"Esta tragedia me liquida económicamente": el drama del productor cacaotero Omar Bone, tras el derrame de crudo en Esmeraldas
Unas 4500 familias de estas dos parroquias rurales de Quinindé están afectadas por el derrame de petróleo que contaminó ríos y plantaciones.

Omar Bone, productor de cacao, afectado por el derrame de petróleo del 13 de marzo de 2025, en Quinindé, Esmeraldas.
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Redacción PRIMICIAS
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En el recinto Chucaple, en la parroquia Cube, Omar Bone observa cómo sus sueños se desmoronan junto con las hojas quemadas de sus 3.000 plantas de cacao. Todo cambió el pasado 13 de marzo de 2025, cuando una rotura en el Sistema de Oleoducto Transecuatoriano (SOTE) desató un derrame de petróleo que sumió al cantón Quinindé (Esmeraldas) en una crisis ambiental sin precedentes.
Lo que Omar planeaba entregar la próxima semana como parte de un importante encargo quedó en nada.
"Me tocará pedir prestado dinero para devolver la plata, porque lo que me dieron de adelanto lo invertí en más plantas. Esta tragedia me liquida económicamente", dice Omar.
La historia de Omar no es única. En las parroquias Cube y Viche, las más cercanas a la zona del desastre, los días transcurren entre el hedor del crudo, la incertidumbre y la lucha por sobrevivir. Según datos del Municipio de Quinindé, más de 4.500 familias han sido afectadas, y las escenas de desolación se replican en cada rincón.
El recinto El Roto, ubicado a la orilla del río Caple, enfrenta las consecuencias directas del derrame. El agua del río, que solía ser fuente de vida y sustento para los habitantes, ahora baja teñida de petróleo.
Los niños, que antes se bañaban en sus aguas, y las mujeres, que acudían a lavar ropa, han tenido que abandonar estas actividades ante el peligro evidente.
María Delgado, quien vive a pocos metros del río Caple, ha visto cómo los olores del crudo invaden su hogar.
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Anoche, los fuertes olores no la dejaron dormir ni a ella ni a sus sobrinos. Ahora lidian con dolores de garganta, irritación en los ojos y una picazón en la piel que parece no cesar.
"El olor es insoportable, y en la noche es aún peor. Nos cuesta respirar", comenta, mientras intenta contener las lágrimas.
El impacto en la salud ha sido evidente. Las lluvias recientes agravaron la situación al arrastrar el petróleo retenido en ciertos puntos, intensificando los olores tóxicos que afectan principalmente a los niños y ancianos. Las consultas médicas han aumentado, y las autoridades municipales reportan haber atendido a más de 1.200 personas por problemas respiratorios, irritaciones en la piel y otros síntomas asociados a la contaminación.
Las tierras de cultivo, pilar económico de la región, también están pagando un alto precio. En Cube y Viche se cultiva maíz, maracuyá y cacao, pero ahora las plantaciones muestran signos evidentes de afectación: hojas ennegrecidas y los frutos marchitos.
La falta de coordinación entre las instituciones responsables ha retrasado la cuantificación oficial de las hectáreas dañadas, pero los agricultores saben que el daño es significativo.
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"Antes cultivábamos con confianza, pero ahora dependemos de químicos para intentar salvar algo", afirma Ever Nieves, un productor de la zona.
Las familias, cuyos ingresos dependían exclusivamente de la venta de estos productos, enfrentan ahora la incertidumbre de no saber si podrán superar esta crisis.
Mientras tanto, la vida en Cube y Viche continúa marcada por el silencio y la espera. Los habitantes luchan por adaptarse a una realidad asfixiante.
La petrolera estatal Petroecuador informó este 18 de marzo que, como parte del Plan de Contingencia, entregó al centro de acopio en Palma Real, Viche, 250 kits de alimentos para su distribución a las familias que viven los estragos de la contaminación ambiental por el derrame de petróleo.
Un día antes, el 17 de marzo, las autoridades del Ministerio de Energía y Petroecuador recorrieron las parroquias rurales donde están los puntos de contención del crudo derramado; esto es en El Vegel, Río Viche y Cube. Informaron que se realizan tareas de recuperación de petróleo con camiones de succión y limpieza de las áreas afectadas con empresas de remediación. La Refinería de Esmeraldas ha receptado, hasta ahora, 90 tanques de petróleo recuperado.
Además, el Ministerio informó que entregó 25 tanques de agua para almacenamiento de agua.
Pero para los líderes comunitarios esta ayuda llega de forma lenta y descoordinada por parte de las aut
En medio de la tragedia, los habitantes se mantienen firmes. "Esto no nos puede derrotar. Seguiremos adelante, aunque el camino sea difícil", afirma Omar Bone.
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