¿Cómo llegan Daniel Noboa y Luisa González a la segunda vuelta presidencial?
Aunque ambos afirman estar arriba en las encuestas, el presidente candidato y la representante del correísmo han sido golpeados por los hechos de las últimas semanas.

El presidente candidato, Daniel Noboa, y la representante del correísmo, Luisa González, llegan a la segunda vuelta electoral.
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PRIMICIAS
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Pese a que el calendario electoral decreta un 'descanso' entre la primera y segunda vuelta, los candidatos, que estarán en la papeleta presidencial el 13 de abril, no han parado. Sea de manera directa o indirecta Daniel Noboa y Luisa González han mantenido una perpetua campaña.
Y, aunque se repiten las mismas opciones que en las elecciones de 2023, este año el contexto es radicalmente distinto. Esta vez está en juego un periodo presidencial ordinario. Es decir, quien llegue a Carondelet deberá quedarse por cuatro años en el poder.
Pero, ¿cómo llegan el presidente candidato y la representante del correísmo a la contienda oficial por el balotaje? Golpeados. Ambos bandos han enfrentado momentos de polémica y críticas por parte de la opinión pública. Pero los dos ya aseguran estar arriba en las encuestas.
También sucede que ambos se señalan mutuamente por los distintos problemas que acechan al país y con esos discursos pretenden inclinar al electorado hacia su lado. Noboa llama a la ciudadanía a votar con esperanza y González pide votar por la vida.
El presidente candidato
Después de la primera vuelta, el gobierno de Daniel Noboa ha tenido que enfrentar la masacre más grande de la historia de Guayaquil, con 22 asesinados en Socio Vivienda; inundaciones con más de 120.000 afectados y ocho provincias en emergencia.
Y más recientemente la rotura del oleducto en Esmeraldas, que causó un derrame que afecta a más de 500.000 personas, y que ha dejado imágenes impactantes de la afectación ambiental y social, así como reclamos ciudadanos por la falta de agua y militarización de las zonas.
A esto se suman otro episodios de horror como el asesinato de una niña de tres años y su madre, en Huaquillas, en medio de un ataque armado y demás sicariatos y asesinatos, dentro y fuera de las cárceles.
El Ejecutivo también pasó malos momentos por el escándalo por el intento fracasado de delegar la explotación petrolera del campo Sacha; por las críticas a PetroNoboa, empresa de un hermano del presidente; y la comparecencia de su exesposa Gabriela Goldbaum en la Asamblea Nacional.
Sin contar el extendido drama con la vicepresidenta en funciones, Verónica Abad, con quien mantiene una serie de 'rounds' legales y administrativos, y que deja entrever el manejo que tiene el Gobierno de los problemas internos del Ejecutivo.
Sin embargo, el presidente candidato tiene respuestas para todo y muchas de ellas apuntan a sus mayores detractores: la Revolución Ciudadana. Por ejemplo, cuando anunció la asesoría del contratista militar privado, Erik Prince, cuestionó por qué el correísmo se opone y preguntó que a qué le temen.
La representante del correísmo
En un escenario similar se mueve el correísmo. La renuencia de Luisa González a desmarcarse del chavismo y de la dictadura de Nicolás Maduro en Venezuela, le sigue costando puntos. Sin embargo, los mayores golpes se originaron dentro de sus propias filas.
El temor de los ecuatorianos a la desdolarización, que ya ha sido tema de debate en las dos elecciones presidenciales previas, revivió con intensidad. Fue por eso que la bancada correísta en la Asamblea desempolvó un proyecto de enmienda constitucional, de 2021, que reconocería al dólar como la moneda oficial del Ecuador.
Pero el efecto del anuncio duró poco. La legisladora reelecta de la Revolución Ciudadana, Paola Cabezas, reavivó las críticas al afirmar que el país necesita una "dolarización a la ecuatoriana". Y afirmó que la idea es "desincentivar" el uso de los billetes físicos y "buscar mecanismos para generar nuevos dólares", a través de la inversión extranjera y, por ende, de una moneda digital.
A esto se sumó otro gran golpe, derivado del caso Ligados. La Fiscalía investiga a cuatro exconsejeros de la 'liga azul' del Consejo de Participación Ciudadana, por presunta asociación ilícita. Se trata de los candidatos correístas que consiguieron un puesto en la entidad y que la utilizaban para influir en las designaciones de las autoridades de control.
En los chats extraidos del teléfono de Augusto Verduga, quien huyó del país, se revelan conversaciones que salpican a los correístas en varias instituciones públicas, así como a los mismos candidatos de la tendencia, quienes son duramente criticados dentro de sus propias filas.
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