Día de la Mujer: Ocho historias de mujeres rebeldes para inspirar a las niñas

La escritoria inglesa Agatha Christie abre las primeras páginas de la segunda edición del libro de Cavallo y Favilli. Relatan cómo Christie era una niña a quien le encantaba escribir y lo intentó todo, desde poemas hasta historias de amor, hasta convertirse en una prodigia de las novelas de misterio. 
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​"Agatha quería se escritoria profesional más que cualquier otra cosa el mundo. Hablaba de su sueño con su perro, George Washington, durante sus caminatas diarias. Cada nuevo lugar al que iban era para Agatha el escenario de una nueva historia, y siempre que conocía a alguien se preguntaba si esa personas podría ser uno de sus personajes", dice el texto. 

"Había una vez, en un barrio pobre de La Habana, Cuba, una niña que solía cantarles a sus hermanos y hermanas para que se durmieran", así empieza la historia de la famosa cantante Celia Cruz, quien trascendió fronteras con su música. 
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​El relato hace un recorrido por los orígenes humildes de Celia hasta su éxodo a Estados Unidos, donde ganó varios Grammys. 

En Reino Unido, durante los años 1897 y 1931 vivió una niña que adoraba los reptiles y cuya primera mascota fue un gran largato dálmata. 
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​"Estas criaturas fascinaban a Joan, quien se convirtió en una experta mundial en herpetología (...) y consiguió un trabajo en el Museo Británico de Historia Natural", cuenta el libro sobre Beauchamp Procter, quien estuvo a cargo de diseñar el hogar de los reptiles en el Zoológico de Londres. 

El libro no solo incluye a heroínas de la ciencia, también reúne a mujeres fuertes como Mary Fields, quien es definida como una 'repartidora de correos', pero que en realidad alcanzó mucho más.
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​Fields empezó trabajando para un convento, desde donde fue despedida luego de que un hombre se quejó de que ella 'ganaba más' que él. 
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​Si bien abrió su propio restaurante, Fields quedó en bancarrota porque daba la comida sin cobrar a los más necesitados. "A los sesenta años, se ofreció para repartir el correo. Consiguió el trabajo porque fue la personas más rápida en aparejar un equipo de seis caballos". 

Las mujeres rebeldes tienen distintos rostros, nacionalidades y pasatiempos, como Sky Brown, una joven japonesa nacida en 2009 a quien le encanta patinar desde niña.
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​"Cuando Sky iba al parque de patinetas a practicar, los chicos mayores a veces intentaban detenerla. ¿Qué podía saber esa niñita sobre patinar? (...) Ser subestimada impulsó a Sky a entrenar más duro, a saltar más alto y a prender más trucos", dice el relato. 

Un 25 de junio de 1954 nació en Estados Unidos una niña que quería ser detectiva, pero a quien su familia le dijo que 'no podía' y que debía elegir otra profesión. 
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​"Muy bien, entonces será abogada como Perry Mason", cuenta la historia sobre Sonia Sotomayor, una mujer que venía de una familia pobre de Puerto Rico, y cuya madre trabajaba seis días a la semana para mantenerla a ella y a toda la familia.
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​Sotomayor luego ingresó a la Universidad de Princeton y fue la primera latina en ser juez de la Corte Suprema de Estados Unidos. 

Cuando era pequeña, la chilena Violeta Parra solía entretener a su hermana con canciones, mientras ambas limpiaban lápidas en un cementerio. 
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​El amor innato por la música de Parra la llevó a viajar por todo Chile con una libre en mano y una grabadora, "coleccionando canciones y recuerdos de toda la gente que iba conociendo. Muchas de las canciones que aprendió habían pasado de generación en generación, pero nunca nadie las había escrito o grabado antes que ella". 

Y este compendio de historias de mujeres empoderadas no podía olvidar a Lilian Bland, la periodista y aviadora británica que construyó la primera aeronave con motor en Irlanda en 1911, tomando de inspiración a las hazañas de los hermanos Wright. 

Esta aventura por el aire surgió cuando su novio y tío no la dejaron pilotear los aviones que tenían, y ella dijo: ​"Bueno, tendré que hacerlo sola" y construyó su propio planeador.