La centenaria Catedral de Guayaquil abre al público pasajes ocultos y se transforma en un atractivo turístico de altura
La ruta Destino de Luz recorre desde las alturas sitios hasta ahora inaccesibles de la catedral de Guayaquil, como torres, balcones y un extenso pasillo con el reverso de 63 coloridos vitrales.
Vista de un vitral con el altar mayor la bóveda principal de la Catedral de Guayaquil desde lo alto de un pasillo interno habilitado para visitas turísticas en el templo centenario del centro de la ciudad.
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La Catedral de Guayaquil, un emblema histórico y arquitectónico de la ciudad, abre puertas al turismo con el proyecto “Destino de Luz”. Y ofrece la posibilidad de recorrer espacios que, hasta ahora, habían permanecido inaccesibles, revelando rincones ocultos o vistas privilegiadas del templo y de la ciudad.
La ruta recorre el interior de las dos torres frontales, balcones internos o con vista al exterior, y un extenso pasillo en forma de cruz -entre la bóveda interna de la iglesia y el techo- que revela el luminoso y colorido reverso de 63 vitrales.
Este paseo permite a los visitantes contemplar la arquitectura neogótica del interior de la Catedral Metropolitana de Guayaquil desde lo más alto de la bóveda interior y en toda su envergadura, desde la parte anterior al altar mayor, por ejemplo.
El proyecto “Destino de Luz” se abrió al público el pasado 9 de octubre -su apertura se adelantó unos meses para que coincidiera con el Belén Mágico, la experiencia interactiva del nacimiento de Jesús- y en poco más de un mes registra cerca de 30.000 visitas.
El recorrido tiene un costo de USD 3 por persona (USD 1,50 niños y adultos mayores) e inicia en la entrada principal de la Catedral, ubicada en la calle Chimborazo entre la avenida 10 de Agosto y Clemente Ballén, en el centro de la ciudad. Y la ruta se puede visitar de 9:00 a 18:00.
"Por los Santos a las Alturas”
Los visitantes acceden a un balcón a través de un estrecho pasadizo, una escalera en caracol que conduce a un primer balcón usualmente destinado a los coristas. Y de allí se accede a una suerte de altillo que muestra el reverso de los vitrales de santos y beatos Latinoamericanos.
“El corredor tiene forma de cruz, tal como está constituido el interior de la iglesia. Y recorrer estos pasillos es lo que causa mayor deleite a los visitantes, por los colores y la luminosidad que proyectan a un lugar que permanece en semi penumbras”, explica Fiorella Rugel, estudiante de turismo y guía.
Los antiguos tablones de madera que se usaban como pasarela para mantenimiento -para limpiar desde el reverso los vitrales- se reemplazaron por andamios metálicos, explica la guía.
Y en el recorrido se observan fotos del propio proceso de intervención. Mientras abajo son visibles la obra gris del remate de los óvalos que forman la bóveda neogótica de la iglesia.
Por la cercanía con el propio techo metálico se trata de un área calurosa -a pesar de ventiladores- en los horarios de mayor radiación solar, por lo que en la segunda fase del programa se prevé construir un pasillo climatizado con acrílico translúcido, dijo Rugel.
También impresiona el tamaño del rosetón frontal de la Catedral, la ventana circular calada con vitrales que aporta toda la luz a la nave central.
La vista de la fachada desde la calle llama al engaño, pues el rosetón tiene en realidad más de 11 metros de diámetro y su verdadera envergadura se aprecia desde un balcón exterior, que ofrece también una panorámica del Parque Seminario o de las Iguanas, al otro lado de la calle.
Un proyecto de tres fases
El paseo incluye visitas a la base de las dos torres frontales de la iglesia, una con una exposición de las estaciones del viacrucis y la segunda con una muestra fotográfica de las festividades religiosas tradicionales en cantones de la provincia del Guayas.
Tras completar la primera fase del programa, la Catedral busca extender el recorrido en dos etapas más que se prevén se concluyan hasta mediados de 2016, lo que incluirá un recorrido más arriba, por los campanarios de la Catedral.
Además, la última etapa buscará pasear a los visitantes alrededor del punto externo más alto del templo, en la cúspide de una torre donde se encuentra la figura de Cristo Rey, adelantó José Luis Gardela, jefe de operaciones del proyecto.
El padre Francisco Sojos, rector de la Catedral, concibió el proyecto con el objetivo de reposicionar al icónico edificio por sus 100 años, explicó. Y el arquitecto David Auad es el responsable de la restauración y adecuación de espacios, que incluyen una cafetería y una tienda de recuerdos.
El proyecto ha contado con financiamiento tanto público como de la empresa privada. Se destacan los aportes de la Junta de Beneficencia de Guayaquil y de la Prefectura del Guayas, que financió obras de infraestructura en la fase inicial por USD 350.000.
Destino de Luz concluye con una visita al Belén Mágico, uno de los nacimientos más grandes de la región, producido por la Fundación Padre Jimmy Arias, con más de 1800 figuras -600 piezas con movimiento-, a más ríos y cascadas a escala. El pesebre estará abierto hasta enero de 2025.
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