Erosión regresiva sigue su avance hacia Coca Codo Sinclair, la mayor hidroeléctrica de Ecuador, alerta experta de la Politécnica Nacional
En entrevista con PRIMICIAS, Carolina Bernal, advierte que la erosión regresiva no se ha frenado, de acuerdo con visitas de campo que realizó la investigadora.

Frente de erosión, según Celec, está a 6,1 kilómetros de las obras de captación de Coca Codo SInclair al 21 de abril de 2025, pero aclara que debe levantamiento de información para verificar la cifra.
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El extraño fenómeno de la erosión regresiva del río Coca no se ha frenado y sigue su avance aguas arriba acercándose a las obras de captación de Coca Codo Sinclair, la mayor hidroeléctrica de Ecuador y de que cubre el 25% de la demanda eléctrica de Ecuador.
Lo dice Carolina Bernal, catedrática de la Politécnica Nacional, universidad que firmó un convenio para dar soporte técnico al municipio amazónico de El Chaco, ante el riesgo que supone este fenómeno.
La erosión regresiva socaba el lecho del río Coca y "carcome" sus márgenes, dejando a su paso gigantescos socavones y quebradas que ponen en riesgo a la población, dos oleoductos estatales de petróleo, la vía Quito - Lago Agrio y parte de la infraestructura de la hidroeléctrica Coca Codo Sinclair.
La mayor preocupación es esta última, ya que si llega la erosión a las obras de captación de la hidroeléctrica, que se asientan sobre el río, existe el riesgo de que quede inutilizada.
El fenómeno empezó en febrero de 2020, a 20 kilómetros de distancia de la infraestructura de captación de la hidroeléctrica. Pero desde entonces ha avanzado aguas arriba con dirección a las obras de la central que se asientan sobre el lecho del río.
Y, según los reportes oficiales de la Corporación Eléctrica de Ecuador (Celec), desde hace casi 10 meses (es decir, desde julio de 2024) se encuentra a 6,1 kilómetros de distancia de las obras de captación de Coca Codo Sinclair, pero el holding estatal advierte que realizará un nuevo levantamiento LIDAR del cauce del río (mapeo) para "verificar ese dato cuando el caudal del río lo permita".
Carolina Bernal que ha realizado permanentes visitas a la zona durante 2025 dice que la erosión regresiva ya sobrepasó los 6,1 kilómetros y estaría a solo cinco kilómetros de la hidroeléctrica.
Además, advierte que el problema de sedimentos del río Coca aumenta, lo que ha obligado a incrementar las limpiezas, lo que hace que se paralice la central cada vez más seguido.
PRIMICIAS solicitó una entrevista a Celec el 22 de abril de 2024 para conocer el avance de las obras de protección y el estado de la zona de la erosión, pero no pudo obtener inmediatamente un comentario para esta nota.
Hubo dos grandes crecidas del río Coca en lo que va de 2025, sin embargo, Celec aún no ha actualizado el punto en el que se encuentra frente de erosión regresiva ¿Qué halló en sus visitas de campo?
La Politécnica Nacional firmó un convenio con el Municipio de El Chaco, por lo que estoy permanentemente visitando la zona. Además, estoy en permanentes conversaciones con el oleoducto estatal OCP.
El río Coca se forma por el río Salado y el río Quijos, cuando se hicieron las obras de captación de la hidroeléctrica Coca Codo Sinclair los sedimentos más grandes, de 10 y 20 centímetros ya no podían pasar y comenzaron a acumularse en el río El Salado. Incluso, comenzó a depositarse arenas.
El río El Salado es un río muy potente, pero con la acumulación de sedimentos comenzó a apegarse a la margen derecha donde está la carretera y a comerse. Se llegó a temer que en una crecida, el río pueda romper incluso el puente que es parte de la vía Quito Lago Agrio. Era un riesgo importante. Además, el poliducto está pegado al puente, lo que suponía también un riesgo. -
Frente a eso, la petrolera estatal Petroecuador hizo a un lado (puso a los costados) los sedimentos y abrió una especie de cause para que el río pueda tener desfogue y, así, dejó de golpear a la base de la carretera.
Pero al abrir ese desfogue comenzaron a pasar o arrastrarse rocas muy grandes, de hasta 20 centímetros, hasta las obras de captación, con lo que ahora está pasando sedimento grueso, que es desfogado aguas abajo. Eso va a provocar socavación y graves problemas por la frecuencia con la que llega.
¿Y aguas abajo?
La erosión regresiva sigue campante. Celec aún no ha reconocido, pero yo calculo que estará por lo menos un kilómetro más arriba quizá (de lo que ellos reportan); es decir, la erosión regresiva ya está a 5 kilómetros producto de las crecidas que se han dado en este año. Y hay que tomar cuenta que habrá crecidas mayores en junio y julio cuando empiece la época invernal en la zona.
El dique que se dijo que se iba a construir para frenar la erosión aún no ha concluido de lo que yo he visto. Y hay en esa zona presencia de arcillas lo que complica el proceso constructivo. Si esa obra no concluye antes de junio o, al menos, no avanza en algo, ya no servirá de nada.
In situ ¿Es visible, entonces, que la erosión ya superó el dato de 6,1 kilómetros?
Es visible, hay signos de que ya está desestabilizado una de las márgenes u orilla del río.
¿Qué es de esperar que ocurra con la erosión en el invierno que se aproxima?
Va a acelerar, se espera un salto grande. Ahora ya las autoridades deberían informar dónde mismo está el frente erosivo. Están en juego los oleoductos estatales, que están muy complicados. Hay que hacer obras importantes en el río Salado para proteger esta infraestructura petrolera.
Están en juego los oleoductos estatales, que están muy complicados.
La actividad del río nos complica a todos y es necesaria una acción conjunta y coordinada en las soluciones, para que unas acciones no dañen la operación de otros.
La erosión del río Coca también avanza de manera lateral a la margen izquierda, lo que pone en riesgo los dos oleoductos estatales y la vía Quito-Lago Agrio ¿Cómo avanza ese fenómeno?
Lo más urgente es que el Estado emprenda con el nuevo trazado de los oleoductos estatales y el poliducto por la margen derecha. Pero mientras eso se concreta OCP está estabilizando las zonas de los ríos Loco, Piedra Fina, Malo, Marker.
En todos están trabajando con una técnica interesante, en especial, con disipadores de energía (que son unas especies de gradas) que se hacen en el lecho del río para que baje la energía del agua y eso ralentiza la erosión.
No es una solución definitiva, pues en las crecidas de los ríos deben volverse a hacer estas obras o reconstruir estas obras, porque resisten, pero se van desmoronando. En este sentido OCP ha hecho un muy buen trabajo.
Lo que también pudimos observar es que en la zona donde se ubicaba la Cascada de San Rafael (hoy extinta) la erosión regresiva estaba bastante ralentizada. Justamente la desaparición de esta cascada marcó el inicio de la erosión regresiva en febrero de 2020.
Sin embargo, con la apertura de compuertas para el desfogue de sedimentos en las obras de captación el agua baja con fuerza y eso parecería que está provocando que la margen izquierda sea afectada y se esté desmoronando nuevamente.
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