Auge y debacle de Emelec: A 10 años de la 'final del siglo', el ballet azul vive un futuro lleno de incertidumbre
El Club Sport Emelec no podrá contratar nuevos jugadores hasta junio de 2025 y arrastra una deuda estimada en más de USD 25 millones. Pese a todo, sus hinchas aún suspiran por aquella final ganada a Barcelona el 21 de diciembre de 2014.
El exjugador del Club Sport Emelec, Jorge Guagua, recorriendo el estado Capwell junto a otros jugadores tras ganar la final del campeonato de Ecuador, el 21 de diciembre de 2014.
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Cortesía Revista Vistazo / foto de Iván Navarrete
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Nadie gana un Clásico sin merecerlo, y un 21 de diciembre de 2014 el Club Sport Emelec, hoy sumido en el caos dirigencial y futbolístico, ganó la 'Final del Siglo', aquel partido que es único y el cual, nunca debería perderse, porque se juega contra su rival del Astillero, Barcelona Sporting Club.
Son 10 años de una final que paralizó a Guayaquil y que le dio el bicampeonato a Emelec, un equipo consolidado y que invitaba a soñar a su hinchada, gracias a la dupla goleadora de Ángel Mena y Miller Bolaños.
Era aquel 11 con una defensa de los soldados Oscar Bagüí y Gabriel Achilier, y también del mediocampo de Oswaldo Lastra, un jugador a quien los hinchas lo querían tanto que lo apodaban el 'Yaya Touré del Ballet o 'Alcalde Lastra'.
Pero de ese Emelec hoy no quedan ni las sombras. El club azul del Astillero terminó último en la segunda etapa del campeonato de fútbol de Ecuador LigaPro, y no aspira a 'nada'. Es decir, en términos futbolísticos no competirá en torneos internacionales.
"En producción futbolística, el Emelec de 2024 fue muy pobre, su mal desempeño de enero a noviembre es solo opacado por el pésimo comportamiento de la dirigencia", dice el comentarista y estadístico deportivo, Antonio Ubilla.
Si en la primera etapa el club azul acumuló 25 puntos, para la segunda vino el ocaso de su fútbol: apenas nueve puntos de los 45 en disputa. Fue el último equipo de la tabla del campeonato.
Recibió además 20 goles en contra en la última mitad del año, y su máximo goleador en el torneo, Facundo Castelli, que no jugó toda la segunda etapa debido a una lesión, apenas anotó cuatro goles. En esta temporada tampoco disputó un torneo internacional y sufrió la disminución de tres puntos por atraso en el pago de obligaciones.
¿Qué pasa con Emelec y por qué parecería que el ballet azul no halla su ritmo ni estilo de juego?, y quizás otra duda que asombra a los incrédulos del fútbol es ¿por qué, en medio de las derrotas y goles fallidos del presente, la fiel hinchada se aferra a una ilusión del pasado e incluso sigue llenando la general?
De hecho, en 2024, Emelec fue el equipo que más hinchas llevó a los estadios, vendiendo un promedio de 12.124 entradas por partido cuando jugaba de local.
Dos clásicos, dos finales, un solo campeón
Eran las 16:30 del 21 de diciembre de 2014, y el estadio Capwell temblaba más de lo habitual. Era un escenario abarrotado, los banderines en su sitio y el fútbol en la cancha. Cuando el árbitro pitó el inicio del partido, el Club Sport Emelec y Barcelona S C venían empatados.
Tres días antes se había disputado la final de 'ida' en el Monumental amarillo. Si en la primera final, Barcelona logró empatar al final un encuentro en el que fue ampliamente superado con una genialidad del argentino Ismael Blanco, en la segunda no hubo oportunidades.
Tras la tempranera expulsión de Álex Bolaños, el llamado 'Ballet Azul' tomó el compás del encuentro. Goleó a Barcelona 3-0 con un gol de Ángel Mena y el doblete de Miller Bolaños, hermano del jugador expulsado del equipo amarillo.
En la historia del fútbol profesional ecuatoriano, solo han existido dos clásicos del Astillero que han sido finales de campeonatos oficiales. La primera fue en el año 1964, cuando se jugaba la copa de Asoguayas, y 50 años después, la única final por el torneo ecuatoriano: la de 2014.
"Han sido las dos únicas finales de los clásicos del Astillero y las dos las ha ganado Emelec", dice Ubilla, quien el día del partido estuvo en la cabina de periodistas del Capwell.
Recuerda que ese día fue una operación meteórica, de más de ocho horas de comentarios, discusiones y análisis sobre un partido que adquirió rostros y colores azules.
"Puede que Emelec esté mal ahora futbolísticamente, pero el ganar una final a tu rival de barrio es un sentimiento que no pueden explicar los hinchas. Son finales que no se olvidan".
Antonio Ubilla, comentarista deportivo
"Fue una victoria muy dulce"
María Luisa Carrión es hincha de Emelec desde los cuatro o cinco años, cuando su padre, quien boxeó para las divisiones del club, la llevó al estadio por primera vez. Desde entonces, colecciona anécdotas, camisetas, triunfos y derrotas del 'Bombillo'.
Para Carrión, quien ahora vive en Australia, aquel partido del Capwell no fue una tarde más, nunca podría serlo si en su memoria persisten las gambetas de Miller Bolaños, o cómo el 'todo poderoso' Esteban Dreer atajaba el viento.
Tampoco puede creer que han pasado 10 años desde un partido que califica de inolvidable: "Fue una de esas ocasiones donde ser emelecistas llegó a un pico de grandeza no solo sobre los otros equipos, sino sobre su eterno rival, Barcelona".
Recuerda que antes de la segunda final, los hinchas barcelonistas se burlaban del empate en el último minuto en el estadio Monumental de Guayaquil, "pero me daba gracia, porque si sabes de fútbol y viste el partido, quedaba claro que Emelec iba a ganar la final de vuelta".
Hoy Carrión lamenta la complicada etapa futbolística y dirigencial que atraviesa Emelec, aunque asegura que aquella final del siglo nadie se las podrá arrebatar.
"Fue una victoria muy dulce, les ganamos sin discusión, jugando un mejor fútbol y con uno de los mejores planteles que ha tenido Emelec".
María Luisa Carrión, hincha de Emelec.
¿Cómo se recupera a Emelec?
Dicen que el futbolista es un ser afortunado, porque su tarea consiste en hacer algo que todos quieren, se la pasa jugando. Y en 2014, Emelec tenía a 11 afortunados, varios surgidos de las divisiones inferiores del equipo, y otros como Jorge Guagua que mostraron su mejor versión futbolística.
De aquellos futbolistas, solo perduran los recuerdos y las anécdotas de una final del siglo, que emocionó a gran parte del país futbolero.
El Emelec de hoy es distante de los tres campeonatos ganados en seguidilla entre 2013 y 2015, o de aquel equipo casi invencible de 2017 que logró la estrella 14.
Y para sus hinchas y socios, el equipo de hoy mira de lejos a sus mejores antepasados, como Carlos Alberto Raffo o Enrique 'el maestrito' Raymondi, y admiten que la temporada de 2024 debería quedar para el olvido.
Terminó último en la tabla de posiciones y quizás se salvó del descenso porque como dicen los hinchas más azules, 'Dios no afloja la bandera'.
"Emelec debe reunir dinero para pagar sus haberes hasta el 31 de diciembre de 2024, y si no lo hace, podría igual perder la categoría", resalta el comentarista Ubilla, quien destaca que uno de los peores errores dirigenciales del Emelec 2024 es la abultada deuda que mantiene.
El propio expresidente del club, José Pileggi, admitió en agosto de 2024, que la deuda estimada superaría los USD 25 millones, entre acreencias a los bancos y hasta con instituciones públicas como Interagua o el Municipio de Guayaquil.
A esto se suma, el embargo ordenado vía judicial por el préstamo hecho al Banco del Pacífico, entidad que en tiempos de gloria puso hasta su nombre para el estadio.
Aunque ahora están enfrentados y como el club no puede cancelar el crédito, el banco retiene cualquier ingreso que tenga el equipo, hasta completar la abultada cifra de USD 10 millones.
Por si fuera poco, Emelec tiene varias deudas vencidas con jugadores y exjugadores, y no le permiten contratar nuevos jugadores hasta junio de 2025, puesto que tiene siete prohibiciones del organismo rector del fútbol, FIFA.
Dichas sanciones de la FIFA se deben a las acreencias con sus exjugadores y a la inscripción turbia de dos jugadores juveniles.
¿Cómo se recupera a Emelec? Un sector de los socios, que se han autoconvocado en centros comerciales de Guayaquil para reunir firmas, piden adelantar elecciones a través de la conformación de una Asamblea.
Pero ni aún reuniendo las firmas necesarias, esto les garantiza que podrán reemplazar a César Avilés, un arquitecto de profesión que tomó el equipo tras la salida del criticado José Pileggi.
Según el estatuto del club, los socios deberían probar algún tipo de falta grave de la actual administración y no solo negligencia o que el 'equipo juega mal', para adelantar elecciones.
"Emelec siempre ha pasado por estas épocas de sequías de victorias y campeonatos, pero luego renace porque llega un cacique nuevo, y el problema es cuando se va este mesías y el equipo se descalabra", señala Carrión, hincha del equipo.
Y el último mesías del 'Bombillo' fue Nassib Neme que dejó el club y la dirigencia del fútbol en general en 2022, alegando que su "tiempo ya pasó".
¿Necesita Emelec de otro cacique o caudillo que lo levante? Para Carlos Maldonado, un ingeniero civil y socio del club, la solución más bien es que la futura dirigencia adopte una postura más empresarial.
"No se debe depender solo de los préstamos y dinero de un presidente del club, el que fuera, el liderazgo debe ser tan grande y saludable, que se maneje al equipo como una empresa, con ingresos y egresos de dinero de forma ordenada", dice Maldonado.
Incluso, junto a sus amigos y socios del club, Maldonado apoya la idea que propuso una exsecretaria del Deporte: que los equipos de fútbol se conviertan en sociedades anónimas deportivas, para que entre sus 'accionistas' o socios inviertan dinero, para competir profesionalmente y a la vez ganar dinero.
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