Shakira habla sobre Hacienda de España: Machista, infantil y moralista
Después de un año del juicio fiscal de Shakira y Hacienda de España, la artista publicó una carta con su versión de los hechos. Aquí los puntos clave de su mensaje.
Cantante colombiana Shakira.
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AFP
Autor:
Redacción Primicias
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El juicio fiscal en contra de Shakira, por evasión de impuestos por parte de la Agencia Tributaria de España (más conocida como 'Hacienda'), fue uno de los temas más comentados durante el 2023, que terminó con la intérprete pagando millones de dólares y mudándose a Miami.
Un año después, la autora de múltiples éxitos musicales rompe el silencio con una carta pública expuesta en el medio español El Mundo este 4 de septiembre.
De forma detallada, Shakira expresa su vivencia personal alrededor del juicio, cuando además atravesaba la separación de su entonces pareja Gerard Piqué, padre de sus dos hijos.
Resumen de la carta de Shakira sobre Hacienda
En 2023 viví rodeada de cámaras que esperaban ansiosamente mostrarle al mundo cómo me quebraba.
Lo más frustrante fue comprobar que una institución del Estado parecía más interesada en quemarme públicamente en la hoguera que en escuchar mis razones. Pues bien, creo ha llegado el momento de darlas.
Desde el principio supe que el artificioso relato de la Agencia Tributaria confundía y manipulaba dos intenciones completamente diferentes: una era el deseo de establecerse en un país y otra, muy distinta, el deseo de que prosperara una relación que se desarrollaba en ese país.
Una estrategia en la que además subyace un prejuicio machista. Si el cantante hubiera sido un hombre estadounidense, se hubiera enamorado de una española y la visitara regularmente, me cuesta creer que la Agencia Tributaria hubiera considerado que tenía una intención de arraigo. Hay un machismo estructural que da por descontado que una mujer solo puede seguir a un hombre, incluso cuando no le conviene. Un machismo que sobrevive en sectores de la burocracia estatal en una sociedad que -por suerte- ya piensa muy distinto.
Algunos técnicos de la Agencia Tributaria española presentaron un relato infantil y moralista en el que yo era una cantante que evitaba cumplir con sus obligaciones fiscales y ellos los representantes de la justicia y la decencia. La realidad era muy distinta: yo cumplí siempre con mis obligaciones.
Mis finanzas fueron investigadas por la Casa Blanca o el IRS y aprobadas por otros países de la Unión Europea, y en todo ese tiempo nunca encontraron ni la menor seña de ilegalidad, mientras que un director general de inspección de la Agencia Tributaria española se permitió criminalizarme en un programa de la televisión antes incluso de que se celebrara el juicio.
Se quiso hacer creer a la opinión pública que yo no pagaba mis impuestos, cuando lo cierto es que pagué mucho más de lo que debía.
Hoy mi patrimonio consiste en lo que gané antes de llegar a España y lo que gané después de salir de ella. Todo lo que gané en esos años se lo quedó el Estado español.
Las cosas no se solucionan quemando en la hoguera a una figura pública al año como si se tratara de un proceso de la Inquisición para así recuperar el prestigio perdido.
A mis hijos quiero dejarles el legado de una mujer que expuso sus razones con calma y en sus propios tiempos, cuando ella lo consideró necesario, no cuando la obligaron a hacerlo. Necesito que sepan que tomé las decisiones que tomé para protegerles, para estar a su lado y seguir con mi vida. No por cobardía ni por culpabilidad.
Igual que con mis canciones, canto para volver a vivir tranquila, para pasar página.
En este pequeño artículo hay más verdad sobre mí que en todo lo que se publicó en 2023. Puede que a los funcionarios de la Agencia Tributaria que me juzgaron no les haga mucha gracia leerlo pero, francamente, me importa muy poco. No lo escribí para ellos.
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