¿Qué hay detrás de las tradiciones para recibir el Año Nuevo que se celebran en Ecuador?
La quema del año viejo o monigote, comer uvas y vestir ropa interior de un determinado color son algunas de las tradiciones de Ecuador durante las primeras horas de Año Nuevo.
Un año viejo de aserrín consumido por el fuego mientras se recibe un nuevo año en Cuenca, Ecuador.
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Boris Romoleroux / API
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Se acerca el final de 2024, y con eso, empiezan a estar en la mente de varias personas las tradiciones cábalas que realizarán para recibir a 2025. Estas tradiciones son variadas y bastantes difundidas, sin embargo, más allá de la costumbre, ¿qué hay detrás de estas tradiciones de Año Nuevo?
Quemar el Año Viejo
Una de las tradiciones más populares en Ecuador que se realiza para recibir el Año Nuevo es quemar, precisamente al Año Viejo.
El Año Viejo está representado por un monigote de cartón o de prendas con aserrín que simboliza, como su nombre lo indica, al año que ya se termina.
Esta tradición también se realiza en países como Colombia, México y Venezuela.
La creencia popular indica que al quemar el Año Viejo de deja atrás todo lo malo que pudo haber pasado para así recibir al nuevo año, supuestamente, con mejores energías.
En un breve documento de la Fundación de Museos de Quito, Carolina Navas, jefa de Museología Educativa del Museo de la Ciudad, señala que en 1961 el historiador Rodrigo Chávez González hizo referencia a la quema de monigotes en fechas tan tempranas como 1871.
Comer uvas
Otra tradición ampliamente difundida en Ecuador y otros países de América Latina y Europa es la de comer 12 uvas después de la media noche del último día del año.
La creencia indica que cada una de esas 12 uvas representa a los meses del año, además de simbolizar suerte y abundancia. Por cada uva que se come, se debe pedir un deseo.
Según indican portales como National Geographic y BBC Mundo, hay dos teorías bastante difundidas sobre el posible origen de esta tradición.
La primera habla sobre una buena cosecha de uvas en 1909, en Alicante, España, que obligó a los vendedores a promocionarlas como "uvas de la suerte". Estas venían en empaques de 12 uvas, precisamente en representación de los 12 meses del año.
Una segunda teoría propone que, en la década de 1880, la clase burguesa de España adoptó una costumbre de los burgueses franceses de comer uvas mientras se tomaba vino espumante, durante las celebraciones de Nochevieja.
Correr con la maleta
Para aquelles que pretendan viajar al exterior en 2025, pueden tener en sus mentes la costumbre de salir con una maleta a dar una vuelta a la manzana. Eso sí, dentro de la maleta debe haber ropa y se debe tener el pasaporte a la mano, según la creencia.
Hay quienes también creen que en esta tradición se asocia al movimiento con una invitación a la buena suerte, y otros creen que, si se corre una mayor distancia, mejores serán los viajes.
Pese a ser una costumbre bastante popular en Ecuador y la región, no existen registros documentados que expliquen el origen de esta tradición de Año Nuevo.
Usar ropa de un color específico
En varios lugares América Latina, incluido Ecuador, se considera que vestir ropa de un color específico ayudará a cumplir los diferentes deseos el año que empieza.
Algunos creen que llevar interior de color amarillo o rojo les ayudará, por ejemplo en el amor o en el éxito económico, respectivamente. Otros colores, como el blanco, verde, azul o rosa, tienen sus propios significados.
Si bien el origen de esta creencia tampoco está claro, algunos portales brasileños señalan que, en ese país, la tradición de vestir ropa blanca durante la víspera de Año Nuevo tendría sus raíces en costumbres que llegaron desde la región africana de Candomblé.
Esta costumbre es bastante conocida durante las fiestas de 'Réveillon', que se celebran el 31 de diciembre de cada año en Brasil.
Comer lentejas
Otro alimento que se cree trae buen suerte, si se come en la llegada del Año Nuevo, es la lenteja.
Según recoge la empresa italiana de alimentos Pedon, y otros portales de ese país europeo, la tradición de comer lentejas en la cena de Año Nuevo tiene su origen en una costumbre de los antiguos romanos que lo hacían para tener buena fortuna.
Relacionado también con las lentejas, había otra creencia, según explican en Pedon, en la que llevar una bolsa de cuero llena de esta legumbre atada al cinturón era un llamado a la suerte en el año venidero, pues se esperaba que eventualmente las lentejas se transformasen en monedas.
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