El 43% de la población no conoció el sucre; cuatro ecuatorianos recuerdan cómo fue el paso a la dolarización
Este 9 de enero de 2025, Ecuador cumple 25 años con el dólar como moneda de curso legal, tras la crisis inflacionaria que llevó a la nación a salir de la moneda local, el sucre.
Fachada del edificio matriz del BCE, el 15 de mayo de 2024.
- Foto
Captura de pantalla de video del BCE
Autor:
Actualizada:
Compartir:
El 9 de enero del 2000, Ecuador adoptó el dólar estadounidense como moneda oficial y los ecuatorianos dejaron de tranzar con la que hasta entonces había sido su moneda propia: el sucre.
Pero, aunque han pasado 25 años, hay ecuatorianos que todavía recuerdan con claridad los momentos críticos que vivieron en esos días en que el sucre se devaluaba con una velocidad tal que llevaría al país a adoptar el dólar.
El sucre pasó de valer 7.119 por cada dólar en enero de 1999 a 18.287 sucres por dólar en diciembre de ese año. Y ya para el 9 enero del 2000, cuando Ecuador se dolarizó oficialmente, 25.000 sucre equivalían a un dólar.
La hiper inflación, los depósitos licuados, la ola de migración, las protestas frente a los bancos cerrados, son algunos recuerdos que narran quienes ya tenían edad suficiente para entender lo que estaba pasando en esos años.
Pero, hoy, también hay un importante segmento de la población que tiene 25 años o menos y que jamás conoció el sucre.
Unos 7,3 millones de ecuatorianos o el 43% de la población tiene menos de 25 años, es decir, nació y ha vivido solamente usando el dólar.
Se trata de ecuatorianos que hoy son jóvenes de la generación Z y, aunque no vivieron en persona los dramáticos momentos de la que fue una de las peores crisis económicas de Ecuador, han escuchado de padres y abuelos cómo fue esta época.
Alquilar una habitación costaba USD 0,50
Holbach Muñetón, empresario hotelero en Guayaquil.
"Yo tenía en ese momento tres hoteles pequeños, para turistas locales. Fue todo tan rápido, nadie se imaginaba que todo eso terminaría en una dolarización.
Era como caminar sobre un puente de cáscaras de huevos, un día entraban 300.000 sucres que alcanzaban para todo, y a la semana ya no te alcanzaba ni para los servicios básicos, era muy arriesgado ser empresario.
Lo que recuerdo con más claridad es lo dramático que fue ver cómo, de un día para otro, el sucre se devaluó tanto que las habitaciones de hotel las teníamos que alquilar a USD 0,50, que era lo que equivalía en ese momento el sucre.
Imagínese, cobrábamos 16.000 sucres por habitación y de la noche a la mañana eso ya no equivalía ni si quiera a un dólar, porque fijaron el cambio en 25.000 sucres por dólar.
Cobrábamos16.000 sucres por habitación y de la noche a la mañana eso ya no equivalía ni si quiera a un dólar,
Por supuesto también fue duro para el sector porque la gente no tenía dinero. No era momento de hacer turismo y viajar, entonces también bajaron mucho los ingresos para nosotros.
Como empresario del turismo, además fue difícil sostener el empleo, ¿cómo íbamos a hacer si el cambio era irrisorio? Si les pagábamos en ese momento, al cambio, de 25.000 sucres, era como pagarles unos pocos dólares, tuvimos que subirles un poco el sueldo. Pero a la par, lamentablemente tuve que despedir a casi el 30% de los trabajadores, porque no podía pagarles.
Al menos tenía algo de ahorros que sí había sacado de los bancos antes del feriado bancario, y también solía comprar dólares antes de que todo se dolarice oficialmente, por eso pude sostener mis negocios.
Pero no fue nada fácil, con mucho esfuerzo salimos adelante y así estamos hasta hoy, con cualquier escenario. Mire, por ejemplo, afrontamos solos el Covid en el sector turístico.
El empresario privado en Ecuador siempre ha tenido que arreglárselas por su cuenta, no podemos esperar a que el Gobierno de turno nos ayude. Tuvimos que pelearla mucho para volver a surgir.
Vendimos un carro y guardamos el dinero en el banco, perdimos casi todo
Matilde, ama de casa de Quito.
Fue una época terrible para todos, la devaluación del sucre era tremenda, cada semana cambiaba. No alcanzaba el dinero, como ama de casa tenía que ser muy cuidadosa, administrar lo mejor posible para que alcance para todo, en ese momento mis hijos estaban en el colegio.
Creo que nadie sabía que iba a haber un feriado bancario, mi esposo incluso trabajaba en un banco y no sabía, si hubiéramos sabido habríamos sacado los ahorros que teníamos en el Banco del Progreso, que fue uno de los que quebró. No sabíamos a quién reclamar.
Si hubiéramos sabido del feriado bancario habríamos sacado los ahorros que teníamos en el Banco del Progreso.
Nadie se imaginaba que ese banco que era tan grande iba a quebrar, todo el mundo tenía ahí sus ahorros. Y luego cuando vino la crisis, con el cambio a los 25.000 sucres por dólar todos los que habíamos ahorrado ahí con tanto esfuerzo, perdimos ese dinero. Nos quedamos sin casi nada de ahorros de un momento a otro.
Vendimos un carro que teníamos y pusimos la plata en el banco un viernes, el lunes fue el cambio a los 25.000 y perdimos casi todo. Se esfumó.
Luego, con mucho esfuerzo y trabajo, volvimos a reunir dinero y ahorramos, pero esa plata perdida ya nunca volvió.
Mi abuelito perdió sus ahorros y mis familiares migraron
Pedro Pablo Peñafiel, estudiante de la Escuela Superior Politécnica de Chimborazo, 21 años.
Cuando nací ya se usaba el dólar, pero recuerdo claramente cuando vi unos billetes de sucres en la casa de mi abuelita, guardados en una taza.
Yo tenía unos 10 años y estaba jugando cuando los encontré en un armario dentro de una taza. Ver un fajo tan grande con tantos billetes me sorprendió, eran billetes de 500 y de 1.000 sucres, y yo pensé que era muchísimo dinero, pero luego me explicaron que eso ya no valía.
Como en esa época los adultos guardaban una parte del dinero en casa, quizás mis abuelitos se habrán olvidado de cambiar esos sucres por dólares y les quedaron como recuerdo.
Aunque no viví en esa época del cambio al dólar, yo sé que fue una época muy dura para todos.
En mi caso, mi abuelito, que era un hombre muy emprendedor y tenía negocios de ganado y cacao en el cantón Montalvo (Los Ríos), perdió todos sus ahorros que tenía en el banco Filanbanco.
Mi familia contaba que fue muy duro para él quedarse sin casi nada de sus ahorros, quedó totalmente vencido.
Mi papá también me ha contado cómo fue esa época. Él era servidor policial y me contó sobre las protestas y revueltas de la gente que salía a las calles y a los bancos a pedir que les devuelvan su dinero.
En mi familia varias personas tuvieron que migrar por la crisis, tíos y primos se fueron a Italia y España, para enviar dinero y ayudar a los que quedaron en Ecuador.
Creo que después de todo, tener el dólar le da estabilidad a Ecuador, entre comillas tenemos algo de tranquilidad porque no se ve esa inflación altísima que hubo en esos días del sucre.
Me da un poco de pena que no podamos tener una moneda propia, una que refleje nuestra identidad como ecuatorianos. Por eso me gusta que tengamos al menos monedas fraccionarias con personajes ecuatorianos.
Lo único bueno fue que tenía un crédito y la deuda se esfumó
Dunia Santander, emprendedora de Santo Domingo
Mi negocio en esa época era una vidriería en Santo Domingo, tenía pocos años cuando comenzó todo el problema de que el sucre se devaluó tanto. Ya no recuerdo con claridad cómo fue subiendo, pero me acuerdo que estaba un día en 15.000 sucres un dólar y luego de forma tan abrupta y rápida estaba en 25.000 sucres el dólar.
Justo antes de que se vuelva más grave esto de la devaluación del sucre, saqué un crédito fuerte para comprar mucho material. Nos abastecimos con bastante producto para tener guardado y no sufrir por los cambios del sucre tan drásticos.
Era una situación complicada la de todo el país, pero en mi caso, al menos me ayudó que se haya fijado en 25.000 sucres el dólar, porque la deuda que tenía en el banco bajó muchísimo, prácticamente quedó en nada.
Me ayudó que se haya fijado en 25.000 sucres el dólar, porque la deuda que tenía en el banco bajó muchísimo
Menos mal el banco que me dio el crédito no quebró, entonces tampoco me vi envuelta en problemas legales o de trámites de cambio de acreedores.
Lo que sí nos afectó un poco fue otro negocio que teníamos de arriendo de locales. Porque con el cambio al dólar bajó muchísimo lo que se le cobraba a los arrendadores. Con el cambio el arriendo que cobrábamos quedó en unos USD 70, cuando realmente debía ser de unos USD 250.
Creo que yo corrí con suerte, porque por ejemplo, tengo una hermana que vendió una propiedad, una casa. Era 1,4 millones de sucres que puso en el banco y quedaron en nada al dolarizarse.
Compartir: