Julio Mendoza trabajó en una floristería, limpió establos y sueña con una medalla en París 2024
Julio Mendoza llega a los Juegos Olímpicos de París como una de las grandes promesas de la delegación ecuatoriana. El jinete competirá en la prueba de adiestramiento, en la que se consagró campeón panamericano en Santiago 2023.
Julio Mendoza gana la medalla de oro en Adiestramiento Ecuestre durante los Juegos Panamericanos Santiago 2023, el 23 de octubre.
- Foto
Miguel Campos/Santiago 2023
Autor:
Actualizada:
Compartir:
Julio Mendoza es la clara muestra de que los sueños están para cumplirse. De que todo es posible con trabajo, sacrificio, y perseverancia. Y de que, más allá de los obstáculos, siempre hay que mantener la frente en alto.
El deportista de 45 años disputará sus primeros Juegos Olímpicos después de una riquísima trayectoria en la equitación, que la empezó representando al país allá por 2011, en los Panamericanos de Guadalajara.
Su primera medalla con Ecuador la ganó en los Juegos Bolivarianos de Santa Marta 2017. Allí se quedó con el oro junto con el equipo de equitación.
En 2022, Mendoza volvió a brillar en los Bolivarianos de Valledupar, en donde alcanzó dos medallas de oro en las pruebas de ecuestre por equipos e individual en adiestramiento. "Los sueños sí se cumplen cuando se quiere, se lucha y se trabaja", dijo tras su impecable actuación.
Y su más reciente hazaña la selló en los Juegos Panamericanos de Santiago, cuando se consagró campeón en adiestramiento individual. Eso, además, le aseguró su cupo olímpico. Hizo todo bien.
Compartir:
Julio Mendoza creció en el campo. Sus padres le enseñaron a valorar pequeños detalles y a siempre tener los pies sobre la tierra. Nunca les sobró nada.
"Vengo de una familia campesina, con muchas necesidades, donde solo había para dos comidas diarias", dijo el jinete después de su triunfo en Valledupar, quien a pesar de esa situación, nunca desistió de su objetivo: destacar en la hípica.
El medallista bolivariano y panamericano tuvo su primer contacto con los animales gracias a su abuelo y a su padre, que tenían dos burros con los que trabajaban en el campo. Y así, poco a poco, se involucró en la actividad ecuestre.
Según contó en una entrevista para la organización de Valledupar, desde pequeño observó por televisión competencias de hípica. Las analizaba y comentaba. Y decía que algún día tenía que estar allí.
Mendoza tenía su misión y visión clara: llegar a ser jinete profesional. Al ser un deporte costoso, se las ingenió para conseguir recursos y comprarse los implementos.
Compartir:
“Trabajé como palafrenero, limpié establos, cuidé caballos, fui repartidor de una floristería y también trabajé en restaurantes, siempre con el sueño en mi mente”.
Además, cuenta que su pasión por la hípica se acentuó desde chico después de varias travesuras. En una de ellas, se metió en una cancha de Polo y sacó varios implementos para montar, hasta que fue descubierto por un militar.
Después, esta persona notó su pasión por los caballos, por lo que lo contrató para hacer el aseo de los animales y establos. Así aprendió de todo. Todo el esfuerzo valió la pena.
Poco a poco, el quiteño destacó en la hípica, primero a nivel nacional y después regional. Hoy en día es uno de los jinetes con mayor regularidad en la prueba de adiestramiento, de la mano de su binomio, Jewel's Goldstrike, con quien ha conseguido sus últimos triunfos.
Esta prueba, también conocida como doma clásica, tiene como objetivo desarrollar y potenciar el entendimiento justamente del binomio jinete - caballo.
Ahora, Mendoza buscará la mayor hazaña de su carrera, una medalla olímpica. Su debut en París 2024 está programado para el sábado 27 de julio, desde las 02:30 (de Ecuador).
De acuerdo a las proyecciones del Comité Olímpico Ecuatoriano, Mendoza podría alcanzar un diploma, algo que resultaría histórico para la hípica nacional y latinoamericana.
Compartir: