Beccacece, que llena de suplentes a Ecuador, no puede fallar con Bolivia
En teoría, un entrenador siempre quiere contar con lo mejor de lo mejor, lo más selecto, el talento incuestionable. ¿Por qué eso no sucede con Ecuador?
Sebastián Beccacece, director técnico de la selección de Ecuador, durante un entrenamiento en Guayaquil, el 6 de noviembre de 2024.
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El entrenador Sebastián Beccacece no puede fallar ante Bolivia. Sería un colpaso tan grande que Ecuador cediera un empate en Guayaquil, por más que los bolivianos hayan mejorado bastante en relación a otras eliminatorias. Ganar, para Beccacece, es más que obligatorio.
Entonces, ¿por qué arriesga al apostar por un puñado de suplentes? Esa una duda digna de la filosofía (y hasta de psiquiatría). Se supone que una selección es un conjunto de personas escogidas porque son las mejores. En teoría, un entrenador siempre quiere contar con lo mejor de lo mejor, lo más selecto, el talento incuestionable.
Y eso no sucede con Ecuador (aunque tampoco con otras selecciones). La razón: los entrenadores ya no entrenan solamente, sino que son estrategas, napoleónicos generales que usan a sus soldados no solamente para ganar, sino básicamente para tener la razón. Son 'maestros'.
En Ecuador hemos visto casos así. Edwin Tenorio, quizás en el ejemplo más dramático y exitoso, jugaba en la Tricolor del 'Bolillo' Gómez pese a que ni siquiera militaba en algún club. En Chile, Eduardo Vargas fue suplente en sus equipos por mucho tiempo, pero de todos modos era titular en su selección. Y ambos rendían maravillosamente.
El problema está cuando se falla. Cuando eso ocurre y el entrenador es orgulloso, insiste partido a partido en sus jugadores, pese a que los resultados no llegan. Esto se vuelve una especie de guerra para, una vez mas, tener la razón frente a los detractores.
A tan extremo no hemos llegado. Pero aún queda la sensación de que Beccacece no ha logrado que Ecuador juegue al nivel de las expectativas y puede ser que llenarse de suplentes esté siendo un lastre, debido a que el mensaje parece ser "no me importa que seas el mejor, sino que me hagas caso".
De todos modos, los partidos con Bolivia y Colombia son la última oportunidad del año de Beccacece para demostrar que sabe lo que hace. Después de todo, ganar es la razón de todo esto. Ojalá que Bolivia no sea una dolorosa pieda de tropiezo.
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