¿Por qué Donald Trump quiere aplicar aranceles a diestra y siniestra y desatar una guerra comercial?
Los anuncios del presidente de Estados Unidos de gravar con arances a los productos de México, Canadá, China y Europa comienzan a convertirse en realidad. ¿Qué pretende Trump?
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en la Sala Oval de la Casa Blanca, el 31 de enero de 2025.
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EFE
Autor:
Redacción Primicias
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Arrollador desde que asumió el poder en Estados Unidos, el enérgico presidente Donald Trump está pasando de la retórica a la práctica en su amenaza de castigar con aranceles a los productos de México, Canadá, China y la Unión Europea. Se trata de una medida que puede afectar a la economía mundial.
Este viernes, en declaraciones a la prensa en la Casa Blanca, Trump reiteró su intención de imponer aranceles del 25 % a las importaciones de México y Canadá, y del 10 % a las de China a partir de este sábado, 1 de febrero. El anuncio aún no se ha convertido en un decreto oficial en vigencia, pero se espera que se concrete en las próximas horas, excepto para Canadá.
Este mismo sábado, EE.UU. anunció al gobierno canadiense que aplicará, a partir del martes 4 de febrero, aranceles del 25 % a todas las importaciones canadienses, excepto al petróleo y gas.
Además, Trump también pretender gravar aranceles a los productos de la Unión Europea, pese a la alianza militar que los une.
La fijación hacia los aranceles son de larga data en cuanto a Trump, quien dijo el 27 de enero que considera a la palabra "arancel" (impuestos aplicado a los bienes importados) como la cuarta "más hermosa del diccionario", luego de Dios, amor y religión.
Esto es lo que busca Trump con los aranceles:
Aumentar los ingresos del gobierno
- Los aranceles generan ingresos para el gobierno, que pueden utilizarse para financiar servicios públicos o reducir otros impuestos. Estados Unidos sufre de un déficit de recursos y Trump cree que los aranceles se lo darán.
Mejorar la balanza comercial
- Al reducir las importaciones, los aranceles pueden ayudar a mejorar la balanza comercial de un país, es decir, la diferencia entre el valor de las exportaciones y las importaciones. Trump ha manifestado, por ejemplo, su fastidio hacia la Unión Europea, a la que acusa de rechazar productos de Estados Unidos.
Herramienta de negociación y presión
- Habitualmente, los aranceles pueden utilizarse como herramienta de negociación en acuerdos comerciales. Amenazar con imponer aranceles puede ser una forma de presionar a otros países para que hagan concesiones comerciales. Pero Trump no está pensando en dinero, sino en geopolítica. Quiere que México y Canadá se apliquen en controlar los flujos migratorios irregulares y que luchen contra el tráfico de drogas. En cuanto a China, se la presiona para que controle el flujo de los productos que sirven para fabricar el fentanilo que luego se envía hacia Estados Unidos.
Trump valora todo esto por encima de las desventajas que podría acarrear la aplicación de aranceles, como el aumento de precios en los productos que consumen los estadounidenses, la lógica subida de la inflación, el limitado acceso a bienes que ya no estarán disponibles y las represalias de los otros países.
Lo más grave, sin embargo, está en el mediano plazo y la estructura misma de la economía. Los aranceles pueden proteger a industrias ineficientes y reducir la competencia, lo que puede llevar a una menor innovación y productividad. Y Estados Unidos siempre fue crisol de pujanza, imaginación e inventiva. Competir está en su naturaleza.
La decisión de aplicar aranceles debe ser cuidadosamente considerada y evaluada en función de sus posibles impactos en la economía. Em este caso, una guerra comercial con México y otros países de América Latina no le quita el sueño ("ellos nos necesitan, no nosotros a ellos").
Tampoco los canadienses les preocupa, pues se trata de un país eternamente dependiente de Estados Unidos. Pero con China y Europa, que incluso es aliado militar, es otra cosa. Todo indica que Trump aplicará aranceles, pero se verá en qué magnitud.
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