Cómo Toachi Pilatón terminó siendo la hidroeléctrica con el costo por megavatio más caro que se ha construido en Ecuador
Toachi Pilatón es el proyecto más costoso construido en Ecuador. Su construcción ha estado llena de dificultades. Tras 14 años de espera, el Gobierno de Noboa espera poner en marcha una nueva fase del proyecto en diciembre de 2024.
Técnicos inspeccionan el túnel de carga Toachi-Alluriquín del proyecto hidroeléctrico Toachi Pilatón, el 22 de octubre de 2024.
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CELEC
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El Complejo Hidroeléctrico Toachi Pilatón, que está previsto que entre al fin en operación definitiva en febrero de 2025, no solo es uno de los proyectos que más tiempo de construcción ha tomado para Ecuador, sino también que terminará siendo el más caro.
El principal argumento para construir el proyecto ha sido que, al estar ubicado en la cuenca occidental, su generación sería complementaria a las hidroeléctricas ubicadas en la cuenca oriental. Eso es posible porque cuando hay sequía o estiaje en la cuenca oriental, en la zona donde se ubica Toachi Pilatón ocurren fuertes lluvias.
Sin embargo, aunque fue concebido en 1963, el proyecto ha tenido múltiples dificultades que demoraron tanto el inicio de su construcción como la ejecución de las obras.
Ubicado en las provincias de Santo Domingo de los Tsáchilas, Pichincha y Cotopaxi, el proyecto Toachi Pilatón deberá generar hasta 254,4 megavatios (MW), a través de tres centrales:
- Sarapullo de 49 MW.
- Alluriquíjin de 204 MW
- Mini Toachi con una capacidad de 1.4 MW.
Pero de todas esas centrales solamente ha entrado en operación solo Sarapullo el 1 de marzo de 2023.
Un comienzo tortuoso
El 19 de diciembre del 2007, Hidrotoapi, la Unidad de Negocio del holding estatal Celec, firmó el contrato “Detallamiento de ingeniería, suministros, construcción, montaje y comisionamiento del Proyecto Hidroeléctrico Toachi Pilatón” con la constructora brasileña Norberto Odebrecht.
Inicialmente, el proyecto se ideó con una potencia de 228 MW. El monto del contrato fue de USD 366 millones y el plazo de ejecución fue de 48 meses o cuatro años; es decir, tenía que ser inaugurado en diciembre de 2011.
Pero no pasaron ni 10 meses de la firma del contrato cuando el entonces presidente Rafael Correa decidió expulsar a la constructora de Ecuador.
Eso, luego de que Odebrecht se negara a reparar económicamente a Ecuador por fallas en la central hidroeléctrica San Francisco, que paralizó sus operaciones, pese a que tenía apenas un año de haber sido inaugurada. Y ordenó, mediante Decreto, la terminación, dentro del marco legal, de sus contratos en el país.
Tras un proceso de negociación, Hidrotoapi llegó a un acuerdo con Odebrecht en el que reconoció a favor de la contratista USD 13,8 millones por costos, como: varios trabajos de obras civiles, estudios, diseños y los derechos de los activos fijos de la empresa.
Hidrotoapi descontó ese valor del anticipo de USD 112 millones que había transferido a la compañía. El saldo de USD 98,3 millones fue reintegrado al Estado.
Pero ahí no terminó el litigio con Odebrecht, que reclamaba valores adicionales, que fueron sometidos a arbitraje en la Cámara de Comercio de la ciudad de Quito.
Como resultado, Hidrotoapi tuvo que pagar a Odebrecht gastos adicionales por estudios de ingeniería y por garantías contractuales por un total de USD 5,6 millones adicionales.
Con eso, el valor total pagado a Odebrecht fue de USD 19,5 millones.
Hay que recordar que luego, en 2017, el Departamento de Justicia de Estados Unidos señalaría a Odebrecht por haber pagado sobornos por USD 33,5 millones a funcionarios públicos de Ecuador entre 2007 y 2016.
Llega China
Con la salida de Odebrecht, Toachi Pilatón pasó en el "congelador" más de dos años. Y fue recién en diciembre de 2010 se reactivó. En ese entonces, se decidió que, para la construcción del proyecto, se firmarían dos contratos de obra con distintos proveedores:
- Uno que estaría a cargo de la construcción de la obra civil.
- Y un segundo para la provisión y montaje de las turbinas y otros equipos electromecánicos.
Fue así que Hidrotoapi contrató el 24 de diciembre de 2010 a la empresa China International Water & Electronic (CWE) para que realice la obra civil.
Lo anterior incluyó la construcción de la presa, el túnel y otras obras de infraestructura del proyecto. Además, se aumentó la potencia esperada del proyecto de 228 MW iniciales a 254,4 MW.
Aumenta el costo de la obra
El monto inicial del contrato con CWE fue de USD 240,4 millones. Pero no fue el valor definitivo, sino que fue incrementando a lo largo de los años, a través de adendas al contrato original y contratos complementarios, como se describe a continuación:
- El 20 de mayo de 2013, las partes suscribieron el Contrato Modificatorio No. 1, que modifica la Cláusula Sexta, numeral 6.2, relacionado con el plazo para amortización del anticipo.
- El 8 de marzo de 2014, las partes suscriben el Contrato Complementario No.1, cuyo objeto se relaciona al Diseño de la Casa de Máquinas de Alluriquín, y medidas de mitigación de la incertidumbre geológica, por un monto de USD 23 millones.
- El 15 de agosto de 2017 se firma el Acta de Reprogramación No. 03-2017, mediante la cual se autoriza variaciones de cantidades de obra civil por un monto de USD 14,5 millones, por lo que el nuevo monto del contrato es de USD 255 millones.
Una obra "eterna"
El plazo pactado con CWE para concluir con las obras civiles fue de 1.340 días; es decir, de tres años y casi nueve meses, por lo que los trabajos debían estar listos en 2014.
Pero no fue así. Durante el proceso de construcción del proyecto, fueron aprobadas cuatro prórrogas de plazo al contrato por parte del holding estatal Celec por un total de 1.503 días o poco más de cuatro años.
CWE basó sus pedidos en problemas geológicos en la zona donde se localizaría la casa de máquinas Alluriquín, lo que obligó a reubicar a esa infraestructura hacia otro sitio, y debido a retrasos en la instalación de equipos electromecánicos.
Pese a las prórrogas, CWE no concluyó las obras, pese a que llevaba 12 años en el proyecto. Además, las obras presentaron fallas, según Celec, como se describe en el siguiente gráfico:
De hecho, la Contraloría General del Estado ya había alertado de las fallas, en un informe de 2020. Finalmente, Celec resolvió terminar de manera unilateral el contrato con CWE, el 21 de marzo de 2022.
Luego, Celec contrató de manera directa al Cuerpo de Ingenieros del Ejército el 10 de octubre de 2023 para que termine las obras civiles y arregle las fallas en el complejo hidroeléctrico por un costo de USD 17,7 millones. Se espera que concluyan en el primer trimestre de 2025.
La rusa Inter Rao entra en escena
En cambio, para la provisión y montaje de las turbinas y otros equipos electromecánicos, Celec contrató el 25 de octubre de 2010 a la empresa rusa Inter Rao.
Pero Inter Rao dejó esta obra en marzo del 2017, luego de que el entonces presidente de Rafael Correa ordenó a Celec la terminación unilateral del contrato y su declaración como proveedor incumplido, debido a supuestos retrasos injustificados en la entrega de la obra.
El contrato inicial de Inter Rao fue por USD 144 millones, de los cuales se pagaron USD 123,7 millones, con un avance físico del proyecto del 85,20%, según el informe de Contraloría DNA-0019-2022.
La terminación unilateral del contrato llevó a Inter Rao a interponer un arbitraje internacional, que ganó a mediados de 2023 y el Estado fue condenado a pagar USD 45 millones. Es decir, en total Inter Rao cobrará USD 168,7 millones por ese contrato.
Llega la empresa rusa Tyazhmash
Con la salida de Inter Rao, hubo que buscar un contratista que termine la instalación de las turbinas y otros equipos. Entonces, Celec comenzó negociaciones directas con la también empresa rusa Tyazhmash. Pero el contrato con esta última se firmó recién el 20 de junio de 2019.
Para terminar de instalar los equipos electromecánicos, en teoría, se requería unos USD 21 millones, considerando que restaba una ejecución del 14,8% del contrato.
Sin embargo, el costo final del contrato fue sustancialmente más alto, de USD 124 millones, con el argumento principal de que había transcurrido demasiado tiempo.
En marzo de 2024, el proyecto enfrentó el riesgo de un nuevo retraso. Tyazhmash había advertido que paralizaría sus obras para la instalación de turbinas y otros equipos, luego de que terminara el plazo de su contrato y no hallara un consenso con Celec sobre los términos para ampliarlo.
Tyazhmash reclamaba USD 54 millones adicionales al valor de su contrato para quedarse en la obra, que finalmente fue discutido en una mediación donde Celec acordó pagar USD 23 millones.
Si se cuenta todos esos valores cancelados y por cancelar hasta ahora, quiere decir que el Estado terminará pagando solo por la instalación de las turbinas y otros equipos electromecánicos USD 316 millones.
A todos esos pagos, hay que añadir el costo de Fiscalización del proyecto, que estuvo a cargo del consorcio CPT, contratado el 7 de enero de 2013, por el valor de USD 21,6 millones y que fue terminado unilateralmente por Celec el 18 de febrero de 2019.
El costo final es millonario
PRIMICIAS consultó el costo actualizado y total de Toachi Pilatón, pero hasta el cierre de esta edición el Ministerio de Energía se encontraba tramitando el pedido.
Según información oficial de Celec de septiembre de 2023, la obra ya había demandado de una inversión de USD 912 millones. De ese monto, USD 278 millones fueron para las obras civiles.
A ese valor habría que añadir el costo por el arbitraje que perdió el Estado por USD 45 millones, más el contrato con el Cuerpo de Ingenieros del Ejército para terminar las obras por USD 17 millones y ahora los USD 23 millones de la mediación con Tyazhmash.
Con todo eso, el costo del proyecto ya superaría los USD 1.000 millones, pero su costo final dependerá del resultado que tengan las demandas presentadas en contra de Celec por parte de las contratistas, una de ellas es CWE.
Solo considerando los cerca de USD 1.000 millones como costo del proyecto, el valor del megavatio instalado sería de USD 3,9 millones por megavatio.
Eso supera incluso el valor de otras hidroeléctricas que ha construido Ecuador, como Coca Codo Sinclair, la hidroeléctrica más grande del país y cuya operación comenzó a finales de 2016. Esta central tuvo un costo de USD 2.763 millones, que divididos para los 1.500 megavatios de potencia que tiene la central arroja un valor de USD 1,8 millones por megavatio instalado.
Otro ejemplo: La hidroeléctrica Sopladora, inaugurada en agosto de 2016, tuvo un costo de USD 755 millones, lo que arroja un valor por megavatio de USD 1,5 millones por megavatio instalado, puesto que la planta tiene una capacidad total de generación de 487 megavatios.
Incluso, el valor por megavatio instalado en Toachi Pilatón supera el valor por megavatio del proyecto Mazar, inaugurado en diciembre de 2010. Este proyecto costó USD 600 millones y aporta con una generación de 170 megavatios, es decir, tiene un costo promedio de USD 3,5 millones por megavatio instalado. Pero, en este caso, la construcción incluyó el mega embalse del mismo nombre, que tiene una extensión de 31 kilómetros.
Lo que se viene
En un mensaje de sus redes sociales, la actual ministra de Energía (e), Inés Manzano, informó que la primera turbina de Alluriquín de 68 megavatios entraría en operación experimental el 17 de diciembre de 2024. Y la segunda y tercera en enero y febrero de 2025, respectivamente.
De hecho, el pasado 23 de noviembre de 2024 comenzaron las primeras pruebas mecánicas de la primera turbina de Alluriquín, que permite evaluar y verificar el balanceo del equipo.
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