Fiestas julianas: Guayaco que se respeta viste de guayabera y sombrero ‘tostado’
El 21 de julio se recuerda el Día de la Guayabera, una celebración creada en 2022 para homenajear a una prenda que recuerda la identidad de Guayaquil.
Tres modelos distintos de guayaberas de Guayaquil, desde la tradicional color blanco hasta las más contemporáneas con bordados.
- Foto
Primicias
Autor:
Actualizada:
Compartir:
Dicen en Guayaquil que el PSC, aquel partido que tuvo la hegemonía en el Municipio local por más de 30 años, ayudó a popularizar la guayabera, una camisa blanca con pliegues y cuatro bolsillos pequeños. Pero Rodrigo Castro opina lo contrario.
Sentado en una banca verde de metal en la avenida 9 de Octubre, centro de la ciudad, don Rodrigo viste una guayabera blanca de algodón y con líneas celestes, como la bandera de Guayaquil, urbe que cumplirá 489 años de fundación el próximo 25 de julio.
Con una sombrilla en sus manos para apaciguarse del sol, don Rodrigo espera a su hijo mientras este hace un trámite bancario. Critica que sólo en las fiestas julianas, la 9 de octubre luzca limpia y arreglada, o que “los medios se acuerden de las tradiciones guayacas cuando son las festividades de la ciudad”.
“La guayabera es más antigua y tradicional que un partido político, cualquiera que sea este. Es un emblema de nosotros, los guayaquileños”, dice este profesor jubilado, de 80 años, quien asegura tener más de una docena de estas camisas. Las más finas son hechas de lino para bautizos o cumpleaños, y las de algodón para “salir a vacilar al centro”, añade guiñando un ojo.
¿Cuándo y cómo llegó la guayabera a Guayaquil? Para el comerciante guayaquileño y presidente de Guayaberas Orellana, Freddy Orellana, era el año de 1920 cuando arribaron al puerto los primeros caballeros vistiendo cotonas blancas de lino fresco, para soportar el clima de la Costa.
“Guayaco que se respeta viste de guayabera y sombrero tostado (paja toquilla), como las imágenes que veíamos en el Guayaquil de antaño”, dice entre risas Orellana.
Aunque el historiador Rodolfo Pérez Pimentel relata en uno de sus libros que esta camisa de tela suave ingresó a Guayaquil en 1960, como una alternativa a los ternos que usaban los caballeros luego de la I Guerra Mundial.
Guayaberas y su origen variopinto
Decir que la guayabera tiene su origen en República Dominicana, Colombia o México sería olvidar las historias de aquel campesino de Cuba que le pidió a su esposa que confeccionara una prenda para ir a los trabajos en el campo.
El origen de esta icónica prenda es disputado por varios países del Caribe, y ni los historiadores se ponen de acuerdo en la fecha exacta de su aparición, aunque dan como punto de partida al siglo XVIII.
Mucho tiempo ha pasado desde entonces o desde que los primeros hacendados ecuatorianos con guayaberas caminaban por el Malecón de Guayaquil o se reunían alrededor del boulevar.
La prenda ha evolucionado con la ciudad, al punto que ya tiene hasta su propio aniversario.
Era 2022, Freddy Orellana junto a sus hermanos, quienes también son parte del negocio familiar, plantearon a la entonces alcaldesa Cynthia Viteri que el 21 de julio sea declarado el Día de la Guayabera en Guayaquil.
El Cabildo por unanimidad aceptó la propuesta, en un intento por conservar la tradición y no dejarla morir frente a la voraz importación de otras prendas quizás más baratas y fáciles de cuidar, pero nunca más elegantes.
Lejos de extinguirse, la guayabera se ha remozado. Sigue fiel a su origen: una camisa singular con cuatro bolsillos, dos arriba y dos abajo, y unas preciosas alforzas o líneas verticales.
Aunque ahora incorpora nuevos bordados, apliques y colores. “Hemos visto en nuestro laboratorio de diseño lo que necesita el hombre de hoy y la hemos adaptado a sus gustos”, dice Orellana, quien recuerda que jugaba de niño junto a la máquina de coser de su madre.
De hecho, este negocio nace de la idea de su madre, la ambateña Irene Flores, y de su padre, el cuencano Rómulo Orellana, quien era sastre.
“La guayabera de Guayaquil no se parece a ninguna otra de las que visten en República Dominicana o Cuba. Tiene nuestra identidad”.
Freddy Orellana, comerciante
Hoy, las guayaberas son blancas con finos bordados celestes hechos a mano y bajo pedido. También las hay de colores pasteles y café, y hasta una azul y plomo alusiva al Club Sport Emelec; y otra amarillo y negra con el logo de Barcelona Sporting Club.
Algunas son confeccionadas en lino, un material suave y fresco, otras en semilino, y también en algodón, una fibra más asequible y duradera.
Para este 20 de julio, el negocio familiar de los Orellana prepara una serenata guayaquileña, con la colaboración de la Orquesta Sinfónica de la ciudad, y en el evento presentarán el himno escrito en honor a la guayabera.
Presidentes y alcaldes en guayaberas
Si bien las guayaberas no son exclusividad de Guayaquil, y tardaremos años en viajar por todo el Caribe buscando sus antepasados, lo cierto es que decenas de políticos de la ciudad no han podido resistirse y la han acuñado como propia.
Los expresidentes León Febres-Cordero y Abdalá Bucaram no salían de casa sin la guayabera blanca y el pantalón negro. El exalcalde Jaime Nebot solo se quitaba la prenda en las sesiones solemnes cuando vestía de saco y corbata.
Y el propio Freddy Orellana recuerda que voló dos veces al Palacio de Carondelet en Quito, para tomarle las medidas a dos presidentes.
Hace poco, una comitiva colombiana llegó a su local de Escobedo, en el centro de la ciudad, para hacer el pedido de varias guayaberas. Eran para el presidente actual de Colombia, Gustavo Petro.
Orellana evita hablar de estos pedidos ‘famosos’, porque dice: “No es que no sean importantes, sino que mi deber es vestir a todos y que les quede bien a todos”.
Y tiene algo de razón, porque caminar por el centro de la ciudad es observar una variedad de caballeros vistiendo sus guayaberas, que no solo se desempolvan cuando son las fiestas de Guayaquil.
¿Y para las mujeres? Si bien la ‘tradición’ es que las guayaquileñas de antaño usaban vestidos pomposos y sombrero, en la actualidad también encontrará ‘quilveras’, una especie de guayabera para mujer.
En esencia, es la misma prenda, pero con medidas y diseños distintos, aunque su popularidad no es tan extendida como la guayabera masculina.
Parecería que estas camisas se resisten a morir, pese a los cambios de la ‘moda’ y el bolsillo de los guayaquileños. “Soy de Cuenca, pero vivo en la ciudad hace 20 años y creo que Guayaquil es una de las pocas ciudades donde seguimos viendo a los habitantes vestir sus guayaberas, en el día y hasta en eventos sociales”, expresa el sastre Álvaro Sánchez.
Más de dos siglos y medio después de su origen, ya sea en Yucatán o Cuba, los guayacos siguen apostando por la guayabera como un homenaje secreto a su ciudad.
Compartir: