¿Qué está pasando con Coca Codo Sinclair, la mayor hidroeléctrica de Ecuador, en medio de los cortes de luz?
La mayor hidroeléctrica del país, Coca Codo Sinclair ha estado operando al 43% de su capacidad en el último año, afectada por la sequía y en medio de la crisis por cortes de luz.
Militares estarán por 150 días en la central hidroeléctrica Coca Codo Sinclair, 19 de septiembre de 2024.
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Cortesía Secom
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La mayor hidroeléctrica de Ecuador, Coca Codo Sinclair, ubicada entre las provincias amazónicas de Napo y Sucumbíos, no opera al 100% de su capacidad, en medio de la peor crisis eléctrica de los últimos 14 años.
De hecho la hidroeléctrica está produciendo mucho menos de lo que en realidad debería. Veamos las cifras.
Coca Codo Sinclair fue construida con una capacidad instalada de 1.500 megavatios, pese a que estudios hidrológicos ya advertían que por limitaciones de caudal del río (no hay suficiente agua) solo sería capaz de entregar unos 975 megavatios. Pero en los últimos doce meses no ha logrado entregar ni eso.
Esta gigantesca obra, que costó USD 2.763 millones y fue construida por la cuestionada empresa china Sinohydro en el Gobierno de Rafael Correa, ha estado aportando solo 640 megavatios en el último año (septiembre de 2023 y septiembre de 2024), que es solo el 16% del total de la energía generada en el país.
Esto representa, además, solo el 43% de la capacidad instalada máxima de Coca Codo Sinclair.
Hugo Arcos, profesor con un doctorado en ingeniería eléctrica, explica que en años normales, la época de más lluvia en la zona del río Coca, que alimenta la central, solía ser de abril a agosto.
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Así, en años no atípicos como 2024, el caudal del río Coca podía llegar hasta a más de 1.000 metros cúbicos por segundo (m3/s), explica Arcos.
De ahí que Coca Codo ha llegado a generar hasta el 30% de la energía total que ha producido Ecuador en esos altos picos.
Pero la fuerte sequía que golpea este 2024 a la cuenca oriental de Ecuador, donde se ubica la hidroeléctrica, ha cambiado la situación para esta gran hidroeléctrica.
Y es que la falta de lluvias no solo ha afectado la producción en el complejo hidroeléctrico del sur del país, Mazar, Paute-Molino y Sopladora, que depende del embalse de Mazar, que tiene cada vez menos agua, dice Arcos.
La sequía también ha afectado a Coca Codo Sinclair, que es una central "de paso"; es decir, que no posee un embalse, sino que depende del caudal del río Coca para generar energía, agrega.
Por la fuerte sequía, el caudal del río Coca ha estado bajando desde agosto de 2024. En julio el caudal era de 182 metros cúbicos por segundo (m3/s), en agosto bajó a 148 m3/s y en lo que va de septiembre ha estado en 110 m3/s.
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Coca Codo podría cubrir parte del déficit del país
Debido a que Coca Codo está operando con 582 megavatios de potencia, hay 918 megavatios que no está produciendo para llegar a los 1.500 que es su capacidad de diseño original.
Y, si lo hiciera, con eso estaría cubierto en casi un 90% el déficit de generación que ha llevado a Ecuador a un nuevo período de apagones programados, que comenzaron la noche del 18 de septiembre de 2024, y que se repetirán la semana del 23 al 26 de septiembre de 2024.
Según el Operador Nacional de Electricidad Cenace, la demanda nacional es de alrededor de 4.000 megavatios, pero hay un déficit de 1.080 megavatios que hoy el Gobierno intenta cubrir con contrataciones de emergencia que costarían al Estado alrededor de USD 1.327 millones.
De ahí que el Gobierno de Noboa se ha visto obligado a anunciar cortes de luz programados, por segunda vez, en los casi diez meses de gestión que lleva.
Entre las soluciones que el Gobierno de Noboa está contratando está el alquiler temporal de hasta tres o cuatro barcazas de generación flotante adicionales a la turca que ya entró en operación, además de la compra de motores generadores en tierra. Se trata de soluciones que entrarían a operar recién entre finales de octubre y diciembre de 2024.
¿Por qué Coca Codo Sinclair no ha podido cubrir la demanda?
Desde 2016, cuando entró en operación, la hidroeléctrica Coca Codo Sinclair nunca ha aportado con los 1.500 megavatios que tiene de capacidad instala máxima.
Una de las razones son las fallas de construcción, que ya fueron observadas por la Contraloría General del Estado en 2017.
El principal problema son las más de 7.600 fisuras en los distribuidores de agua de la hidroeléctrica, que son estructuras de acero que tienen como función conducir de manera controlada el agua que cae de una altura de 609 metros a las turbinas. Esos defectos, advirtió la Contraloría, amenazan con destruir la misma casa de máquinas, que es el corazón de la hidroeléctrica.
Por esa razón, la hidroeléctrica está sometida a constantes mantenimientos, desde que se inauguró, que bajan su operación.
Sedimentos sacan de operación a Coca Codo Sinclair
Otro desafío que afronta la hidroeléctrica tiene que ver con los fenómenos naturales que amenazan la operación de esta central: la gran cantidad de sedimentos y la erosión regresiva del río Coca. Debido a esto, aunque mayores lluvias ayudarían a mejorar la generación, si son demasiado fuertes también podrían hacer que la central salga de operación, dice Arcos.
De hecho, el problema de los sedimentos que arrastra el agua del río Coca ha provocado constantes salidas de operación temporales de la hidroeléctrica, lo que ha llevado incluso a cortes nacionales de luz.
En algunas ocasiones, estas paralizaciones han sido de más de ocho horas en un solo día. Entre enero y el 20 de junio de 2024, se dieron 19 paralizaciones por este problema, que ocurre por fallas en el desarenador de Coca Codo Sinclair.
El desarenador es una especie de cedazo que tiene como función evitar el ingreso de sedimentos a la hidroeléctrica, pero se colapsa. Además, el desarenador cuenta con un sistema llamado Sedicon, que permite evacuar los sedimentos mediante un proceso de lavado, pero que no estaría funcionando correctamente en escenarios de crecidas de ríos, según alertó un informe de 2019 de Contraloría.
Erosión del río Coca podría destruir parte de la central
Pero el mayor riesgo natural es el fenómeno de la erosión regresiva, que ocurre aguas abajo de las obras de captación de Coca Codo Sinclair.
Las obras de captación son una suerte de pequeña represa que sirve para desviar el agua del río hacia un túnel que conduce el agua hacia las turbinas de la hidroeléctrica
La erosión regresiva del río Coca es un extraño fenómeno que empezó en febrero de 2020 con el colapso de la Cascada de San Rafael, a 19 kilómetros de las obras de captación.
Pero desde entonces la erosión ha seguido río arriba, socavando su lecho y desmoronando sus márgenes y acercándose cada vez más hasta las obras de captación, que se asientan sobre el lecho del río. El mayor temor es que la erosión termine por destruir estas obras fundamentales para la central, con lo que quedaría inutilizada.
Un estudio de un grupo de expertos del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos de 2023 advierte que la erosión puede llegar a las obras de captación entre dos y cinco años, e incluso en un plazo menor.
Coca Codo, militarizada
Y en el contexto de crisis por falta de generación eléctrica, que aqueja al país desde 2023, el Gobierno de Daniel Noboa decidió militarizar la central Coca Codo este 19 de septiembre de 2024.
Según el Gobierno, los "militares reforzarán las seguridades internas y externas de la principal hidroeléctrica del país, así como también apoyarán en las labores de operación de las unidades de generación eléctrica".
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