Siete momentos en el manejo de la crisis eléctrica en el primer año del Gobierno de Daniel Noboa
Lo político ha marcado el manejo de la crisis en el sector eléctrico en el primer año de gestión del presidente Daniel Noboa.
Más de un año de crisis eléctrica en Ecuador.
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Diana González / PRIMICIAS
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Solucionar la crisis eléctrica en nueve meses con una inversión de USD 300 millones en transmisión eléctrica fue una de las promesas de campaña del actual presidente Daniel Noboa.
Sus palabras evidenciaban ya una subestimación de la verdadera magnitud de la crisis del sector eléctrico, lastrado por la falta de inversión en los últimos siete años.
Noboa no solo que no pudo poner fin a los apagones en su primer año de gestión, sino que la crisis se agravó. De hecho, octubre y noviembre de 2024 han sido los peores meses para Ecuador, en medio de una severa sequía que no se había visto en 61 años y cortes de luz de hasta 14 horas.
Los prolongados apagones solo pudieron ser reducidos a ocho horas al día, tras el reinicio de la venta de electricidad de Colombia por una mejora en la situación de sus embalses.
Todo eso agravado, además, por la inestabilidad en el Ministerio de Energía, por el que ya han pasado cuatro ministros, dos de ellos encargados.
Aunque el Gobierno ha tomado medidas para solucionar la crisis, con la contratación de generación eléctrica adicional, no han avanzado al ritmo esperado.
De una primera ronda que preveía la contratación de 341 megavatios, solo se concretaron 100 megavatios de una barcaza alquilada a la empresa turca Karpowership. El resto podría estar operativo entre finales de diciembre e inicios de enero de 2025, según dicen las propias contratistas.
El Gobierno lanzó una segunda ronda de contratación, pero recién se adjudicaron cuatro contratos para instalar 632 megavatios en noviembre, por lo que esa generación podría estar operativa recién entre enero y marzo de 2025.
Pese a eso, el Presidente es optimista y ha prometido que en diciembre de 2024 no habrá cortes de luz.
A continuación, detallamos los siete momentos de la crisis eléctrica que marcaron el primer año de Noboa:
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Freno a contrataciones y un nuevo comienzo
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Hacia el final del Gobierno de Guillermo Lasso, su ministro de Energía, Fernando Santos, firmó el contrato de generación eléctrica para rehabilitar una central termoeléctrica de 192 megavatios en Guayaquil, con la empresa Energyquil. Faltaba que el nuevo Gobierno, de Daniel Noboa, designe al administrador del contrato, pero nunca se concretó.
Al contrario, apenas empezó, la nueva administración frenó ese proyecto por supuestas irregularidades, que la empresa ha negado. Es más, Noboa dio a entender que no se tomaría en cuenta esta generación para superar la crisis.
"Hay pitos en los que no me quiero meter, que la justicia se encargue. Y estamos buscando otras opciones mejores", agregó el presidente Daniel Noboa.
De hecho, un informe de Contraloría de agosto de 2024 determinó irregularidades en la concesión del proyecto, como haber entregado un título habilitante a Energyquil, cuando la planta no tenía instaladas las cuatro turbinas que ofreció.
Pero el exministro Santos ha defendido el contrato al señalar que la idea de entregar el título habilitante era que Energyquil recambie unas turbinas viejas por nuevas, con inversión a su cuenta y riesgo.
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Fracasa Ley no más apagones
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La punta de lanza de la estrategia de Noboa para superar la crisis eléctrica del país fue el envío de la llamada Ley no más apagones, que buscaba poner fin a los apagones. Fue aprobada sin problemas gracias a una alianza con el correísmo y el Partido Social Cristiano (PSC), y entró en vigencia en enero de 2024.
La norma aceleraba la inversión privada en nuevas centrales de generación renovable no convencional (solar, hidroeléctrica y solar), de cualquier tamaño.
La Asamblea aprobó la propuesta, pero con un tope para centrales pequeñas, de hasta 10 megavatios. Noboa envió el texto, sin vetarlo, al Registro Oficial y entró en vigencia, pero no tuvo impacto en la resolución de la crisis.
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La teoría de la conspiración
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Los cortes de luz de 2023 empezaron el 26 de octubre y se suspendieron a partir del 16 de diciembre de ese año por un aumento del nivel de los embalses Mazar y Amaluza, que proveen de energía al Complejo Integral Paute, el mayor sistema hidroeléctrico del país.
Pero a finales de marzo el escenario comenzó a cambiar. No hubo lluvias y se recurrió a la generación hidroeléctrica, con lo que los embalses rápidamente llegaron a su límite. Colombia suspendió la venta de electricidad.
Todo esto llevó a cortes de luz sin previo aviso que tomaron por sorpresa a la ciudadanía a partir de marzo de 2024. Pese a eso, el Gobierno, que ese momento realizaba la campaña para su consulta popular, no reconoció la crisis y llamó "desconexiones de emergencia" a los apagones.
Incluso, pese al crítico escenario eléctrico, el Gobierno descartó el 12 de abril que no habría cortes de luz programados. Pero apenas cuatro días después, con el embalse de Mazar en niveles críticos, tuvo que publicar los cronogramas de los cortes programados que durarían hasta mayo.
Aunque la crisis era evidente, el Gobierno dijo que se había vaciado el embalse de Mazar a propósito en solo 12 días, lo que técnicamente no es posible. Incluso, puso una denuncia por paralización de servicio público en contra de su entonces ministra de Energía, Andrea Arrobo, y otros 21 funcionarios. Arrobo ha dicho que advirtió a tiempo de la crisis.
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Llega la primera barcaza, motores en espera
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Para atender la crisis, el Gobierno lanzó una licitación de emergencia para contratar 341 megavatios, de los cuales opera la barcaza turca de Karpowership, que tiene una capacidad de 100 megavatios.
El resto de energía debe ser instalada por las empresas Austral y Progen, que han anunciado demoras en el cumplimiento de plazos. Han pedido prórrogas. Es de esperar que parte de la energía pendiente empiece a operar a finales de diciembre, pero no hay certeza de las fechas.
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La crisis se reaviva; el Gobierno habla de empatía
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La crisis se recrudeció en septiembre de 2024, con cortes de luz más prolongados. Los cortes se anunciaron con pocas horas de anticipación, e incluso hubo empresas, como las de Cuenca, que se enteraron de la suspensión de suministro cuando se les fue la luz.
Octubre y noviembre fueron los peores meses con restricciones en el suministro de hasta 14 horas. Expertos eléctricos han mencionado que habría sido mejor empezar con los racionamientos desde septiembre con dos o cuatro horas, para evitar cortes prolongados en los siguientes meses.
La preservación o fortalecimiento de los embalses tampoco ha sido posible, y eso no se debe solo a la falta de lluvias.
El propio Presidente Noboa reconoció a finales de octubre, en una entrevista televisiva, que cuando los técnicos le dicen que hay que hacer cortes de luz de 15 horas al día, él "les pelea" porque no están pensando en la gente.
Y Noboa, quien participa como candidato para las elecciones de 2025, reconoció que la intención del voto a su favor ha bajado, pero que la gente está buscando una razón para volver a confiar en su Gobierno.
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Nueva ley para atender la crisis
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El Gobierno de Noboa envió un segundo proyecto energético para corregir la Ley No Más Apagones. El texto propuso elevar de 10 a 100 megavatios los proyectos de iniciativa privada enfocados en energías solar, eólica o hidroeléctrica. La Asamblea lo aprobó el 27 de octubre de 2024, sin complicaciones.
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Dependencia de Colombia
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Debido al alto déficit de electricidad que tiene el país, de unos 1.500 megavatios, Colombia se ha vuelto clave en el suministro de energía.
Pero ese país depende también de la generación hidroeléctrica para su generación, por lo que si baja el nivel de sus embalses, restringe la exportación de electricidad a Ecuador, como se vio a finales de 2023, en abril, en agosto y octubre de 2024.
Desde el 17 de noviembre, fuertes lluvias permitieron que Colombia reinicie la venta de electricidad para Ecuador. Es probable que pueda mantener los despachos hasta mediados de diciembre e incluso durante más tiempo, lo que alivia la crisis, pero no la soluciona por completo.
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