El estero, Puná, El Morro, Playas: Así evolucionaron los balnearios predilectos de los guayaquileños
Un recorrido histórico conecta las antiguas aguas curativas del río Guayas con los actuales desafíos de seguridad de General Villamil Playas, que espera un 80% de ocupación hotelera por Carnaval.

Vacacionistas de Guayaquil en camino al cantón General Villamil Playas, llegando por vía fluvial (goletas y barcos a vapor) a Data de Posorja, en 1928.
- Foto
Archivo Histórico del Guayas
Autor:
Actualizada:
Compartir:
Desde la época colonial, los guayaquileños encontraron en el agua refugio para el calor y un espacio para el esparcimiento. El estero Salado, la isla Puná, El Morro o Posorja (en el Golfo de Guayaquil) y más tarde General Villamil Playas y Salinas se sucedieron a lo largo de los últimos dos siglos como balnearios predilectos de los guayaquileños en los meses más calurosos, a inicios de cada año.
Desde la Fundación de Guayaquil, en 1535 (siglo XVI), el balneario más próximo fue el propio río Guayas, a orillas de la ciudad, antes de que se abrieran las primeras trochas hacia las aguas salobres del Estero Salado, en lo que hoy es el centro-oeste de la ciudad, lo que ocurrió hasta 1840.
Con la consolidación de las rutas fluviales, recorridos en barcos a vapor entre 1840 y 1940, se popularizaron destinos en el Golfo de Guayaquil.
Y a mediados del siglo XX, el ahora cantón General Villamil, más conocido como Playas (en Guayas), se consolidó como uno de los destinos predilectos, en ese largo tránsito de los esteros a la arena, transformándose en zona de recreo y descanso para miles de porteños.
Sin embargo, General Villamil enfrenta ahora un escenario distinto: la violencia criminal genera temor en las playas. Y este destino turístico clave por su cercanía a Guayaquil (a 100 kilómetros de distancia) ha perdido protagonismo frente a las playas de Santa Elena y Manabí.
No obstante, las expectativas de la Cámara de Turismo Cantonal para este feriado de Carnaval siguen siendo altas en el que suele ser el puente festivo de más concurrencia en el cantón. Playas espera una ocupación hotelera superior al 80%. El Municipio anunció una serie de conciertos con artistas nacionales e internacionales y un operativo especial del Bloque de Seguridad en las playas.

La evolución de los balnearios de Guayaquil
Los sitios de vacaciones de los porteños se fueron alejando de la urbe a medida que se abrían rutas y avanzaban las opciones de transporte: un balneario iba imponiéndose, coexistiendo y reemplazando al anterior.
El historiador Julio Estrada Ycaza recogió en sus libros El siglo de los vapores fluviales (1992) y Guía histórica de Guayaquil (1995) parte de la historia de la evolución de los balnearios, que completamos aquí con datos de contexto y de los registros fotográficos del Archivo Histórico del Guayas (AHG):
Una cronología histórica:
- 1
Siglo XVI: El río Guayas, el primer balneario
Compartir:
Las Peñas, en las faldas del cerro Santa Ana, primer barrio de lo que ahora es el centro de la ciudad, fue un balneario pionero. Sus aguas ganaron fama de medicinales desde mediados del siglo XVI, por las propiedades de la zarzaparrilla que crecía a sus orillas (sus uvillas rojas caían al agua), un remedio depurativo para aliviar problemas de la piel. La orilla del río, al pie de las casas patrimoniales, luce ahora llena de lechuguines, basura y desechos plásticos.
- 2
Siglo XIX: El Estero Salado y la expansión al oeste
Compartir:
La apertura de una trocha hacia Estero Salado en 1840, con dirección a lo que ahora es el centro oeste de la ciudad, puso de moda a los baños en el brazo de mar. Y el popular parque de diversiones American Park funcionó entre 1922 y 1967 donde hoy se levanta el Malecón del Salado.

- 3
Siglo XIX y XX: Puná y El Morro, el auge de viajes fluviales
Compartir:
Las familias acomodadas preferían pasar los meses de calor mucho más lejos, ya en los albores del siglo XX. La isla Puná y la parroquia rural de el Morro, en el Golfo de Guayaquil, eran los lugares predilectos para pasar la calurosa etapa de lluvias y vacaciones, entre enero y mayo, a través de rutas fluviales operadas por barcos a vapor entre 1840 y 1940.
- 4
Siglo XX: La travesía de los esteros y del Golfo a la arena
Compartir:
Desde el estero de El Morro la playa del cantón General Villamil Playas estaba a 20 o 30 minutos a caballo, una ruta que se popularizó por 1918. Otra de las rutas pioneras de los turistas guayaquileños cuando no existían carreteras a las playas era conectar desde Posorja con Playas. En ambos casos, el trayecto previo entre Guayaquil y las parroquias rurales de El Morro o Posorja se cubrían en barco. La travesía entre Posorja y Playas era habitual para la década del 20 con la popularización del automóvil. Los turistas desembarcaban en Posorja atravesaban en plataformas el Estero de Data de Posorja y luego eran conducidos en auto hasta Playas por toda la costa: “una pista estrecha de franja de arena compactada por las mareas”.

- 5
Siglo X: El "descubrimiento" de Playas y la vía a Salinas
Compartir:
General Villamil Playas fue "descubierto" para el turismo de forma oficial por una comitiva de caballeros porteños que buscaba un balneario para Guayaquil, el 9 de junio de 1901, según recoge un artículo del Grito del Pueblo, un periódico guayaquileño de la época. La comisión describió el balneario como “un lugar delicioso, de magnifico clima, temperatura fresca y agradable”.
El pequeño pueblo pasó de contar solo con una treintena de viviendas a inicios de 1900 a 200 en 1909, la mayor parte construidas por propietarios de Guayaquil que tomaron a la playa como sitio para vacacionar (lo mismo pasaría décadas después en Salinas). Playas cuenta hoy con 50.000 habitantes.
No fue sino hasta la década de 1930 que se pudo viajar en automóvil desde Guayaquil hasta Playas y Salinas, Santa Elena (el siguiente balneario predilecto de los porteños). El trayecto a Playas, que demandaba seis horas, se realizaba por caminos en mal estado, donde las averías mecánicas y los pinchazos eran frecuentes. La carretera hacia Playas fue construida en 1945, y posteriormente se realizaron estudios para la ampliación del tramo entre la parroquia Progreso y las playas Santa Elena.

Compartir: