El correísmo incrementó su capital político: este 2025, Luisa González consiguió la segunda mayor votación
La mejor votación del correísmo fue en 2013, cuando Rafael Correa ganó las presidenciales en una sola vuelta, con 4,9 millones de votos. Esta vez, Luisa González consiguió 4,4 millones.
![Diseño gráfico sobre la evolución del porcentaje histórico de votos válidos del correísmo en las primeras vueltas, entre 2006 y 2025.](https://imagenes.primicias.ec/files/image_480_270/uploads/2025/02/12/67ace0b32b616.jpeg)
Diseño gráfico sobre la evolución del porcentaje histórico de votos válidos del correísmo en las primeras vueltas, entre 2006 y 2025.
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PRIMICIAS / Diego Corrales
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Por primera vez, desde el rompimiento entre Rafael Correa y Lenin Moreno, una heredera del correísmo supera el 40% de votos válidos en una primera vuelta electoral. Luisa González, la candidata de la Revolución Ciudadana, logró aumentar 10 puntos en su votación frente a 2023.
En las elecciones extraordinarias de agosto de 2023, González alcanzó el 33,61% y este 9 de febrero de 2025 sube a 43,95% (todavía no se ha completado el 100% del escrutinio). Se trata de 1,1 millones de papeletas adicionales a su favor, con un total de 4,45 millones de respaldos.
La mejor votación del correísmo fue en 2013, cuando Rafael Correa ganó en primera vuelta, por segunda ocasión consecutiva, alcanzando 4,9 millones de votos, de un padrón de 11,3 millones de electores. Ahora González estuvo más cerca de esa cifra que ningún otro candidato de la tendencia, pero hay que tener en cuenta que el padrón también creció a 13,7 millones de personas.
Además, la Revolución Ciudadana puede jactarse de ser el único grupo político que cuenta con una sólida base de votantes, el denominado ‘voto duro’, que permanecen fieles al proyecto político. Pero, a la vez, los porcentajes de votación de los que presumen son, en número de ciudadanos, menores de lo que aparentan.
Esto porque las reglas electorales en Ecuador toman en cuenta solamente los votos conocidos como “válidos”, para determinar los resultados de una elección. Es por eso que los respaldos de todos los candidatos en las urnas representan en la realidad a menos ciudadanos de los que quisieran.
Pero esos fieles simpatizantes, que mantuvieron al correísmo como la primera fuerza política del país desde 2009, y el recuerdo de lo que denominan la “década ganada” no les había alcanzado para volver al poder. Al menos hasta ahora.
La votación del correísmo, a lo largo del tiempo, ha sido la más alta de todos los partidos políticos, aunque estuvo años en declive. Por ejemplo, después de los cuatro años de gestión de Lenin Moreno, la votación de la Revolución Ciudadana cayó del 39,4% al 32,72%, entre 2017 y 2021.
Y, después de los dos años y medio de gestión de Guillermo Lasso, pese a la crisis de gobernabilidad que terminó en la muerte cruzada y elecciones extraordinarias, la votación correísta subió menos de 1 punto, al 33,61%, entre 2021 y 2023.
Pero eso cambió y se reflejó en las recientes elecciones presidenciales. Tras 15 meses de gestión de Daniel Noboa, en medio de la continuidad de las crisis de seguridad, migratoria y energética, la lista 5 logró apropiarse del descontento de un sector importante de la población y escalar 10 puntos, desde 2023.
No obstante, a la par, esta es la primera vez, después del rompimiento con Moreno, que otro movimiento político les disputa el primer puesto: Acción Democrática Nacional (ADN). Aunque sea una diferencia de apenas 23.000 votos, el presidente candidato rompió la racha correísta de mantener el primer lugar.
Es así que este ‘renacimiento’ de la Revolución Ciudadana acerca al correísmo nuevamente al poder, pero en un escenario inédito: frente a un contendor que consiguió el respaldo que ningún otro candidato presidencial había tenido desde 2009.
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