"Todo está muerto y seco", dice jefe de Bomberos tras incendio forestal en Cerro Azul
Pese a la ausencia de humaredas en el tercer día de incendio forestal al oeste de Guayaquil, las cámaras térmicas aún captaban puntos calientes. El flagelo se liquidó tras 60 horas.
Vista de la devastación que generó un incendio forestal en un remanente de bosque seco tropical de Cerro Azul, ubicado a un lado de la vía Perimetral, en el oeste de Guayaquil, este miércoles 4 de diciembre de 2024.
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Es un bombero voluntario y además lidera la división técnica contra incendios forestales. Carlos Salazar ha tenido coordinar la respuesta y verificar los puntos de acceso de los hombres que han combatido por tres días el flagelo en 82 hectáreas de bosque seco de Cerro Azul, al oeste de Guayaquil.
El jefe de la división forestal ambiental del Cuerpo de Bomberos de Guayaquil compartió detalles sobre las labores para contener el incendio que inició la mañana del lunes 2 de diciembre y que se liquidó finalmente la tarde de este miércoles 4 de diciembre de 2024, luego de 60 horas de trabajos.
En su testimonio, destacó el esfuerzo coordinado de más de 300 bomberos y el apoyo interinstitucional que permitió evitar "un desastre mayor". También habla del impacto en la fauna y de las estrategias para controlar el fuego en un entorno adverso.
“Esto pudo ser mucho peor”
"Durante tres días intensos de trabajo, movilizamos más de 300 bomberos en relevos. Cada jornada contó con 100 bomberos activos en promedio y 40 unidades especializadas en emergencias forestales.
Cerro Azul, ubicado sobre la vía Perimetral, es un punto recurrente de alertas forestales y por eso teníamos a disposición recursos y una planificación para un ataque inicial.
Con ello, hemos logrado contener un incendio que amenazaba al bosque protegido de Prosperina, a los predios de la Escuela Politécnica (Espol) y otras áreas adyacentes de interés ambiental.
Esto pudo ser mucho peor, considerando las condiciones climáticas adversas, la radiación y las altas temperaturas diurnas, con vientos inusuales y la cantidad de material combustible seco en el área.
Guayaquil tiene vientos de alrededor de siete kilómetros por hora y el lunes alcanzaron 18 kilómetros por hora, por ejemplo. Hay que tener en cuenta que Cerro Azul es un remanente del bosque seco tropical y forma parte, está conectado, con toda la Cordillera Chongón-Colonche.
Así que el impacto pudo haber sido devastador para Guayaquil, tanto en términos ambientales como en la huella de carbono generada. El cerro afectado, que tiene más de 200 hectáreas, perdió aproximadamente 36 hectáreas por el fuego.
Es decir, es un tercio de la pared lateral que da a la vía Perimetral la que se ha carbonizado, mientras que son 82 hectáreas las afectadas por el humo y por la intervención, las que tienen huellas de destrucción".
Persisten “decenas de manchas” infrarrojas
"Tras más de 48 horas el incendio está controlado, pero la deshidratación vegetal es tal, todo está reseco o muerto (raíces, sotobosque, hojarasca), y existe gran cantidad de material combustible en las zonas aledañas, que debíamos limitar el riesgo de propagación más allá de lo ya afectado.
Utilizamos drones con cámaras infrarrojas para identificar y asegurar estos puntos térmicos, evitando reactivaciones.
El proceso de liquidación es el más largo, el más complicado y a veces el más peligroso, porque debemos dejar totalmente asegurado que estos rastros de ceniza, que los troncos humeantes, no reactiven llamas que el viento puede trasladar a sitios con vegetación seca intacta.
Tomamos gráficas en las que se observaban (hasta la mañana) todavía decenas de manchas infrarrojas con más de 60 grados centígrados en diferentes puntos del cerro. La temperatura corporal normal es de unos 37 grados y en el cerro hay zonas que la duplican, eso aún es muy caliente.
Seguimos atacando estos puntos, hasta pasado el mediodía, helicópteros Arpía de la Fuerza Aérea y de Aero Policial apoyaron con las descargas.
Jornadas de trabajo de hasta 24 horas
"Un cortocircuito en el tendido eléctrico habría provocado el incendio esta vez. Pero los incendios son recurrentes en este sector, relacionadas con quema de desechos, disposición inadecuada de basura o vidrios rotos que pueden actuar como lentes concentradores de calor.
La pérdida de fauna por el incendio aún es inestimable. Serpientes y aves son las especies más afectadas. Durante las labores de contención, encontramos aves y serpientes muertas, nidos con huevos de pájaros destruidos.
Las serpientes no logran huir, por naturaleza su instinto de conservación las conduce a esconderse debajo de piedras, en madrigueras, y el fuego termina arrasando todos estos sotobosques y hojarascas.
Hicimos una pernoctación en el lugar, nuestro personal durmió en la cima del cerro. Y había mucha fauna huyendo del calor y del fuego. Detrás está el cerro 507, que es muy importante porque es hábitat de animales como monos aulladores, tigrillos y saínos, que estuvieron en riesgo.
Los bomberos hemos trabajado jornadas de hasta 24 horas ininterrumpidas, como en mi caso, en la primer día de respuesta a la emergencia, combinando recursos rentados y voluntarios.
A pesar del agotamiento y la deshidratación, no se han registrado lesiones graves entre el personal -son 80 brigadistas especializados los que se internan principalmente en el bosque-
El porcentaje habitual de deshidratación en estos casos es del 8% por lo que se requieren de relevos y estaciones con hidratación. Y porcentaje que requiere de ambulancia por agotamiento es de un 2%.
Además, le agradecemos a los ciudadanos que se acercaron a la Perimetral a donar pacas con botellas de agua, de forma espontánea, sin que nosotros lo hayamos solicitado. Y creo que esto refleja la solidaridad y el compromiso del guayaquileño con su entorno".
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