La inseguridad y la recesión perjudican las ventas en la feria de carros en Ambato
Desde que comenzó la pandemia de Covid-19, las ventas han caído, según los comerciantes de carros usados. Antes se vendía hasta USD 12 millones por feria; ahora no llegan ni a la tercera parte.
La feria de Ambato habilitó un espacio para la venta de unos 4.000 vehículos.
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La feria de carros de Ambato (Tungurahua), una de las más grandes del país junto con la de Quito (Pichincha), ha sido durante más de 12 años un punto neurálgico para la compra y venta de vehículos en la región.
Sin embargo, en los últimos tiempos, la feria ha enfrentado una serie de desafíos que han llevado a una notable disminución en sus operaciones.
La migración, la inseguridad y la crisis económica han impactado de manera significativa en el funcionamiento de este importante mercado automotriz.
Declive en las ventas
Luis Anilema, un comerciante local, observa con preocupación el deterioro de la feria. "La feria está hecha pedazos. Antes vendíamos hasta tres carros en cada feria; ahora apenas uno a la semana, a veces ni siquiera eso".
La caída en las ventas ha sido drástica. Las ferias se realizan los lunes y los martes. Según los datos, antes de la pandemia un vendedor promedio vendía hasta seis vehículos durante la feria. Hoy, las ventas han disminuido en un 70%.
Luis asegura que hay semanas en las que no venden nada. Los carros que más se comercializan son los Chevrolet, Toyota, Mazda y Kia, entre otros.
Los precios varían de acuerdo con el año y el kilometraje. Antes de 2020 ingresaban al menos unos 4.000 vehículos a la venta por feria. En la actualidad, llega la mitad.
Hay carros de hasta USD 2.000. Según los comerciantes, esta feria generaba al menos unos USD 12 millones antes de la pandemia de Covid-19.
“Muchos vendedores, por la premura de tener el dinero, bajan el precio y no tienen ganancias”, informó Gerardo Velasco, quien lleva los carros de su patio hasta la feria.
Migración y delincuencia
La crisis económica y la recesión han sido factores clave en esta disminución. La emigración masiva de ecuatorianos hacia Estados Unidos y la llegada de inmigrantes al país ha tenido un impacto directo en el mercado, asegura el economista Juan Carlos Echeverría.
Muchos ciudadanos han optado por reunir dinero para pagar deudas, en lugar de invertir en vehículos. Esta tendencia se ha acentuado debido a la incertidumbre económica y la falta de circulante en el país, recalcó Echeverría.
Jorge Quispe, un vendedor con seis años de experiencia en el sector, destaca el cambio: "A pesar de que seguimos vendiendo, la rapidez con la que lo hacíamos antes se ha perdido".
Agrega que "la gente prefiere guardar su dinero, especialmente durante las vacaciones escolares, cuando los padres priorizan los gastos en educación".
La inseguridad también ha traído cambios significativos en la forma en que se realizan las transacciones en la feria.
Guillermo Chicaiza, otro comerciante con cinco años en el negocio, explica que las transacciones ahora se realizan principalmente mediante transferencias bancarias para evitar el manejo de grandes sumas de dinero en efectivo.
"La delincuencia ha obligado a muchos a cambiar la forma en que manejamos el dinero. No hay cajeros alrededor, por lo que preferimos hacer todo de manera electrónica", señala.
Sin embargo, sus mayores compradores eran de la Costa, quienes han dejado de hacer ese tipo de compras por el riesgo de que les roben los carros y luego los extorsionen.
“Hemos tenido casos de clientes que han comprado vehículos para sus trabajos y les han robado los carros para después pedirles recompensa para recuperarlos. Todo eso nos afecta el negocio”, lamenta Chicaiza.
El incremento del precio de la gasolina ha añadido un nuevo obstáculo. Geovanny Jerez, otro comerciante, menciona que muchos compradores prefieren vehículos a diésel debido a la creciente preocupación por el costo del combustible.
Otras ferias con el mismo panorama
Aunque Ambato y Quito siguen siendo las ferias más grandes del país, otras localidades como Latacunga, Riobamba, Saquisilí y Santo Domingo también cuentan con sus propias ferias y con los mismos problemas.
A pesar de la competencia, Ambato sigue siendo un lugar clave para los compradores y vendedores de vehículos usados, especialmente en el sector de Shuyurco, donde se pueden encontrar autos desde $2.000, dependiendo de su antigüedad y kilometraje.
El barrio ha mejorado
Quienes se muestran contentos son los habitantes del barrio Shuyurco, en la parroquia Pishilata, al sur de Ambato.
Mariana Vaca, habitante del sector, asegura que la feria les ha ayudado a visibilizar el área y los negocios han incrementado. En unas cinco cuadras existen comedores, oficinas de asesoría legal, copiadoras, venta de extintores y todo lo relacionado con los vehículos y sus trámites legales.
Luis Chango, presidente del Gobierno Parroquial de Picaihua, mencionó que existe un canchón de tres kilómetros con capacidad para 4.000 vehículos y que por cada carro se paga USD 0,80 en vehículos livianos y USD 1 en los pesados.
La municipalidad reinvierte esos recursos en obras para la parroquia, como la construcción del Mercado Mayorista de Vehículos Usados para que la parroquia siga mejorando.
En el barrio también se encuentra el Centro de Revisión Vehicular, donde se han matriculado de enero a junio de 2024, 31.651 vehículos, según la Dirección de Tránsito, Transporte y Movilidad de Ambato.
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