Las historias del crucero de lujo bloqueado por meses en Belfast, que está a punto de comenzar su vuelta al mundo
El "Odyssey" tenía que levantar anclas en Belfast el pasado 30 de mayo, pero no lo pudo hacer debido a demoras administrativas y reparaciones.
Imagen referencial de un crucero
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Pexels
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Cientos de pasajeros de un crucero de lujo bloqueado desde hace cuatro meses en Irlanda del Norte por problemas técnicos se preparan por fin para zarpar, emprendiendo una vuelta al mundo de tres años y medio.
El "Odyssey" tenía que levantar anclas en Belfast el 30 de mayo, pero no lo pudo hacer debido a demoras administrativas y reparaciones que tardaron más de lo previsto.
Después de pasar pruebas en septiembre, podrá con toda probabilidad zarpar "dentro de siete días" para su viaje inaugural, declaró el miércoles a AFP la compañía naviera Hamilton Shipping Port Services.
"Es una sensación agridulce (...) Me encantó estar en Belfast, pero llevamos tanto tiempo esperando hacer este crucero que ya es hora de que nos vayamos", dijo Randy Cassingham, un escritor estadounidense de 65 años.
Cassingham no esperaba quedarse varado en Belfast cuatro meses. Él y su esposa pudieron pasar las mañanas y tardes en el barco, pero para las noches tuvieron que alquilar un apartamento.
Para pagarse una plaza en el crucero, que les llevará a todos los continentes con 425 escalas en 147 países, algunos de los 600 pasajeros vendieron sus casas y todos sus bienes.
El "Odyssey", propiedad de la empresa estadounidense Villa Vie Residences, se describe como una "residencia flotante" y un "crucero sin fin, que puede comenzar en cualquier puerto", con la posibilidad para los pasajeros de comprar un camarote y viajar sin límites.
El precio inicial para adquirir un camarote es de 119.999 dólares, a lo que se debe añadir gastos mensuales.
Pero en lugar de zarpar hacia destinos soleados, el crucero lleva meses bajo la lluvia de Belfast, sede de los astilleros Harland and Wolf, que construyeron el "Titanic" hace más de 100 años.
Pasajeros impacientes
"No tenemos una casa a la cual regresar, así que nos quedamos en Belfast", contó Randy Cassingham.
"El tiempo ha sido un poco malo, sobre todo porque ha sido un verano frío, más frío de lo habitual (...) pero los dos somos de Colorado, así que no nos ha molestado", añadió.
Algunos de los pasajeros, en su mayoría estadounidenses, aprovecharon los cuatro meses de espera para explorar Irlanda del Norte y Europa, y algunos incluso se embarcaron en otros cruceros.
Kit Cassingham, de 69 años, decidió caminar entre las ciudades de Belfast y Londonderry, un periplo de unos 100 kilómetros para descubrir la región y demostrar que los pasajeros del barco no están "varados".
"No es tanto que me quiera ir de aquí, el campo y la gente de Irlanda del Norte han sido maravillosos, es más bien que estoy impaciente de subir a bordo", dijo Richard Namikas, un pasajero que se unió a Kit en la caminata.
Ante la partida inminente, los viajeros volvieron uno a uno a Belfast, listos para poner rumbo a las Azores y después cruzar el Atlántico hasta el Caribe.
Gian Perroni, un canadiense de 62 años, está acompañado por su prometida Angela Harsanyi, de 53, otra pasajera que, como él, esperaba la salida del "Odyssey", y a la que conoció paseando por Belfast este verano.
"Nuestra amistad se convirtió en una historia de amor. No nos imaginamos pasar la vida con nadie más", contó a la AFP.
La pareja planea casarse en algún lugar entre Panamá y Costa Rica, donde Gian Perroni vivió los últimos seis años antes de vender su casa para recorrer el mundo.
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