Jhon Chancellor: su casi retiro del fútbol, el drama por la detención de su padre y su llegada a Universidad Católica
El futbolista venezolano Jhon Chancellor, que tiene ascendencia inglesa por su abuelo y una estatura imponente (1,97 metros), es un luchador por naturaleza. Sus inicios en el deporte fueron más difíciles de lo esperado, a tal punto que pensó en "botar la toalla" y dedicarse a otra cosa.
El futbolista venezolano Jhon Chancellor posa para una foto en el complejo de Universidad Católica, en La Armenia, en septiembre de 2024.
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Carlos Arteaga / PRIMICIAS
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Jhon Chancellor nació en Tumeremo, una ciudad que constituye la capital del Municipio Sifontes, en el estado Bolívar, al este de Venezuela, y que tiene una población de unos 36.000 habitantes, que en su mayoría se dedican a la minería.
Proviene de una familia numerosa y muy unida. Su padre tiene 11 hijos, cinco de ellos con su madre. Tres hombres y dos mujeres. Muchos primos. Una infancia marcada por partidos de básquet, béisbol y, por supuesto, fútbol. Nunca faltó el deporte.
Jhon era un apasionado por el béisbol, pero se decantó por el fútbol gracias a la influencia de su hermano, Juan Carlos. Lo practicó en el colegio y poco a poco se apasionó por el juego.
A los 14 años se fue hasta Puerto Ordaz. Allí empezó a jugar en Mineros de Guayana. Fue el inicio de una extensa carrera como profesional.
Chancellor tenía el apoyo de toda su familia. Lo llevaban a los entrenamientos. Lo alentaban desde las gradas. Nunca lo dejaron solo.
Al mismo tiempo, su madre lo presionaba para que no abandone los estudios. "En ese momento no entendía si podía llegar a vivir del fútbol", recuerda el jugador en una entrevista con PRIMICIAS.
Pero su comienzo en el fútbol, al igual que el de cientos de deportistas, no fue del todo positivo. Entrenaba con la sub 20 y lo subían pocas veces al equipo de primera. No tenía regularidad y el entrenador de ese momento lo utilizaba de "relleno".
Hasta que llegó un día que marcó un antes y un después en su carrera. Su entrenador lo citó en una práctica con el primer equipo y, minutos después, llamaron a cinco futbolistas, incluido Jhon, para que firmen un contrato profesional.
"Cuando llego a la oficina, un directivo del club me agarra aparte y me dice: 'Para el DT no tienes proyección para jugar en primera'. Salí quebrado. Lo primero que pensé fue regresar a mi pueblo y dedicarme a otra cosa".
Fue un momento de quiebre para Chancellor, quien esperaba salir al parqueadero, en donde lo esperaba su familia, enseñarles su primer contrato profesional y festejar. Pero no fue así. Salió llorando, convencido de que el fútbol no era para él.
De todas formas, su hermano fue una pieza de apoyo fundamental para no decaer y seguir intentándolo. Nadie quería que el sueño de Jhon se frustre por la opinión del entrenador.
Y fue así como no se dio por vencido; se llenó de positivismo y al siguiente día se presentó en el entrenamiento.
Pero, como dice el jugador, "las cosas pasan por algo". Después de algunos meses, el técnico que no lo quiso dejó el equipo. Y su reemplazante lo hizo entrenar y debutar en primera categoría, a los 18 años. Con ello, llegó su primer contrato por un año y medio.
Jugar en el extranjero era el objetivo
Con el paso del tiempo, Jhon se asentó en el primer equipo. Era capitán y se convirtió en uno de los referentes para toda la hinchada. Además, económicamente estaba cómodo.
Aunque su premisa era salir al extranjero. Sabía que, con 24 años, era el momento ideal. Había alcanzado la madurez necesaria como para arriesgarse y salir de su zona de confort.
Llegó una propuesta de Delfín de Manta. Fue su primera aventura en el extranjero. Sí, precisamente en Ecuador. No se arrepintió. Se encontró con un equipo ambicioso, a tal punto que ganó la primera fase del torneo y disputó la final con Emelec.
Y aunque no obtuvo el título, Chancellor vivió una de las mejores experiencias de su carrera. Hizo tres goles y se llevó grandes amistades.
Su paso por Ecuador le permitió ser transferido a Rusia, específicamente al Anzhi. Sabía que era una oportunidad inmejorable. Sobre todo por la cercanía con Europa. Podía significar, al mismo tiempo, una catapulta hacia una liga de mayor competitividad.
"Me costó muchísimo. El frío. El idioma. Era una ciudad musulmana, que era complicada. Los entrenamientos eran con cero grados y al principio jugué poco. Pero el segundo semestre lo manejé mejor. Me defendía dentro y fuera de la cancha".
Fue otra temporada que terminó de la manera menos pensada. El equipo quebró, desapareció y le terminó debiendo entre cuatro y cinco meses de sueldo. "Me apoyé en mi representante y en mi familia, que me ayudaron en ese momento".
Chancellor entendió que, más allá de lo deportivo, jugar en Rusia le podía dar tal prestigio como para después fichar por otro club europeo.
Pero, ante la urgencia de salir de Rusia por la situación económica, surgió una propuesta en Qatar y el jugador no la desaprovechó.
"Viví en Doha y la vida fue espectacular. El nivel de fútbol no era alto. Pero la vida era como si hubiera estado de vacaciones. Tenía la playa cerca, era todo muy tranquilo y siempre digo que entrenaba más afuera del equipo que con el equipo".
Jhon Chancellor también jugó en el Brescia de Italia, en el Curitiba de Brasil y en Necaxa de México, antes de regresar a su país (Metropolitanos) y posteriormente vincularse a Universidad Católica.
Su padre, una motivación a pesar de las adversidades
Carlos Chancellor, de 64 años, fue alcalde del Municipio de Sifontes y desde sus inicios en la política fue opositor al Gobierno, en su momento de Hugo Chávez y después de Nicolás Maduro.
El dirigente y militante de La Causa R dirigió la alcaldía durante cuatro períodos: 1995-2000; 2000-2004; 2008-2013 y 2013-2017.
Chancellor fue uno de los primeros presos políticos tras una fuerte campaña opositora. Fue arrestado por primera vez en 2005 por protestar contra las políticas mineras del gobierno de Hugo Chávez.
Estuvo en prisión por cinco años y siete meses por cargos de "instigación a delinquir y obstaculización de la vía pública" tras las protestas de trabajadores del sector minero. Además, ha sido detenido en otras ocasiones y posteriormente liberado.
Y el pasado 7 de agosto se dio su último secuestro, a manos de las fuerzas represoras de Nicolás Maduro, en medio de una ola de arrestos tras las protestas contra el fraude electoral del CNE que dio por ganador al dictador de Caracas con el 51% de los votos.
Chancellor fue interceptado en un retén policial en la carretera por agentes policiales, cuando se dirigía hacia Barcelona, en el vecino estado Anzoátegui.
Hasta ahora sigue detenido en Caracas y, según contó Jhon, no hay un tiempo estimado para que lo liberen. De todas formas, mantienen una comunicación constante y saben que, dentro del contexto adverso, se encuentra bien.
Para toda la familia, pero en especial para el futbolista, ha sido extremadamente complejo convivir con el secuestro de su padre, sobre todo por estar lejos de su país.
Pero, al mismo tiempo, afirma que eso lo ha motivado para salir adelante y darle alegrías a su padre, porque él también mantiene esa actitud positiva y ese buen semblante pese a todas las dificultades.
De hecho, una de las mayores satisfacciones para John fue cuando le llevó la camiseta de su primera convocatoria a la selección venezolana. "Fueron momentos espectaculares".
Jhon admite que no le gusta el hecho que su padre siga inmerso en la política, pero no deja de apoyarlo, ya que insiste en que es su pasión. "Muchas veces nos pone tristes y nos complica, pero lo hemos respetado en el proceso".
Tras confirmarse el secuestro, el zaguero central viajó hasta Caracas para pasar con su madre y sus hermanos y también para asegurarse de que la integridad de su padre no corra peligro.
Rafael Romo, la influencia para su llegada a la Católica
Chancellor se vinculó al equipo 'cammarata' en julio de este año, tras su paso por Metropolitanos. El objetivo del 'trencito azul' era reforzar la defensa, para tratar de tener un equipo equilibrado en la segunda etapa del campeonato.
El jugador de 32 años confesó que, apenas recibió el llamado de los directivos ecuatorianos, recordó que en ese equipo se encontraba su amigo, el arquero Rafael Romo. No dudó y aceptó la propuesta de inmediato.
Chancellor y Romo son amigos desde hace una década. Y además de concentraciones con la selección venezolana, han compartido vacaciones y muchas anécdotas. Tan cercana es su relación, que las hijas de Romo lo llaman 'tío'.
Pero a Jhon Carlos Chancellor también lo motivó el juego de Universidad Católica, la estabilidad y la seriedad de un club "familiar".
Chancellor disputó los primeros cuatro partidos de la segunda etapa del campeonato ecuatoriano. Pero, en la visita de Universidad Católica a Barcelona, el zaguero sufrió una lesión en su rodilla, que lo alejará de las canchas por tres meses.
Su recuperación va por buen camino. Sin embargo, todavía le restan cinco semanas para volver a entrenar a la par de sus compañeros. Es muy difícil que pueda volver a jugar con Universidad Católica en la temporada 2024.
De todas formas, Chancellor se ilusiona con que el equipo pueda subirse a lo más alto de la tabla de posiciones, o alzar el trofeo de la Copa Ecuador, en donde su equipo jugará las semifinales ante Independiente del Valle.
El venezolano no ha ganado títulos oficiales en su carrera. Por eso, quiere sacarse la "espinita" con Universidad Católica. "Hay que meterle con todo. No quiero quedarme sin ganar algo. Es algo por lo que trabajo día a día".
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