En medio de tantos partidos políticos y movimientos de alquiler, ¿qué reformas necesita Ecuador?
PRIMICIAS habló con dos expertos electorales sobre las razones del fracaso del sistema de partidos, las facilidades del Código de la Democracia y la permisividad de las autoridades del CNE.

Un miembro de mesa cuenta votos al cierre de la jornada electoral del 9 de febrero de 2025, en Guayaquil.
- Foto
EFE
Autor:
Actualizada:
Compartir:
En Ecuador hay 17 partidos y movimientos políticos 'nacionales' que estuvieron habilitados para participar en las elecciones generales del 9 de febrero de 2025. Pero su alcance queda en duda, especialmente después de que una docena no superaron ni el 1% de votación.
Esta pobre votación también pone en duda si estos partidos cumplieron con los requisitos establecidos en el Código de la Democracia. La Ley estipula que tanto partidos como movimientos deben tener afiliados o adherentes que equivalgan al 1,5% del padrón para poder existir.
Cuando la Ley entró en vigencia, en 2009, eso implicaba que debían contar con al menos 157.947 miembros en sus filas. Ahora, para 2025, esto representaría a 206.044 electores.
Pero, si la mayoría de agrupaciones obtuvieron apenas entre 12.000 y 74.000 votos en la última contienda, ¿dónde está su militancia? ¿Dónde está la ciudadanía a la que dicen representar?
La irrelevancia de los membretes electorales llega al punto en el que en Ecuador solo se habla de los candidatos, a quienes los factores externos favorecen o condenan en las urnas, y que ya casi nunca forman parte de las estructuras partidistas.
En 2025, nueve de los 16 presidenciales no militaban en las listas que los auspiciaron. En 2023, solo una de los ocho aspirantes a Carondelet salió de la estructura de su movimiento. Lo mismo se repite en las elecciones legislativas y seccionales.
Pero ¿qué se puede hacer para que esto cambie? Hay dos caminos, el primero es lograr unas reformas al Código de la Democracia que exijan estructuras políticas reales, que se mantengan en el tiempo y cumplan con sus roles.
Mientras que el segundo es que las autoridades electorales (administrativas y jurisdiccionales) obliguen a su cumplimiento.
PRIMICIAS conversó con dos analistas expertos en materia electoral y ciencias políticas sobre las condiciones que permiten la multiplicación indiscriminada de partidos y movimientos políticos en Ecuador, que inundan las papeletas electorales y alejan cada vez más a los votantes de la participación política real.
La génesis del problema
El jurista Medardo Oleas Rodríguez, también expresidente del anterior Tribunal Supremo Electoral, sostiene que el escenario partidista, nacido de la Constitución de Montecristi, fue concebido como una estrategia para dividir la actividad política en Ecuador.
"Divide y vencerás", agrega Oleas.
Pone como ejemplo las facilidades que brinda la Ley Electoral, para la creación de partidos y movimientos, bajo el argumento de facilitar el ejercicio de la democracia, que solo consiguió saturar la política partidista y llenarla de desprestigio.
Oleas, además, recuerda un hecho clave que marco el tablero electoral para siempre: en 2012, la administración del Consejo Nacional Electoral (CNE), afín al correísmo, aceptó la presentación de firmas falsificadas para la inscripción de las 'nuevas' organizaciones políticas. Esto se instaló como un negocio lucrativo.
Además, se permitió la creación de agrupaciones políticas que no tienen estructura, ni respaldo, ni principios ideológicos, ni hacen actividad política permanente.
Tampoco, los partidos en Ecuador cumplen con capacitar, preparar y educar a sus militantes, para que estén listos para participar en procesos electorales.
El jurista Marco Proaño Durán, especialista en Ciencias Políticas y docente universitario, señala que a estos problemas se suman la laxitud del Código de la Democracia en otros aspectos, que pone una vara muy baja para las actividades proselitistas.
Por ejemplo, los partidos y movimientos se pueden salvar de la eliminación gracias a las distintas posibilidades que establece la ley:
- Obtener el 4% de los votos válidos en dos elecciones pluripersonales distintas y consecutivas a nivel nacional.
- O al menos conseguir tres representantes a la Asamblea Nacional.
- Lograr el 8% de alcaldías.
- Y hasta se salvan al conseguir un concejal en cada uno de, al menos, el 10% de los cantones del país.
Las últimas reformas al Código de la Democracia añadieron, además, que cuando haya organizaciones que participen en alianzas electorales, estas recibirán el mismo porcentaje obtenido en la votación. Previamente, el porcentaje se dividía en partes iguales para cada uno de los aliados.

Las opciones para mejorar el sistema electoral
Medardo Oleas afirma que el camino para cambiar el fallido sistema de partidos es sencillo, en la teoría.
Lo primero que se debe hacer, enfatiza, es transparentar cuántos afiliados o adherentes tienen a día de hoy cada partido y movimiento. Exigir que tengan su registro electoral, como lo manda la Ley.
"Con eso se acaban los dueños de los partidos", advierte Oleas.
A esto agrega la reforma legal para eliminar la democracia directa "por delegación". Es decir, que los candidatos de las agrupaciones salgan de una real votación de sus miembros. "En ese momento se acaba la farsa", sostiene.
Así como que el CNE cumpla con la extinción de las organizaciones que no consiguen los requisitos mínimos en dos elecciones, enfatiza Oleas. Pero lamenta que el Consejo esté "controlado por los mismos que están malutilizando la Ley".
Marco Proaño concuerda en la incapacidad de las autoridades electorales para hacer cumplir las reglas. Esto ocurre porque las agrupaciones políticas esquivan las pocas decisiones del CNE con sentencias del Tribunal Contencioso Electoral (TCE) o acciones de protección.
Por ejemplo, indica que el Consejo debería hacer una revisión general de las condiciones en las que participan los partidos y movimientos vigentes, para garantizar que se respete el Código de la Democracia y que cuenten con verdadera representatividad, para que se termine "esa burla que son los partidos de alquiler".
Si bien Proaño está de acuerdo con la necesidad de urgentes reformas electorales, advierte que son los mismos partidos y movimientos políticos en la Asamblea Nacional los que discuten y redactan las leyes. Por lo que las reformas son hechas a su propia conveniencia.
Por ello, Oleas señala como camino definitivo la recolección de firmas, para que se presente una iniciativa legislativa ciudadana, que deba ser tramitada de manera obligatoria por el Legislativo.
Compartir: