Estas son las calificaciones de Ecuador que, con poquito, venció a Perú en Quito

La absoluta inoperancia del rival (y la buena gestión de la línea de tres) causó que prácticamente fuese un espectador. 

Impecable en la defensa, no pudo contribuir con la salida de pelota y parecía que estorbaba a los volantes en lugar de ayudarles.

¡Qué elegancia de defensa! Con Hincapié, podría ponerse una sucursal de Yves Saint Laurent.

Atento en la faceta defensiva, se esmeró para desmarcarse y contribuir con el ataque. Jugadorazo.

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Comenzó de interior, lanzándose muchísimo a la raya en ocasiones, algo que, en lugar de ayudar al ataque, se convirtió en un inconveniente freno de mano. Más suelto en el segundo tiempo porque se pasó al centro, su soberbio centro permitió el gol de Enner. De menos a más.

Comenzar demasiado cerca de los centrales arruinó su rendimiento en el primer tiempo. Le fue mejor en la segunda parte, gracias a que Franco dejó de estorbarse con Ángelo y comenzaron a asociarse de mejor manera con Moisés. Pese a esto, falló mucho en los pases.

Desbordó a placer, pero sus centros eran tan desprolijos como los de Ángelo. Será invitado en su canal de YouTube.

Mostró interesantes movimientos y siempre estuvo bien ubicado para recibir los pases. Pero perdió la pelota constantemente y estuvo coqueteando con las tarjetas. Aún así, tuvo la opción de un remate al arco que, con puntería, hubiera rescatado su nota.

La responsabilidad no le pesó. Tuvo personalidad y no se dejó desbordar. Pero, de espaldas al arco, generó que el ritmo del equipo fuera más lento de lo que se necesitaba.

Los abucheos del público cuando se lo anunció como titular y el hecho de ceder la banda de capitán a Moisés Caicedo parecían ser un mal augurio. En el primer tiempo, la escasez de espacio lo convirtió en un 9 intrascendente. Pero el frentazo para abrir el marcador fue una estupenda muestra de que este delantero sigue vigente. Irse entre aplausos al cambio fue reivindicativo.

Entraron bien. Más allá de que Ecuador marcó antes de que ingresaran a la cancha, mejoraron  la dinámica con la pelota y el equipo fue mucho más peligroso, sin dejar chance a que Perú tuviera opciones de empatar.

La línea de tres que planteó fue eficiente, sobre todo por la posición ofensiva de los carrileros. El problema fue que no hubo movilidad en los receptores medios. Franco parecía otro lateral, John Mercado fue voluntad pero sin eficiencia y Paéz naufragaba como repartidor. Por eso el equipo acabó el primer tiempo apelando al pelotazo. El movimiento ajedrecístico de Franco, que pasó al centro, otorgó el suficiente oxígeno para llegar al gol con mucha más claridad. Con los jugadores que entraron, la Tricolor no dejó de ser el protagonista y no se puso en riesgo el triunfo, aunque se ganó con poco, muy poquito en el ataque.