Donald Trump dice que Estados Unidos dejó de ser woke, ¿a qué se refiere?
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, avanza en su plan de liberar a Estados Unidos de la llamada 'ideología woke'. Pero, ¿a qué llama exactamente 'woke?

Fotomontaje de PRIMICIAS para simbolizar a Donald Trump y su postura ante la ideología woke.
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AFP
Autor:
Redacción Primicias
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El viraje que experimenta Estados Unidos es más que un coyuntural golpe de timón: el presidente Donald Trump está decidido a aplicar un cambio profundo en las estructuras de su país. Lo sorprendente es que lo haga al mismo tiempo y en diferentes ámbitos, desde lo económico y lo gubernamental, pasando por lo social. Pero aún más sorprendente es que cante victoria con solo dos meses de mandato.
Al menos, ese triunfalismo se sintió ampliamente el 4 de marzo, cuando Trump se dirigió al Congreso de Estados Unidos y proclamó: "Nuestro país ya ha dejado de ser 'woke'".
El mismo Trump resumió así su política anti-woke hasta el momento:
- Sacar a los varones (es decir, a las mujeres trans) de las competiciones deportivas de mujeres.
- Instaurar una política "de que solo hay dos géneros", masculino y femenino.
- Acabar con las iniciativas de inclusión y diversidad en el Gobierno (y las grandes empresas están plegando).
- Alistar una ley para prohibir el cambio de sexo en menores de edad.
Por supuesto, Trump, al igual que los conservadores y los seguidores de la nueva derecha de Estados Unidos y el mundo, han dado al término 'woke' un significado distinto al original.
¿Qué era antes el término woke?
'Woke' en inglés significa, literalmente: "desperté". Se convirtió en parte de la jerga de los movimientos radicales antirracista de los años 40 de Estados Unidos para significar que había que estar atento ante las injusticias de la sociedad. En Ecuador, diríamos: "ponte pilas", "avíspate".
Es decir, la palabra woke se volvió una jerga, aunque el término usado realmente era 'stay woke', es decir, "pemanecer despierto", estar en constante alerta frente a las injusticias sociales. Esosí, era un vocablo propio de campus estadounidenses, y solo de los más radicales.
En 1965, el activista y pacifista Martin Luther King la usó en su famoso discurso “Remaining Awake Through a Great Revolution” (hay que permanecer despierto a través de de esta gran revolución).
Otros afirman que el inventor del término fue el novelista afroestadounidense William Melvin Kelley, quien en 1962 publicó un ensayo titulado 'If You're Woke, You Dig It' ('Si estás despierto, lo entiendes').
¿Qué es ahora lo 'woke'?
Desde la década del 2010, el término 'woke' se utilizó para enmarcar la nueva ola de corrección política. Tuvo impulso con el surgimiento del movimiento antirracista Black Lives Matter en 2013, pero se contagió como definición para otras luchas sociales.
Por ejemplo, llegó al #MeToo contra el acoso y el abuso sexual, y ahora se utiliza para enmarcar todo lo relacionado a la inclusión forzada (las cuotas de género y de consideración LGBT+), la revisión de la historia (con el hombre blanco como el gran villano del relato) y la validación de la autopercepción para definir lo masculino, lo femenino u otros géneros inventados por la ideología de género, su prima-hermana. Y todo esto fue adoptado por los políticos de izquierda para perfilar lo que se llama "el marxismo cultural".
Estos movimientos no se llamaron a sí mismos 'wokes', sino "progresistas". La palabra woke se utiliza actualmente de forma crítica, a menudo por personas de tendencia conservadora o descontentas con la izquierda, para arremeter contra lo que perciben como una imposición de ideas y elementos que les parecen artificiales y forzados. En otras palabras, se volvió un insulto. Así lo usa Trump.
El plan de Trump
El arrasador triunfo electoral de Donald Trump, quien hizo campaña abiertamente en contra de la ideología woke, le ha dado un amplio margen de maniobra para atacar al progresismo.
En estas semanas, se enfocó para dar por terminadas todas las políticas de discriminación positiva en el gobierno y las fuerzas armadas. Empresas importantes como Wallmart dejaron de contratar personas según los códigos de inclusión forzada. El desmantelamiento de la USAID es, en última instancia, el fin de fondos federales estadounidenses para promover la ideología woke en el mundo.
Trump ha recibido el apoyo masivo de quienes consideraban que lo woke atentaba, paradójicamente, contra los derechos civiles, y que también socavan la unidad de Estados Unidos al desacreditar los valores tradicionales de trabajo duro, excelencia y logros individuales en la vida.
"Los estadounidenses trabajadores que merecen una oportunidad de alcanzar el sueño americano no deben ser estigmatizados, degradados ni excluidos de oportunidades por su raza o sexo", destacó Trump, quien recupera la consideración de los méritos para ascender en la vida.
Habrá que ver si este impulso también se contagia a otros países que han adoptado aspectos de la ideología woke en sus legislaciones. En Argentina, el presidente Javier Milei ya ha comenzado a desmantelar la legislación woke de sus antecesores.
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