Crecimiento de los BRICS amenaza trono del dólar en el comercio mundial y empeora la guerra arancelaria
La banca de inversión UBS considera que la divisa estadounidense seguirá siendo la protagonista en el mercado internacional, aunque aventura una diversificación en los próximos años.
Billetes de dólares estadounidenses en una casa de cambio del Gran Bazar de Estambul el 28 de noviembre de 2024.
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AFP
Autor:
Laura Salces
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El próximo presidente de Estados Unidos ha tardado poco en activar la maquinaria arancelaria contra el resto de países para dar el prometido giro de 180 grados al comercio mundial. Donald Trump ha asegurado que impondrá desde el primer día de su gobierno tasas a las importaciones de México, Canadá y China y ha amenazado con aranceles del 100% a las principales economías emergentes si evitan el uso del dólar en el comercio internacional y reducen sus reservas en deuda estadounidense, poniendo en jaque la hegemonía de la divisa estadounidense. Una opción que hoy por hoy descartan los expertos que apuntan que no hay alternativas frente al dólar y que un proceso de ese tipo tardaría décadas en completarse.
El estallido de la guerra entre Rusia y Ucrania provocó la expulsión de los bancos rusos del sistema de pagos internacionales, SWIFT (acrónimo de Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication), que viene a ser el Whatsapp de la banca mundial, encargado de la transmisión de mensajes seguros entre más de 11.000 instituciones financieras y empresas, en más de 200 países y territorios y que tiene al dólar como divisa de referencia.
También supuso la congelación de los activos del banco central ruso en Estados Unidos y la zona euro, en una decisión sin precedentes. Al hilo de estas medidas, los bancos centrales de las economías emergentes empezarán a plantear alternativas para depositar su superávit comercial, fondos que principalmente acaban invertidos en deuda gubernamental estadounidense. “Los bancos centrales vieron como los activos más seguros del mercado, como el bono americano, podían ser congelados al momento y decidieron que en vez de comprar más o menos bonos europeos o los americanos, comprarían más oro”, reconocía a este diario recientemente Francisco Blanch, responsable de materias primas y derivados de Bank of America.
Adicionalmente, las principales económicas emergentes, conocidas como BRICS —Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica—, llevan tiempo ya trabajando en un sistema de pagos internacionales propio ajeno al SWIFT.
Pese a los intentos rusos, la iniciativa aún no cuenta con el apoyo —ni el rechazo— por parte de Arabia Saudí, que de momento se mantiene al margen, aunque sí se han sumado otros países como Egipto, Etiopía, Irán y Emiratos Árabes Unidos. El propio presidente ruso, Vladímir Putin, reconoció el pasado mes de octubre en una reunión de los BRICS que “no rechazamos ni combatimos el dólar, pero si no tenemos la posibilidad de utilizarlo, ¿qué podemos hacer? Nos vemos obligados a buscar alternativas”.
“La idea de que los países BRICS están tratando de alejarse del dólar mientras nosotros nos quedamos de brazos cruzados y observamos ha TERMINADO. Exigimos que estos países se comprometan a no crear una nueva moneda BRICS ni a respaldar ninguna otra moneda que sustituya al poderoso dólar estadounidense, o se enfrentarán a aranceles del 100% y deberían esperar decir adiós a las ventas a la maravillosa economía estadounidense. ¡Que se busquen otro “tonto”! No hay ninguna posibilidad de que los BRICS sustituyan al dólar estadounidense en el comercio internacional, y cualquier país que lo intente debería decir adiós a Estados Unidos”, ha amenazado Trump a través de X.
Los analistas de UBS recuerdan que “la desdolarización ha cobrado cierto impulso tras la invasión rusa de Ucrania y la posterior incautación de activos del banco central ruso por parte de los gobiernos occidentales, y el oro ha sido uno de los beneficiados” pero reconocen que “un mundo centrado en el dólar estadounidense continuará durante años, aunque el panorama mundial de las divisas se diversifique en el futuro”.
Así, recuerdan que “históricamente se ha tardado mucho tiempo en materializar cualquier cambio en la moneda dominante en el mundo, aunque la influencia económica de un país disminuya”. La anterior moneda considera de reserva a nivel internacional, la libra esterlina, comenzó a perder su consideración en 1945, pero no fue hasta finales de la década de los setenta cuando el dólar estadounidense logró arrebatarle el trono.
Ignacio de la Torre, economista jefe del banco de inversión Arcano, añade que el 90% de los superávit de cuenta corriente de países como China están canalizados a través del dólar y recuerda que años atrás China trató de canalizar parte en los países emergentes con resultados negativos. “Mientras no haya una alternativa a la liquidez de la curva de tipos americana, es difícil que exista una alternativa al dólar como sistema de reserva”, comenta.
Por el momento, el dólar estadounidense mantiene un papel de dominio en las transacciones mundiales del 90%, y su peso en las reservas de los bancos centrales se mantiene estable cerca del 60% (59,4%), frente al 25% del euro y del 2,4% del yuan chino.
La divisa europea mantiene su papel de segunda moneda de referencia a nivel mundial, pero el año pasado vio como su peso en las reservas mundiales retrocedía a mínimos de 2020, según datos del Banco Central Europeo (BCE).
Una situación sobre la que ha advertido la propia presidenta del banco central, Christine Lagarde, quien en junio apuntó que “aunque los datos hasta ahora no muestran evidencia de cambios sustanciales en el uso de las monedas internacionales, debemos permanecer atentos a cualquier grieta que comience a aparecer” y lamentó que las débiles perspectivas de crecimiento de la región estaban provocando una “disminución relativa del atractivo del euro como moneda de reserva”.
Situación que precisa, según apuntó, de “una integración económica y financiera europea más profunda, junto con mejoras en los sistemas de pagos transfronterizos entre el euro y otras monedas, serán fundamentales para aumentar la resiliencia del papel internacional del euro en un mundo potencialmente más fragmentado”.
En el mercado de divisas, el dólar ha continuado reforzando su fortaleza y este lunes 2 de diciembre el euro se cruza a USD 1,05. La divisa europea, al igual que el resto de monedas internacionales, se ha visto debilitada desde la victoria de Trump, tanto que desde entonces se deja un 3,7%.
Contenido publicado el 3 de diciembre de 2024 en Cinco Días, ©EDICIONES EL PAÍS S.L.U.. Se reproduce este contenido con exclusividad para Ecuador por acuerdo editorial con PRISA MEDIA.
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