Este es el 'post mortem' del PSC tras su fracaso electoral en 2025
En el Partido Social Cristiano (PSC) sostienen que hay tres factores determinantes para su fracaso electoral. Pero, se niegan a pensar en su desaparición.
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El Partido Social Cristiano (PSC) analiza tres factores que influyeron para su derrota en las elecciones de 2025.
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PRIMICIAS
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Tres factores influyeron en el fracaso del Partido Social Cristiano (PSC) en las elecciones del 9 de febrero de 2025, en las que esta organización política no logró ni el 1% de votación con su binomio presidencial Henry Kronfle-Dallyana Passailaigue y alcanzó tan solo cinco curules en la Asamblea (uno en alianza):
- La absorción del voto socialcristiano por parte del movimiento oficialista ADN.
- Los problemas legales de su exlegislador Pablo Muentes, procesado por el caso de corrupción en la justicia de Guayas, conocido como Purga.
- Sus coincidencias con el correísmo durante la última administración legislativa, presidida por el socialcristiano Henry Kronfle.
Este 'post mortem' se realizó en una reunión reservada el 10 de febrero, un día después de la elecciones presidenciales y legislativas. Una fuente socialcristiana, que pidió la reserva de su nombre, contó a PRIMICIAS que el encuentro de la cúpula del PSC fue informal y que contó con la presencia de su líder Jaime Nebot.
En el PSC consideran que un amplio porcentaje de la votación presidencial obtenida por el movimiento ADN en este proceso electoral (44,16%), principalmente en su bastión, Guayas, responde a disidencias del partido, tras la derrota en las seccionales de 2023, cuando el correísmo terminó con el predominio socialcristiano en la Alcaldía de Guayaquil y en la Prefectura de Guayas.
Esto, anclado a la estrategia del Gobierno de polarizar la elección, "presentándose como la única alternativa para vencer al correísmo en una sola vuelta" lo que, a su criterio, funcionó para captar gran parte de la votación "de quienes coincidiendo con ese objetivo, discrepan en la forma y en muchos otros temas", explica la fuente.
Pero luego de la cuestionada administración de la exalcaldesa socialcristiana de Guayaquil, Cynthia Viteri, los negros nubarrones políticos no se disiparon, ya que otro escándalo estaba por estallar en marzo de 2024: el caso Purga.
En el PSC también hacen 'mea culpa' por no haber detenido a tiempo el coletazo de la captura de su exlegislador Pablo Muentes, ahora procesado por un escándalo de corrupción judicial en la Corte provincial, conocido como el caso Purga.
Un problema nada menor dentro de sus filas, por la amistad de Muentes con su líder Jaime Nebot, quien intentó deslindar al partido de los problemas legales de su exlegislador asegurando que "no vamos a interferir. Corresponde a la señora fiscal probar sus acusaciones; a la persona acusada, defenderse; y al juez, sentenciar dentro de la ley, sin temor ni favor".
Pero la sombra de Muentes no se disipó, cree la militancia del partido, y eso les pasó factura, al igual que la actuación de Kronfle en la Presidencia de la Asamblea, que primero fue muy cercano al mandatario candidato Daniel Noboa, pero luego se convirtió en un crítico mordaz.
Esto derivó en un acuerdo negado con el correísmo, que incluso apoyó al PSC para que se quedara con la primera vicepresidencia de la Asamblea con su legislador aliado Otto Vera, en octubre de 2024, un caramelo agridulce para la militancia que ahuyentó hasta a los financistas de la campaña.
¿Réquiem para el PSC?
Pese a este adverso panorama, en las filas socialcristianas creen que no es el fin de este partido fundado en 1951 por Camilo Ponce Enríquez y Sixto Durán Ballén. Dicen que están acostumbrados a los vaivenes de la política ecuatoriana, así que "tampoco es para tanto".
El fallecido líder del PSC, León Febres-Cordero, llegó a la Presidencia de la República en 1984 y desde entonces el poder Ejecutivo les ha sido esquivo. Ni Nebot, dos veces candidato a Carondelet (1992 y 1996), pudo recuperar ese espacio.
Lo intentó dos veces más: en 2006, cuando el PSC postuló a Cynthia Viteri como su candidata presidencial, quedando quinta con casi el 9% de votos válidos, ante la victoria de Rafael Correa, y en las elecciones de 2017, con un tercer lugar otra vez para Viteri.
Pero las campanas del fin del PSC sonaron ya en las elecciones seccionales de 2009, cuando el partido apenas logró nueve alcaldías, y en 2014, sólo 11.
Sin embargo, el panorama mejoró en 2019 y, con la división y caída de Alianza PAIS, el PSC logró obtener 42 alcaldías, entre ellas la de Guayaquil, que cambiaba de mando entre Nebot y Viteri.
En la Asamblea Constituyente de 2007, el PSC obtuvo seis escaños de 130; en 2009, 11; hasta llegar a 2021, con 18 curules; en 2023, con 16 y en 2025, con cinco puestos.
Para el PSC aún es apresurado hablar de "mayorías legislativas", con la Revolución Ciudadana a la cabeza con 67 curules, seguida por el oficialismo, con 66.
La cúpula del partido espera el desenlace de la segunda vuelta con los siguientes escenarios: la victoria del correísmo provocaría un fraccionamiento en el movimiento ADN que beneficiaría al PSC por las deserciones de exmilitantes, hoy afines a Noboa.
Pero si ocurre lo contrario, el resurgimiento sería complicado y la misa de réquiem estaría más cerca de celebrarse de lo que se piensa.
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