir más fondos federales, en un nuevo embate contra los centros de educación superior de élite de Estados Unidos.
Harvard se ha negado a acatar las exigencias del gobierno de Trump, que en represalia anunció la congelación de USD 2.200 millones de fondos federales. Además, exigió una disculpa de parte de la universidad.
Dos medios de comunicación, CNN y el Washington Post, informaron el miércoles que Trump también pidió formalmente al fisco que suprima la exención otorgada a Harvard.
"Harvard ya ni siquiera puede considerarse un lugar decente de aprendizaje y no debería figurar en ninguna lista de mejores universidades del mundo", escribió Trump en su plataforma Truth Social.

El presidente estima que la institución recluta "izquierdistas radicales, idiotas y cabezas de chorlito". "Harvard es un chiste, enseña odio y estupidez, y no debería recibir fondos federales", añadió.
El magnate republicano acusa a Harvard y a otras universidades de permitir el antisemitismo en sus campus.
La institución situada cerca de Boston, que forma parte de la muy selectiva Ivy League y cuenta con aproximadamente 30.000 estudiantes, ocupa desde hace años los primeros puestos del ranking académico de universidades de Shanghái.
Al igual que otros campus estadounidenses, Harvard está en el punto de mira de los conservadores que libran una ofensiva contra las universidades estadounidenses por considerarlas demasiado izquierdistas.
La ofensiva se endureció al ser escenario de protestas estudiantiles contra la guerra de Israel en Gaza, que desencadenaron críticas sobre la falta de protección a los estudiantes judíos de los campus.
Efecto inmediato
Donald Trump pidió el martes a la institución que "se disculpe" y criticó la exención fiscal de la que se beneficiaba hasta ahora, considerando que debería "ser gravada como una entidad política, si continúa defendiendo su 'locura' política, ideológica, inspirada por/que apoya el terrorismo".
La universidad privada, dotada de un patrimonio de más de USD 50.000 millones, disfruta de una exención fiscal federal y otra del estado de Massachusetts.
El gobierno ha pedido a la universidad y a otras instituciones que implementen una serie de medidas, incluida una "auditoría" de las opiniones de los estudiantes y del cuerpo docente. De lo contrario, el estado federal cortará el grifo de las subvenciones. Harvard se ha negado rotundamente.
En una carta a estudiantes y profesores, el rector de la universidad, Alan Garber, recordó que la universidad tomó medidas contra el antisemitismo hace un año y aseguró el lunes que Harvard "no abandonará su independencia ni sus derechos garantizados por la Constitución", como la primera enmienda sobre la libertad de expresión.
"Ningún gobierno, sea cual sea el partido en el poder, debe dictar a las universidades privadas lo que deben enseñar, a quiénes pueden reclutar y contratar, ni sobre qué materias pueden llevar a cabo investigaciones", añadió.
En represalia la administración congeló USD 2.200 millones en subvenciones federales, con efecto inmediato.
Sarah Fortune, una investigadora de gran prestigio, recibió la orden de detener su investigación sobre la tuberculosis. Se la dio la estructura federal que la financia, los NIH, informó la escuela de salud pública de Harvard.
La respuesta firme de Harvard fue aclamada por cientos de profesores y varias personalidades del Partido Demócrata, incluido el expresidente Barack Obama, quien elogió un "ejemplo" y expresó la esperanza de que otras "instituciones" sigan este camino.
Por el contrario la universidad de Columbia ha aceptado llevar a cabo profundas reformas, vistas por algunos como una capitulación ante la administración Trump.
El martes precisó sin embargo que rechazará "cualquier acuerdo" que ponga en riesgo su "independencia".
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