Barcelona -Liga de Quito, más clásico que nunca (pese a que a algunos no les gusta)
Se acerca un nuevo partido entre Barcelona SC y Liga Deportiva Universitaria, y otra vez se debate sobre el membrete de clásico que algunos piden para este tradicional duelo.
Cristian Martínez Borja domina una pelota en la final de ida de la LigaPro, entre Barcelona y Liga de Quito, el miércoles 23 de diciembre de 2020.
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No es un debate nuevo, pero sigue vigente: desde que Liga Deportiva Universitaria ganó la Copa Libertadores en 2008, no cesan las opiniones que defienden o rechazan que el partido entre LDU y Barcelona se convirtió en el verdadero clásico nacional de Ecuador.
Hay razones para decir que, en efecto, este partido es el clásico nacional. Pero también hay argumentos para no ser tan contundentes en la respuesta, debido a los matices.
Pero la principal pregunta es: ¿por qué nos ha costado tanto zanjar este asunto? ¿Por qué regresa cíclicamente, como la colada morada o la Navidad? La respuesta es muy sencilla: porque Ecuador ha sido históricamente un país dividido regionalmente, al que siempre le ha costado tener algo realmente nacional: un escritor, un músico, un político, un yutúber, un platillo, y, por lo mismo, un cotejo nacional.
Sin embargo, y eso es lo curioso, hubiera sido muy fácil tener en Ecuador un clásico nacional, justamente por la división regional. Pero sucedió que en Guayaquil y en Quito, los dueños de los discursos políticos (no olvidemos que el fútbol tiene su costado ideológico) decidieron que sus partidos locales, sus derbis, sus cotejos pueblerinos, sean llamados 'clásicos'. No derbis. Clásicos.
La importancia de Barcelona, que cosechó hinchas en todo el país, dio pie a vender exitosamente la idea de que el derbi con Emelec era el clásico del Ecuador. No era cierto, pues eso equivalía borrar a la Sierra de la ecuación del país, y por eso nunca fue comprada por un sector de Quito (y de Ambato y de Cuenca) que solo se reía de semejante proclama. Esta osadía fue posible gracias al discurso hegemónico de los años 70, cuando el poder del fútbol ecuatoriano giraba en torno a Guayaquil.
En los 90, esto se derrumbó. Han surgido otros proyectos futbolísticos y el corazón del poder del fútbol se movió de lugar. Ahora es más equilibrado, sobre todo gracias a Liga de Quito e Independiente del Valle. Incluso, en su momento, Deportivo Quito formó parte de este reacomodo de fuerzas en beneficio de la Sierra.
Ya no quedada, y no queda, pensar que el clásico del Astillero es un clásico nacional. Es un clásico, con todos sus ricos ingredientes, pero no nacional, concepto más complejo pues no refleja una rivalidad de sectores del país, sino solo del Puerto Principal o, máximo, de la Costa.
Entonces, ¿Barcelona -Liga de Quito es el el verdadero clásico nacional? Una vez más, hay argumentos para pensar que sí y para pensar que no. Pero ya es un clásico del país, y eso no les gusta a los que han escrito la historia del fútbol tendenciosamente a su favor. Son los mismos que esperaban que Barcelona fuera el primer equipo ecuatoriano en ganar la Libertadores. O la Sudamericana. Y ya ven qué pasó.
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