Las busetas de los cerros Santa Ana y El Carmen se adelantaron a la climatización y a un servicio digno
Guayaquil incorpora nuevos buses con aire acondicionado e Internet a la Metrovía. Pero los cerros donde nació la ciudad cuentan con un servicio pionero, desde hace tres años.
Las coloridas busetas climatizadas de la Cooperativa Virgen del Cerro del Carmen (Vircecarsa) recorren los cerros Santa Ana y El Carmen desde junio de 2021. En la foto, la estación frente a la antigua cárcel Municipal de Guayaquil, en el centro de la ciudad.
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Las puertas automáticas de la buseta se abren con un resoplido expulsando al exterior una bocanada de aire frío y los pasajeros empiezan a ascender. “Qué rico huele este carro”, dice una mujer sobre la unidad climatizada que recorre los cerros Santa Ana y El Carmen, en el centro de Guayaquil.
La escena tiene lugar una tarde calurosa, la del pasado viernes 18 de octubre de 2024, en las calles Julián Coronel y Baquerizo Moreno, donde se encuentra la estación de partida de la Cooperativa Virgen del Cerro del Carmen (Vircecarsa S.A.).
El conductor espera de pie a que los pasajeros suban, a un lado de la puerta, para luego pasar a cobrarles el pasaje puesto por puesto cuando ya están sentados, la mayoría niños o adultos mayores que pagan tarifa preferencial de USD 0,15 (es de USD 0,30, la general).
Ni el aire acondicionado, ni la limpieza de la unidad, ni la cortesía del conductor son ‘moneda común’ en el sistema de transporte público de Guayaquil, que en el mes de fiestas de su independencia busca incorporar avances paulatinos en la calidad del servicio.
El Municipio de Guayaquil anunció la incorporación de una decena de nuevos buses con aire acondicionado y servicio de Internet (WiFi) al sistema de transporte masivo Metrovía desde este lunes 21 de octubre; mejoras que ya se han incorporado en los cerros.
Las unidades climatizadas recorren desde junio de 2021 las subidas sinuosas y empinadas de El Carmen y el Santa Ana (o las abruptas bajadas) por las que buses más grande no puede circular .
Y una de las seis unidades que cubren los escasos 2.5 kilómetros de recorrido también cuenta ya con WiFi, un servicio que se busca ampliar a todas las busetas.
Un servicio "ejemplar"
Las coloridas busetas de los cerros donde nació la ciudad demuestran que un mejor servicio es posible, dice Consuelo Erazo, de 67 años, usuaria habitual de la cooperativa. "Son un ejemplo de lo que debería ser el transporte público", afirma Erazo, quien vive en el cerro Santa Ana.
Antes de la llegada de las busetas existían furgonetas que prestaban el servicio de forma desordenada y ella a menudo prefería subir a casa caminando, lo que le tomaba más de media hora. Ahora llega en 10 minutos cómodamente sentada en un vehículo climatizado, por solo 15 centavos, dice.
El servicio de busetas climatizadas nació como una respuesta a las necesidades de transporte en los cerros, donde durante décadas los moradores dependían de medios informales.
La cooperativa, creada por un grupo de vecinos que llevaba más de 20 años brindando transporte en camionetas y furgonetas, logró formalizar su operación y obtener financiamiento para la compra de seis unidades con capacidad para 17 pasajeros sentados y hasta ocho parados.
Estas busetas, pintadas de amarillo, blanco y celeste, cumplen con todo un trayecto completo entre 14 y 16 minutos. Y el recorrido inicia en una estación ubicada en los bajos del Hospital Luis Vernaza, frente al edificio de la antigua Cárcel Municipal de la ciudad.
Despiertan la curiosidad de foráneos
En el caso de la Metrovía la incorporación de unidades climatizadas y con servicio de internet será paulatino como parte de la aplicación de una tarifa diferenciada y del inicio de la recaudación a través de la tarjeta única La Guayaca.
Se esperan incorporar 25 unidades nuevas hasta fin de año, mientras que hasta 2025 el resto de 140 unidades del sistema deberán contar con las mejoras del servicio, según el cronograma del Municipio de Guayaquil y de la Agencia de Tránsito y Movilidad (ATM).
En los cerros El Carmen y Santa Ana el hecho de que la flota sea pequeña y el recorrido reducido ha contribuido a mantener el estándar de servicio, según los conductores de la cooperativa Virgen del Cerro del Carmen.
Johnny Ortiz, de 30 años, conductor de una de las busetas y residente del Cerro del Carmen desde que tiene memoria, dice sentirse afortunado de poder prestar el servicio a gente que conoce de toda la vida.
"Todos nos conocemos, y eso ha ayudado a que el servicio sea respetado incluso por la delincuencia que afecta a toda la ciudad", dice Ortiz, que conduce una unidad desde inicios de la cooperativa.
De hecho, comenta que gente ajena a las humildes barriadas de los cerros ubicados en una zona histórica de la ciudad, sienten a menudo curiosidad y hacen el recorrido que por momentos ofrece vistas del norte de la ciudad, de Puerto Santa Ana, del río Guayas o la rueda moscovita del Malecón.
Los socios de la cooperativa buscan incorporar WiFi a todas las unidades especialmente pensando en aquellos que se aventuran al paseo por turismo, dice Ortiz.
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