Estas son seis claves que explican los apagones que vive Ecuador
Desde un aumento de la demanda hasta la falta de inversión son parte de los factores que explican la crisis eléctrica que ha llevado al país a vivir nuevos apagones programados.
Caída de agua en el embalse de Mazar, ubicado en Azuay. El 17 de septiembre de 2024.
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PRIMICIAS
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El Gobierno dice que la crisis de Ecuador es de agua y no energética, para reflejar los múltiples impactos que ha tenido la sequía en varios sectores y en todo el territorio, pero lo cierto es que no hay un solo factor que explica los apagones y los cortes de luz que vive el país.
La crisis es tal que incluso el gobierno tuvo que adelantar los cortes programados al domingo 22 de septiembre, cuando inicialmente se esperaba que inicien el 23 de septiembre.
La evolución de la crisis eléctrica dependerá de cuánta energía pueda proveer Colombia, que ya ha advertido con reducir más el suministro a Ecuador. A continuación, PRIMICIAS explica, al menos, seis factores que explican la crisis:
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Se construyeron muchas hidroeléctricas, pero luego se frenó la inversión
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Entre 2007 y 2017, en el gobierno de Rafael Correa, se construyeron 14 hidroeléctricas: San Francisco, Mazar, Ocaña, Baba, Manduriacu, Alazán, Sopladora, Coca Codo Sinclair, Minas San Francisco, Delsitanisagua, Due, Normandía, Topo y Sigchos.
Con eso, el país alejó el fantasma de los apagones al punto que "le sobraba electricidad". Incluso, Ecuador pudo exportar energía a Colombia.
Pero, luego, llegó la crisis fiscal y la inversión pública bajó. Entre 2020 y 2023 debían entrar en operación 10 centrales de generación eléctrica para atender una creciente demanda de electricidad.
Todos esos proyectos generarían 751 megavatios de potencia, que habrían permitido cubrir un 70% del déficit que hoy tiene el país, que es de 1.080 megavatios.
Pero solo dos entraron en operación: el eólico Minas de Huascachaca y el hidroeléctrico Sarapullo, juntos generan 99 megavatios.
Para impulsar los proyectos hidroeléctricos, en 2020 se adjudicaron a la inversión privada las centrales eólica Villonaco III y la solar El Aromo, pero aún no se empieza con construcción.
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Crece la demanda de electricidad
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Mientras la instalación de nuevas centrales de generación eléctrica se frenó, el consumo de electricidad se disparó.
La demanda de electricidad cerró en 25.724 gigavatios por hora en 2023; esto es, un aumento de 7% respecto del año previo. En 2021 y 2022, el consumo de electricidad crecía al 4% anual.
Eso llevó a que crezca el déficit de electricidad. En 2023, el déficit fue de 465 megavatios y para 2024 ya fue de 1.080 megavatios.
De ahí que la entrada en operación de una barcaza desde el 16 de septiembre de 2024, ayuda a enfrentar la crisis, pero no es suficiente. La barcaza aporta 100 megavatios. - 3
Parque termoeléctrico obsoleto y sin mantenimiento
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Aunque su costo es alto porque utilizan combustible, las termoeléctricas ofrecen energía firme de manera permanente.
Pero, en Ecuador, más de un tercio de las plantas termoeléctricas en Ecuador tiene entre 30 y 52 años de antigüedad, lo que provoca que estén en constante reparación o indisponibles, en momentos en que el país atraviesa por su peor crisis eléctrica desde 2010.
De ahí que, en 2022, por ejemplo, de los 1.796 megavatios termoeléctricos con los que cuenta Ecuador, 628 megavatios estuvieron indisponibles, esto es, un 13% de la oferta del país.
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Una sequía más larga y severa
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El estiaje o período de bajas lluvias que impacta en la operación de las hidroeléctricas es cada vez más severo.
Muestra de eso es que cada vez son más largos y secos. Según el Gobierno, el país vive la peor sequía en 61 años.
El estiaje empezó en 2024 a finales de julio y los apagones empezarán a partir del 23 de septiembre. En 2023, el estiaje empezó en septiembre y los apagones en octubre.
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Se invirtió en hidroeléctricas, pero no trabajan al 100%
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El hecho de que no todas las hidroeléctricas estén operando al 100% no es solo culpa de la sequía. Hay hidroeléctricas que se construyeron durante el Gobierno de Rafael Correa, que tienen fallas o que nunca se inauguraron. Las unidades de generación de Coca Codo Sinclair, por ejemplo, está en permanente reparación por fallas de fábrica.
Además, la central, que es la más grande de Ecuador con 1.500 megavatios, también sale de operación cuando suben los sedimentos del río Coca, lodo y otros materiales que pueden dañar las turbinas.
Otras centrales como el Complejo Toachi Pilatón o Quijos no han podido entrar en operación debido a fallas en la construcción de las obras civiles. Ambas llevan casi 13 años de construcción.
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Ecuador depende del embalse de Mazar y es insuficiente
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El embalse de Mazar garantiza electricidad por 45 días a Ecuador si no hay lluvias, pero la demanda de luz creció y este reservorio se quedó corto, dejando al país expuesto a apagones.
Aunque Mazar es grande, no se compara con embalses de otros países como el de Itaipú en Brasil, que dan una garantía de electricidad de seis meses al gigante sudamericano.
La crisis eléctrica, con cortes de luz masivos y programados, muestra que los embalses de agua que posee Ecuador se han quedado ya cortos para hacer frente la severa sequía que golpea al país, agravada por el cambio climático.
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