El talento artístico ecuatoriano brilla en Nueva York, Miami y otras ciudades de Estados Unidos
En un escenario dominado por otras naciones, los creadores ecuatorianos están rompiendo estereotipos y dejando una marca que posiciona a Ecuador como uno de los focos emergentes del talento latinoamericano en varias ciudades de Estados Unidos.

Pablo Caviedes en la inauguración de su muestra individual llamada "On the Map & Cranium Collection, en la galería Wilmer Jeannings en la ciudad de Nueva York
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Cortesía Pablo Caviedes
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NUEVA YORK, ESTADOS UNIDOS. En los últimos años, la escena artística de Nueva York y Miami ha sido testigo de un fenómeno vibrante y transformador: la irrupción del arte latinoamericano, con una presencia ecuatoriana cada vez más notable. Artistas emergentes y consolidados de Ecuador están dejando su huella en galerías de renombre, ferias internacionales y espacios culturales alternativos, desafiando estereotipos y abriendo nuevas rutas para el arte latino en el mercado global.
Uno de los nombres que encabeza esta ola es el de la ecuatoriana Jessica Abbey, fundadora de Abbey International Enterprises (AIE), una firma de relaciones públicas con sede en Nueva York y Miami dedicada a impulsar talentos creativos de América Latina.
Abbey, diseñadora de moda empírica y emprendedora, creó AIE tras experimentar la falta de apoyo para marcas emergentes. Su visión se expandió más allá de la moda para incluir música, entretenimiento y artes visuales, convirtiéndose en un puente entre artistas latinoamericanos y el mercado estadounidense. Ha participado en el New York Fashion Week 2023, apareció en la revista internacional Forbes, y mantiene conexiones clave con la Cámara de Comercio de Miami y la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Núcleo del Guayas.
"El talento en el lugar incorrecto se pierde".
Jessica Abbey, artista ecuatoriana
"Latinoamérica tiene un potencial artístico inmenso, pero carece de plataformas, financiamiento y contactos para destacar internacionalmente. AIE nació para llenar ese vacío y conectar a los artistas con oportunidades reales", agrega.
Una constelación ecuatoriana brilla en Nueva York
Luciano Koenig Dupont no necesita presentación en el mundo del arte digital: su nombre ya resuena con fuerza en los principales escenarios internacionales. Este fotógrafo y artista ecuatoriano ha transformado el uso de la Inteligencia Artificial en una herramienta poética, capaz de construir universos visuales cargados de emoción, crítica y belleza. Con más de 94 premios internacionales —incluyendo el primer lugar en los International Photography Awards de Nueva York y el Prix de la Photographie de París en 2024— ha sido reconocido por plataformas como LensCulture y Digital Arts Online como “uno de los mejores fotógrafos del mundo en su categoría”. Sus exposiciones individuales, como Welcome to Luckyland: My AI World y Concept Heads, han recorrido galerías de Francia, Italia y Estados Unidos, consolidándolo como una figura clave en la conversación global entre arte y tecnología

A esta constelación se suma Cristian Cruz, conocido artísticamente como Cristianco, quien ha sabido combinar su visión contemporánea con una sensibilidad profundamente humana. Su obra, marcada por la exploración de formas, texturas y discursos visuales de nuestro tiempo, ha encontrado eco en escenarios internacionales, donde también se ha destacado como gestor cultural. Ha sido una figura clave en la organización de exposiciones que conectan a Ecuador con Estados Unidos, probando que la creatividad ecuatoriana se manifiesta en múltiples rostros y lenguajes.

Pero si hay un nombre que merece subrayarse, es el de Pablo Caviedes. Nacido en Imbabura y radicado en Nueva York desde hace 20 años, ha hecho de la migración y la identidad latinoamericana sus temas centrales. Su serie 'On the Map', que incluye retratos conceptuales de Kamala Harris, Barack Obama y Andy Warhol, propone una visión positiva del inmigrante en Estados Unidos, rescatando su papel transformador en la sociedad. Esta obra no solo fue expuesta en importantes ferias neoyorquinas y derivó en un libro homónimo publicado por el Ministerio de Cultura y Patrimonio del Ecuador, sino que también le valió un reconocimiento inusual: en 2018, Michelle Obama le escribió una carta personal, elogiando su talento y la fuerza de su propuesta artística. Caviedes ha pintado murales en Polonia, ha recorrido festivales de alto nivel y se ha convertido en un embajador silencioso del arte latinoamericano en el mundo.
Este movimiento artístico no ha surgido solo: detrás hay estructuras que lo impulsan. La Casa de la Cultura Ecuatoriana, núcleo del Guayas, ha sido un eje importante, junto a la Cámara de Comercio del Ecuador en Miami y el respaldo logístico de Servientrega, permitiendo el envío gratuito de más de 60 obras hacia Estados Unidos. Artistas ecuatorianos han brillado en cuatro eventos privados en Miami, en espacios como el Dakota Design Center y Madeval, y ya se están organizando nuevas paradas en Nueva York, Washington D.C., Los Ángeles y Chicago.

Entre los nombres que consolidan esta ola también están Manolo Marín, artista quiteño con una sólida carrera en los salones de arte de Machala y Guayas, y Miguel Ángel Mena, cuyas obras se han exhibido en varias ciudades estadounidenses, sumándose con fuerza a esta nueva narrativa visual.
El tejido de esta expansión no estaría completo sin mencionar a Alex Trujillo Tamayo, curadora ecuatoriana radicada en Nueva York, fundadora de la organización Arte y Sana, que ha sido puente clave entre los artistas y las plataformas de exposición en Estados Unidos. Su trabajo ha permitido que muchas de estas voces tengan espacios de visibilidad que antes parecían inalcanzables.

Junto a ellos, surge con fuerza Diego Pinos, joven talento becado por la New York Academy of Art, quien se mudará en julio a Nueva York para dar inicio a una serie de exposiciones en universidades. Su primera gran muestra está programada para agosto de 2025, marcando el despegue de una carrera que promete dejar huella en el circuito académico y artístico de la ciudad.

Mientras Pinos traza su camino, Hernán Zúñiga se prepara para vivir uno de los momentos más significativos de su vida artística: su primera exposición en Nueva York. A sus más de ochenta años y con una trayectoria internacional consolidada, el gran referente del neoexpresionismo ecuatoriano no pierde la capacidad de ilusionarse. Pintor, grabador, escultor, poeta y muralista, Zúñiga ha sido celebrado en múltiples escenarios culturales del mundo, pero considera este paso como un encuentro largamente esperado con una ciudad que siempre imaginó como el epicentro del arte vivo. La muestra, prevista para mayo, será no solo un homenaje a su legado, sino una poderosa afirmación de que el arte auténtico no conoce de fronteras ni de edades.
Este auge del arte ecuatoriano en Nueva York no es solo una sucesión de logros individuales. Es la confirmación de un cambio de paradigma en la narrativa cultural latinoamericana. Como bien dice Abbey: "No necesitamos compararnos con Londres o París; en Ecuador hay talento que supera cualquier expectativa. Solo necesitamos mostrarlo al mundo de la manera correcta."
En una era donde la globalización y la tecnología están reescribiendo las reglas del arte, la presencia ecuatoriana en Nueva York se alza como prueba de que la creatividad, la resiliencia y la conexión cultural no tienen fronteras.

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