Beccacece se boicotea solito, ¿por qué se arriesga a perder el respaldo de los jugadores de la Selección?
En lugar de celebrar el segundo puesto en las Eliminatorias, todos estamos hablando del peregrino manejo del entrenador Sebastián Beccacece con respecto a los juveniles. ¿Qué está pasando?

El entrenador de Ecuador, Sebastián Beccacece, reacciona en el partido con Chile el 25 de marzo de 2025 en Santiago.
- Foto
EFE
Autor:
Actualizada:
Compartir:
El entrenador Sebastián Beccacece boicotea su estupendo trabajo en la Selección de Ecuador. Sus acertadas decisiones tácticas (la de juntar a Moisés Caicedo con Pedro Vite, por ejemplo) y sus emocionantes partidos (1-0 sobre Colombia con un jugador menos) están siendo ensombrecidos por una innecesaria demostración de fuerza con respecto a sus método de invitados, esparrings y anexos.
La pregunta es: ¿por qué se autodestruye? Todo este lío del casi debut de Darwin Guagua ante Venezuela debió contenerlo y hacerlo reflexionar. Pero, al contrario, lo incentivó más ¿en el orgullo? y puso a Guagua ante Chile, no en la banca para el recambio, ¡sino de titular! Fue como si proclamara a sus detractores: "Aquí mando yo y se la bancan". Pero esto le salió pésimo y ahora lo critican más, incluso sus defensores.
Todo esto ha sido innecesario y perjudica a todos, a Guagua (expuesto a una enorme presión a pesar de ser menor de edad), a los dirigentes (emparedados entre las críticas y la defensa a su entrenador) y al mismo Beccacece, que erosiona su crédito pese a sus aciertos. Esto es como el pelo en la sopa: arruina el plato pese a la calidad de los ingredientes y la destreza de su preparación. Si esto fuese MasterChef, el chef Jorge Rausch lo hubiera descalificado ipso facto.
Pero hay un riesgo mucho mayor que Beccacece corre con sus decisiones: perder el respaldo de los jugadores. Puede que exista una razón para llamar juveniles y esparrings con miras a buscar alternativas para el recambio y vigilar a esas prometedoras semillas, sin embargo, una Selección se arma con profesionales, no con pasantes, y el objetivo es consolidarla en el tiempo, no ver qué juvenil debuta en el siguiente partido.
Beccacece trastoca las consideraciones que otorgan legitimidad a una convocatoria. Los requisitos se volvieron difusos como la niebla. De repente, un jugador que es llamado desde Europa empieza a competir con un esparring que jamás ha integrado ni la Sub 17 ni ja jugado en la la LigaPro. Injusto. Impensable. E ilógico, pues si ese esparring es espectacular y es como Antonio Valencia o Ulises de la Cruz, pues debería ser convocado directamente y no estar en ese circuito de listas anexas.
Y, por eso mismo, lo de Beccace carece de sentido: si encontró un juvenil, debería estar siempre en las nóminas, pero no ha sido así, pues el DT solo picotea y va por el siguiente. Es un eterno experimento.
Comenzar a enviar a jugadores profesionales a los graderíos para que los pasantes entren a la banca de suplentes y a los partidos, además, puede romper la armonía del equipo. La historia indica que ni siquiera Luis Fernando Suárez, el DT que mejor paró a Ecuador en la historia de los mundiales, se libró de un camerino resentido por sus decisiones.
Este autoboicot de Becaccece debe parar de una vez por todas.
Compartir: