Cada 7 de diciembre se recuerda el Día Internacional del Algodón de Azúcar y este es su origen
Han pasado 127 años desde que fue inventada la primera máquina para elaborar el famoso algodón de azúcar. Conozca al origen de esta popular golosina.
Una mujer hace 'cotton candy' o algodón de azúcar para apoyar a los simpatizantes de la excandidata a la Presidencia de Estados Unidos, Kamala Harris, Georiga, 26 de octubre de 2024.
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AFP
Autor:
Redacción Primicias
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Con su textura esponjosa y su capacidad para evocar nostalgia o alegría, el algodón de azúcar es, quizá, uno de los productos de la confitería más populares en el mundo.
Su sabor, la forma y el bajo costo, lo hacen muy atractivo para todos, sobre todo, para los más pequeños.
Y aunque no tiene un origen oficial o una declaración formal de organismos internacionales, poco a poco el 7 de diciembre se ha posicionado como el Día Mundial del Algodón de Azúcar.
Los orígenes de esta golosina no están del todo documentados, pero publicaciones refieren que datan del siglo XV, cuando reposteros italianos acostumbraban a calentar azúcar hasta el grado de derretirla por completo, y así obtener un fino hilo de caramelo sólido, con el que decoraban cuidadosamente los postres.
Dos siglos después, la técnica de hilos de azúcar se hizo popular entre los cocineros de Europa y América.
Para esa época, representaba un esfuerzo extraordinario, por lo que solamente estaba a disposición de un sector muy reducido de la sociedad.
La producción industrial del algodón de azúcar, como hoy lo conocemos, comenzó con William Morrison y John C. Wharton, quienes crearon en 1897 la primera máquina para la elaboración del 'cotton candy', como se lo llama en inglés.
Paradójicamente, Morrison era dentista, pero Wharton era un reconocido confitero.
En 1904, introdujeron el dulce (bajo el nombre de "Fairy Floss") en la Exposición Universal de St. Louis, donde tuvo un éxito rotundo.
En 1905, otro inventor llamado Albert D. Robinson, presentó otra patente para una máquina eléctrica giratoria que mantenía el calor de manera más eficiente, reseña una publicación del Gobierno mexicano.
Tiempo después -en 1921- Joseph Lascaux registró la licencia de una nueva máquina de su invención, en la que nombraba a la golosina como “algodón de azúcar”, superando así el de “seda de hadas”, como hasta ese momento se le denominaba.
Lo cierto es que el desarrollo y las innovaciones posteriores de las máquinas han permitido que el algodón de azúcar llegue hasta los sitios más recónditos del mundo.
En la actualidad, es usual hallarlo en fiestas de niños, en ferias, parques, centros comerciales y hasta se prepara en casa.
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