"No puedo dormir pensando que ya vienen a quitarme la casa", dice una clienta que no puede pagar su hipotecario
Conozca la historia de Valeria, una clienta que enfrenta una coactiva por su crédito hipotecario y las alternativas que tiene.
Visitas del Biess a una empresa para ofertar sus servicios, el 30 de abril de 2024.
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Red X del Biess.
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Valeria sacó un crédito hipotecario en 2012 para cumplir el sueño de comprar su primera vivienda. Se decidió porque tenía un trabajo estable y bajo relación de dependencia.
El hipotecario lo sacó en el Banco del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (Biess). Fue por USD 53.000, a un plazo de 21 años y 11 meses, y con cuotas mensuales de USD 500, que pagó puntual durante siete años.
Pero a finales de 2019 la despidieron de su trabajo. Para pagar la deuda, junto a una socia, empezó su negocio propio de capacitación y asesoría empresarial. "Al inicio, nos iba a bien, pero vino el paro de octubre de 2019 y luego la pandemia en marzo de 2020. Todo eso nos afectó. Fue terrible".
Fueron meses de angustia. Lo poco que salía de su negocio apenas le alcanzaba para comprar la comida. Valeria es la única que sostiene su hogar. Mantiene a su madre, a su hermana, que tienen problemas de salud, y a su hija que, en ese entonces, estaba en el colegio.
Gabriel Ortiz, socio fundador de Legal Logic Abogados, explica que si una persona no paga una cuota de su crédito, se activa una cláusula de aceleración de pago del crédito, con lo cual se declara el resto de cuotas pendientes vencidas.
Reestructurar la deuda, una opción
Pero los bancos y cooperativas no quieren quedarse con las casas de los clientes, por lo que ante un problema de pago, lo que suelen hacer estas instituciones es buscar acercamientos con el cliente para que pueda reestructurar su deuda, de manera que pueda pagar el préstamo. Usualmente, las entidades amplían el plazo del crédito, a fin de reducir el monto de las cuotas mensuales.
Un cliente puede reestructurar su deuda cuando tiene seis meses o más de cuotas impagas. Las condiciones para acceder a la restructuración dependen de cada banco. Por ejemplo, algunos solicitan un abono importante del capital, entre el 20 y 25%. Otros exigen el pago de los intereses en mora y de los seguros. Además, piden respaldos de ingresos de que el cliente va a poder pagar las nuevas cuotas.
Si luego de reestructurar su deuda, el cliente falla de nuevo en el pago de una de esas cuotas, se vuelve exigible la garantía, que en este caso es la vivienda.
Para reestructurar su deuda, el banco le exigía a Valeria que pague, por lo menos, los intereses por mora y seguros, y haga un abono al capital. Pero era un valor muy alto, con el que no contaba.
Por los intereses, multas y recargos, la deuda inicial de Valeria, que era de USD 53.000, se convirtió en USD 67.000, pese a que ya había pagado ocho años.
"Me pedían pagar mucho dinero en un plazo muy corto de tiempo. Para mí era imposible".
Medidas de alivio del Biess
Para hacer frente a las consecuencias económicas de la pandemia de Covid-19, que implicaron un aumento de la tasa de morosidad del Biess, el banco aplicó a finales de 2022 medidas de alivio a clientes con créditos de más de seis meses de vencido y sin coactiva.
Entre los beneficios están que los clientes ya no tengan que pagar los intereses vencidos para poder reestructurar su deuda.
Además, el plazo para la reestructuración de deudas pasó a ser de hasta 30 años y el Biess otorgó plazos de gracia de hasta un año.
El mayor temor: el inicio de una coactiva
Aunque fueron medidas importantes de alivio, estos llegaron tarde, pues la deuda de Valeria ya no calificaba para aplicar a una reestructuración, pues justo pasó a coactiva.
Un préstamo pasa a coactiva cuando una persona acumula cuotas impagas por más de 1.080 días (tres años). La coactiva es un procedimiento administrativo mediante el cual las instituciones financieras ejecutan las garantías de un préstamo impago.
Para evitar el remate del bien, el cliente tiene que pagar un abono importante, usualmente del 20% o 25%, y el saldo del préstamo a un plazo máximo de dos años.
Valeria entró en un círculo del que parecía no podía salir. "Ya no podía refinanciar ni reestructurar mi deuda. Si hubieran aprobado esas facilidades antes, yo habría podido pagar", dice.
Ortiz explica que en las instituciones financieras públicas los procesos suelen tardar un poco más por ser más burocráticas. En cambio, en las instituciones financieras privadas los procesos para recuperar estos créditos vencidos son más rápidos.
Valeria no puede dormir tranquila. Piensa todo el tiempo: "cuándo llegarán para quitarme la casa".
Nuevas facilidades en el Biess
Pero hace poco surgió una luz de esperanza. La Ley de Turismo, aprobada por la Asamblea, en marzo de 2024, introdujo una reforma al artículo 277 del Código Orgánico Administrativo (COA) para que el Biess amplíe, de dos años a 30 años, el plazo para que deudores de hipotecarios con coactiva apliquen a una facilidad de pago.
El Biess ya solo exige un abono en "función de las posibilidades" de los deudores con préstamos hipotecarios en coactiva. Con estas medidas, el Biess buscar dar alivio a unos 14.000 clientes que están en esta situación.
En el caso de Valeria, ella tiene que pagar un abono de USD 4.000 para acceder al beneficio.
Pero si se atrasa una sola cuota, su crédito volverá a un estado de ejecución; es decir, tendrá que pagar todo o perderá la casa. "No tendría a dónde ir si me desalojan", dice con preocupación.
"Estos clientes viven una situación delicada, porque aunque la vivienda es garantía de un crédito, el cliente vive en ese bien y, de pronto, se queda sin nada", añade Ortiz.
Por otro lado, el caso de Valeria es una muestra de las consecuencias económicas que dejó la pandemia de Covid-19 y que aún se sienten en la economía.
Crear un fondo de ahorro
Es importante que la gente tenga un fondo de ahorro ante cualquier emergencia, como pérdida de trabajo o problemas de salud. ¿Cómo lograrlo? Lo primero que se debe tener en cuenta es que una persona solo puede comprometer el 40% de sus ingresos para el pago de deudas.
Por ejemplo, si percibe un salario de USD 1.000, solo puede endeudarse en créditos o pago de tarjeta por un máximo de USD 400 al mes. Sobrepasar ese valor es un signo de alerta de que va camino al sobre endeudamiento y de que enfrentará problemas futuros.
Para ahorro, los técnicos recomiendan destinar un 10% de su salario al mes. En el ejemplo anterior, serían USD 100.
Otra sugerencia es acumular los fondos de reserva y los décimos, que pueden alimentar el fondo de ahorro.
Además de contar con un fondo de ahorro, una persona podría contratar un seguro de salud si es que sus ingresos se lo permiten.
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